Sinaloa, inerme frente al dengue

BANALIDAD. Acciones llamativas que venden, no resuelven.
BANALIDAD. Acciones llamativas que venden, no resuelven.

Sin investigaciones científicas que permitan combatir los constantes embates del mosco Aedes Aegypti, ni labores preventivas eficaces, los casos de dengue se multiplican en Sinaloa, causando muerte y pavor en la población.
La fecha es aproximada, pero se calcula que fue en 1981 cuando se registró en Sinaloa el primer caso de dengue transmitido por el mosco Aedes Aegypti.
Han pasado 33 años y en lo que va del 2014, la picadura del mosquito ha provocado más muertes de las que se habían presentado en los últimos siete años. La forma más agresiva de la enfermedad, el dengue hemorrágico, también ha llegado a los niveles más altos en número de casos.
A pesar del avance de la enfermedad y la propagación del virus por todo el estado, Sinaloa no ha innovado en su estrategia de combate, ni cuenta con estudios científicos que busquen mejorar las formas de prevención.
“Sinaloa ha tocado fondo”, admitió en días pasados el secretario de Salud del Estado, Ernesto Echeverría Aispuro, ante el poder legislativo que le reclamaba el incremento de casos y muertes.
Sin Plan B
Para Cristóbal Cháidez Quiroz, director del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), la estrategia del gobierno estatal para combatir la epidemia mundial es obsoleta y no muestra resultados.
Tras 33 años de dengue, Sinaloa se mantiene inerte ante la enfermedad mortal que crece a pasos gigantescos de la mano del cambio climático, señala el doctor, miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
“El dengue es un tema grave, la gente muere por el piquete de un mosco, es increíble que eso pueda pasar. En los últimos 20 años hemos ocupado los primeros lugares en casos de dengue y las únicas estrategias que se están utilizando son la descacharrización y el aplicar abate, son buenas pero ¿qué alternativas? ¿qué soporte de investigación tenemos?, no existe ninguno”, señaló Cháidez Quiroz.
Según cifras proporcionadas por el Secretario de Salud, durante su comparecencia en el Congreso del Estado, para el combate al dengue el gobierno federal destina a Sinaloa 64 millones 559 mil 341 pesos al año, a través de diversos programas.
De ese total, 32 millones de pesos se utilizan para la compra de plaguicidas y 16 millones 588 mil se destinan al pago de brigadistas que recorren casa por casa, repartiendo abate y tratando de concientizar a la ciudadanía; el resto de los recursos se emplea en gastos operativos.
Cháidez Quiroz considera que tan sólo con un 10 por ciento del recurso que Sinaloa recibe para combatir el dengue, se puede crear un grupo interdisciplinario de expertos sinaloenses que investiguen y desarrollen alternativas para prevenir la enfermedad, estrategias que ya se desarrollan en otros países e incluso en algunos estados de México.
“A Sinaloa lo vemos muy limitado, es uno de los estados que menos le invierte a la investigación y es el que más incidencia tiene. Los grupos de investigación estamos listos para acondicionar nuestras áreas de trabajo, en 30 años ya hubiéramos tenido un grupo de investigación consolidado y solventando el tema del dengue, pero la iniciativa tiene que venir del gobierno del Estado”, expresó.
El especialista en microbiología ambiental y de alimentos ejemplificó estrategias que se utilizan en otros países y productos que se aplican en algunos estados de México, con el aval de la Organización Mundial de la Salud.
Por ejemplo, explicó que en Brasil, uno de los países líderes en casos de dengue, se está modificando genéticamente al mosquito Aedes Aegypti, a través de la mezcla con moscos que son previamente infectados con una bacteria.
Destacó el uso de mosquiteros impregnados de plaguicida, los cuales se crearon para combatir el mosco de la malaria en África y que actualmente se utilizan contra el dengue en estados como Veracruz.
“La estrategia está rebasada. No podemos pasarnos sexenio tras sexenio únicamente abatizando y descacharrizando, va a llegar un momento en que el mosco se va a hacer resistente al abate, el día que pase eso vamos a decir ‘¿y ahora que hacemos?, nunca hicimos un plan b, ¿cuál es el plan b?, ¿donde está?”, cuestionó el director del CIAD, un centro de investigación con presencia en cuatro estados del país.
CRISTÓBAL CHÁIDEZ. Estrategia estatal obsoleta.
CRISTÓBAL CHÁIDEZ. Estrategia estatal obsoleta.

–¿Por qué a los gobiernos no les interesa invertir en investigación?, se le cuestionó al especialista.
—Es mucho desinterés, no ven a la ciencia y la tecnología como algo que les genere un producto a corto plazo y evidentemente no, nosotros lo que hacemos es una investigación que puede tener un resultado al tercer o cuarto año de trabajo, pero es un desarrollo tecnológico que revoluciona.
Siento que la clase política en general quiere resultados que puedan vender. Es mas llamativo vestirse, como se vistió el gobernador, como abatizador, que decirle a un investigador ahí te va un dinero para que hagas investigación, eso nadie lo va a ver.
Cifras históricas
En una análisis de las estadísticas de los últimos siete años, disponibles en el portal web de la Dirección General de Epidemiología  HYPERLINK “http://www.epidemiologia.salud.gob.mx” www.epidemiologia.salud.gob.mx, en los 10 meses que han transcurrido del 2014 ya se superó el número de casos de dengue clásico y la incidencia del dengue hemorrágico.
En la semana 40, contabilizado hasta el 6 de octubre, Sinaloa registra mil 666 casos de dengue clásico y hemorrágico. En la misma fecha pero de 2013, sólo se habían presentado 503 casos y un año antes, en el 2012, el registro alcanzó sólo 55 casos.
El 2009 fue uno de los años más difíciles para Sinaloa. En la misma semana de octubre pero de aquel año, se habían registrado las cifras más altas históricamente, con 607 casos acumulados. Al concluir el 2009, sumaban mil 482 casos de dengue clásico y hemorrágico. Ambas cifras, ya fueron superadas en el año que transcurre.
Ernesto Echeverría Aispuro, titular del sector salud en Sinaloa, señala un dato más: por cada caso confirmado y registrado ante la Dirección General de Epidemiología, existen otros cuatro casos más que se atendieron en consultorios privados o que no acudieron a consulta.
Con un comportamiento atípico al inicio de 2014, atribuido al cambio climático, el dengue se concentró en los municipios al sur de la entidad. Mazatlán, Escuinapa y Concordia fueron los más afectados.
Una de las dos muertes provocadas por el dengue que se han confirmado en lo que va del año, se presentó en enero, en el municipio de Mazatlán.
Para septiembre y octubre, los meses más críticos, según el titular del sector salud, el dengue radica en el norte de la entidad, afectando principalmente a Ahome, Guasave, El Fuerte, Culiacán y Navolato.
La segunda muerte confirmada, se registró en abril, en Culiacán, pero hay otros tres casos, aún no confirmados, dos que se presentaron en agosto, en El Fuerte y uno registrado en septiembre, en Guasave.
Sin ser un dato oficial, Echeverría Aispuro admitió, durante su comparecencia, que los tres casos aún sin confirmar tienen altas probabilidades de estar originados en el dengue.
Y es que la versión más agresiva de la enfermedad, el dengue hemorrágico, también muestra las cifras más altas en los últimos siete años.
ANTE EL RECLAMO. “Sinaloa ha tocado fondo”, admitió el secretario de Salud de Sinaloa.
ANTE EL RECLAMO. “Sinaloa ha tocado fondo”, admitió el secretario de Salud de Sinaloa.

En 2013, con el huracán Manuel como argumento, Sinaloa registró 745 casos de dengue hemorrágico, la cifra más alta históricamente se había presentado en 2009 con 267 casos.
Un año antes de “Manuel”, en 2012, el dengue hemorrágico sólo había afectado a 63 personas. Pero al 6 de octubre de 2014, el dengue hemorrágico ha afectado a 777 sinaloenses, según las cifras oficiales del Sector Salud.
De acuerdo con el Convenio Específico para el Fortalecimiento de Acciones de Salud Publica en las Entidades Federativas, Sinaloa recibe recursos exclusivos para las acciones contra el dengue, a través de dos dependencias federales.
El Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE) destina a Sinaloa ocho millones 96 mil 956 pesos para el dengue, de un total de 16 millones 889 mil 195 pesos que se envían para enfermedades como la rabia, paludismo, diabetes, obesidad, tuberculosis, lepra y cólera.
Tan sólo de este programa, el recurso etiquetado al dengue es superior al recurso que se destina para la diabetes, el cual es de 2 millones 358 mil pesos, o el recurso etiquetado para la obesidad, que alcanza 2 millones 782 mil pesos.
Echeverría Aispuro detalló que los recursos empleados en el combate del dengue provienen de diferentes programas federales, además del convenio mencionado anteriormente, como el Seguro Popular, el Ramo 33 y el Ramo 12.
Para el combate y prevención del dengue no existe ninguna aportación estatal.
 
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