Ninfomanía – Primera parte

Cultura cine ninfomanía
Si hay un cineasta que da de que hablar con sus realizaciones, es Lars von Trier. Ya sea por los temas que aborde, las imágenes que muestre, el discurso de sus personajes o lo explícito en las escenas de sexo, es poco probable que alguien vea su cine como un producto común.
Desde la crudeza, injusticia, impotencia y crueldad en Bailando en la oscuridad (2000); lo inusual, para una cinta, de la escenografía en la que se desarrolla Dogville (2003); el sufrimiento de Anticristo (2009); y la “poesía” y devastación de Melancolía (2011), el director tiene acostumbrado a su público a la controversia, a sacudirle sus esquemas, a moverle su pensamiento y hacer que se cuestione a sí mismo, no solo al estar en la sala de cine, sino por varios días.
Con Ninfomanía (Nymphomaniac/Dinamarca/2013) no se queda atrás; de hecho intenta ir más allá con la historia de una adicta al sexo, en una cinta que, por su metraje, tuvo que dividir en dos partes.
Cuando regresa de hacer unas compras, Seligman (Stellan Skarsgård) encuentra a Joe (adulta, Charlotte Gainsbourg) golpeada, casi inconsciente y tirada en un callejón, por lo que la lleva a su casa para auxiliarla.
Conforme se va recuperando, el soltero de edad avanzada que la ayuda le da la confianza para que ella le cuente su vida, por lo que no dudará en hablar de sus experiencias, desde el mismo momento en que nació.
Es así como Joe confiesa que desde muy temprana edad (interpretada por Stacy Martin) inició su vida sexual con un vecino, y cómo compitió con su mejor amiga, para tener el mayor número de amantes mientras viajan en un tren.
La chica no reparará en recordar su recorrido por varias escuelas para aprender del sexo, y específicamente sobre el pene; los pretendientes que la frecuentaban y qué le gustaba hacer con cada uno de ellos; los matrimonios que si no deshacía, por lo menos los llevaba a que tambalearan por su encanto con los hombres, y cómo todo lo anterior no puede funcionar si no es con amor.
Con la persona con la que no solamente le interesa tener sexo y cuando parece que nada puede faltar, Joe se enfrenta a un problema que jamás se imagino que padecería.
Es Lars von Trier y no hay dudas de que Ninfomanía aporta mucho: bellos encuadres y una música que los acompañan muy bien; unas actuaciones que no dejan insatisfecho a nadie, principalmente esa Stacy Martin como Joe adolescente que transmite perfectamente esa frialdad e indiferencia; Charlotte Gainsbourg, de Joe adulta, aun con poca presencia, de la mano de este director, siempre es excelente; y Uma Thurman que va de un estado emocional a otro como cambiarse de calcetas.
Aunque desde el título el filme puede dar de qué hablar, no estamos ante un trabajo realmente fuerte, por las escenas de sexo que se muestren, y tal vez sean más intensas otras situaciones que no tienen nada que ver con la idea que uno se hace por el nombre de la película, como ese casi monólogo de Thurman cuando va y deja a su esposo con su amante.
Uno termina con la sensación de que algo falta y le encuentra poca razón a lo que sucede. Seguramente las respuestas están en la segunda parte. No se la pierda… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

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