Una fracción de segundos bastó para poner fin a la existencia de Atilano Roman Tirado, el hombre que movía a los comuneros a favor de una causa que consideraba justa;  exigir el cumplimiento de las promesas ofrecidas por el Gobierno del Estado luego de haber sido desplazados para construir la presa Picachos.
El comunero que encabezó manifestaciones públicas fue asesinado por dos hombres que llegaron hasta la cabina de ABC Radio, donde transmitía su programa “Así es mi tierra”.
Las autoridades no han aportado nada nuevo a las investigaciones, sólo han reconstruido los hechos en los que paso a paso, desde la llegada de los agresores, hasta su salida con un supuesto rumbo desconocido que nadie quiso ver.
A las declaraciones de los empleados de la empresa se le suma la aportación del audio que ha dado vuelta en las redes sociales sin que la emisora haya proporcionado ni autorizado su reproducción.
Su voz al aire fue interrumpida por dos impactos de bala, entre caos y desconcierto por lo ocurrido fue sacado del edificio que también alberga al rotativo El Sol de Mazatlán.
El susto y la impresión del hecho inédito en la ciudad y en el país, cegó a quienes pudieron haber revelado alguna pista que diera con los culpables.
De lo que se trataba ese sábado 11 de octubre, era de auxiliar al hombre que se iba desangrando para salvarle la vida.
Pero Atilano perdió la carrera contra la muerte; minutos después de llegar al hospital privado Sharp, se anunció su deceso y con ello, el golpe a sus adeptos que hacían guardia en los pasillos a la espera de noticias.
Han transcurrido ya cuatro días y las mujeres que convivieron con él en la radio traen al presente anécdotas y momentos ausentes de resignación.