Creado a principios del 2000 por Greg Glassman, este método de entrenamiento, que está llegando a catalogarse como un deporte, se ha convertido en el boom del fitness actual, la moda, pero, ¿existe algún riesgo de salud el practicarlo?
Guillermo Bojórquez
El método Crossfit surgió en Santa Cruz, California apoyado por la necesidad de Greg Glassman, su creador, de implementar nuevas formas de entrenamiento que incluyeran movimientos que podrían ser cotidianos en el ejercicio policial y de otros cuerpos de élite.
Glassman, ideó la manera de unir una serie de ejercicios, parte un entrenamiento funcional que ya existía, y los integró con movimientos que podrían ser parte de la labor de los cuerpos de seguridad.
De esta forma creó un manual sobre una nueva forma de ejercitarse, que a la postre se convertiría en una marca. Este método ha sido usado para el entrenamiento de marines, bomberos y militares norteamericanos.
Debido a los buenos resultados se comenzó a masificar y actualmente es practicado en muchos países.
Hoy en día existen muchos de lugares donde se practica este tipo de entrenamiento, sin la necesidad de estar obligados a contar con la estructura adecuada ni entrenadores certificados para ejercer el rol.
Esto se debe a que cualquiera que pague mil dólares por hacer un curso de certificación y complete el examen puede obtener el título sin la necesidad de tener experiencia en medicina deportiva, algún historial que lo avale como un deportista calificado o someterse a exámenes médicos de cualquier tipo.
Para Luis Márquez, entrenador personal y experto en temas de salud nutricional, con diecisiete años de experiencia, Crossfit se está convirtiendo en un riesgo más que en una apuesta saludable de entrenamiento.
La nula regulación por parte de las autoridades competentes sumada al poco conocimiento médico de muchos de los entrenadores, ha provocado una gran cantidad de lesiones en torno al Crossfit.
Márquez afirma que a partir de la proliferación de espacios de entrenamiento del método en Culiacán, los casos de lesiones relacionados a este tema se dispararon. Esto se debe a que el entrenamiento no es personalizado pues, no hay un registro exhaustivo del peso, estatura o historial médico de los practicantes, mucho menos de los alcances físicos que éstos pudieran tener, lo cual se traduce en lesiones.
No es que se trate de satanizar este entrenamiento, sugiere; el Crossfit está bien, el ambiente que genera, los resultados, el ver a los grupos ejercitarse, son cosas benéficas. El problema está en que cualquier persona puede impartir el método, sea cual sea tu profesión puedes obtener un certificado como instructor, aunque, la mayoría, realmente no están calificados para una responsabilidad como esa.
Incluso, agrega, hay quienes lo imparten sin estar certificados en ningún tipo de entrenamiento y cuentan sólo con la experiencia de haberlo practicado antes.
Este conjunto de malas prácticas pueden incurrir en problemas de salud para quienes practican Crossfit en un lugar como estos.
Otro problema es el sobre-entrenamiento. Afirma que una sesión de este tipo no debiera durar más de 40 minutos ya que se corre el riesgo de lesión o fatigas a causa del excesivo desgaste físico.
La recomendación de Márquez es trabajar a un ritmo necesario para cada individuo de acuerdo a su estado físico.
Por último, una de las malas costumbres al presentar una lesión es buscar una alternativa remedial primero que nada, ya sea automedicarse o ir con el sobador antes que con algún traumatólogo, por lo que el problema tiende a empeorar en muchos de los casos, al no contar con la asesoría adecuada por parte de los entrenadores.
Lo mejor es acudir con expertos en todo momento, para obtener mejores resultados, ya sea en el sentido médico, nutricional o referente con actividades físicas.
