Nuevos grupos delictivos pretenden ingresar a Ahome
A mediados de octubre, en el monte de las sindicaturas de Jahuara y Jahuara Segundo, en los límites de Ahome y El Fuerte, una fuerza policial conjunta frenó a balazos el avance de un grupo delictivo sonorense, cuyo destino era esta ciudad.
“Del grupo no se ha definido filiación, ni pertenencia. Pero se sabe que procedía de la sierra de Sonora, eran gentes que consideraron que el norte de Sinaloa estaba sin control, que podrían llegar y asentarse y delinquir desde ahí, o bien tener sus campamentos para escapar de la persecución que tendrían en su estado de origen”, consideró Gerardo Amarillas Gastélum, jefe de la Policía Municipal en El Fuerte y coordinador de la Policía Ministerial del Estado.
En esa refriega murieron Hugo Chávez Alvarado, de 42 años de edad, y Francisco Javier Campa Ruelas, de 43.
Chávez Alvarado sería cuñado de Rosa María Irigoyen, de 51 años, puesto que el esposo de ella era José Luis, de los mismos apellidos Chávez Alvarado, quien se encuentra desaparecido desde hace varios años.
La mujer, quien tenía antecedentes penales por distribución de drogas y era conocida en el lugar como supuesta vendedora de alcaloides, murió horas antes de su cuñado, cuando se enfrentó a balazos con un grupo de ministeriales que patrullaban la zona.
Campa Ruelas habría sido una víctima inocente en el tiroteo, pues acompañaba a Hugo, pero de “aventón”.
Estos quedaron muertos en un paraje, a unos 70 kilómetros al norte de esta ciudad, en una zona enmontada.
En el sitio se decomisaron tres fusiles: un rifle AK-47, de los conocidos como “Cuerno de Chivo”, un AR-15 y un Mini 14, ambos de calibre 223 milímetros. Este último fusil fue encontrado a bordo de una camioneta Ford, línea Lobo, cabina extendida, color negro, con placas para circular VB-17649 del estado de Sonora, que fue incautada, y en la que se presume viajaban los dos hombres fallecidos.
Al rastrear el lugar, los ministeriales encontraron latas de comida vacías, prendas masculinas, y algunas colchonetas. Por eso los ministeriales consideraron que era un campamento.
El tiroteo se produjo en las labores de búsqueda del policía preventivo Tomás Gárate Salazar, quien es residente del poblado Jahura Segundo, pero enlistado en la Policía Municipal de Ahome y adscrito a la seguridad de la sindicatura de El Carrizo, colindante con Sonora.
El policía se encontraba en su casa, descansando, cuando llegaron varios sujetos armados y se lo llevaron con rumbo desconocido.
Familiares del agente dieron la voz de alarma a la policía y sus compañeros realizaron un despliegue impresionante en su búsqueda.
La intervención armada se prolongó por horas y obligó a que los captores liberaran al policía. Al llegar a su casa estaba muy golpeado, al grado de tortura.
No obstante que el agente había regresado a salvo a casa, los agentes no interrumpieron los patrullajes.
Estos finalmente se toparon con los sujetos armados, iniciándose el tiroteo que terminó con los dos muertos.
Amarillas Gastélum consideró que el ataque contra el agente preventivo era producto de un intento de intimidar a los gendarmes, pues las filas policiales de El Carrizo han recuperado las calles y sectores conflictivos.
Aunque no se tienen declaraciones ni testimonios y mucho menos evidencia, consideró que los facinerosos supusieron que no tendrían respuesta, pero se equivocaron, se toparon y murieron.
El jefe de policía consideró que como ésta, han ocurrido otras incursiones armadas de grupos delictivos que consideran que el municipio no está bajo el control de los criminales. “En eso sí les doy la razón, porque el control lo tiene el Gobierno. Hoy hay una policía fuerte, que responde”.