Busca México información sobre red de narcos en Perú

Busca México información sobre red de narcos en Perú

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Las autoridades mexicanas ya iniciaron la búsqueda de información sobre los tres mexicanos ubicados en Perú, dos de ellos detenidos y uno prófugo, quien es buscado en territorio mexicano y que integraban una red muy sofisticada de tráfico de cocaína con destino a Europa.
Aunque toda la operación se hacía desde el país sudamericano utilizando particularmente el puerto de Callao, Perú, con destino a Barcelona o Andalucía, España, y a los países Bajos, sin pisar suelo mexicano, los investigadores iniciaron el rastreo de información a petición de las autoridades peruanas y para poder definir de qué cártel se trata.
Información obtenida por EJE CENTRAL establece que en una primera revisión, los tres nombres de los mexicanos no existen, por lo que se profundizará en la búsqueda y se verificará si los pasaportes que presentaron en ese país, para definir su autenticidad.
Perú cuenta con 24 puertos, pero el más importante es el de Callao en cuanto al tráfico de mercancías en contenedores, concentrando el 90%, lo que suma unas 19 millones de toneladas.
La semana pasada, como parte de la Operación Carbonero, que llevó a cabo la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional de Perú (Dirandro), fueron detenidos Rubén Larios Cabadas y Jhoseth Gutiérrez León, quienes dijeron que son mexicanos, y de acuerdo a las autoridades serían los responsables de vigilar los cargamentos de cocaína y verificar su traslado hasta Europa. Esta vez frenaron el envío de 7.5 toneladas del alcaloide puro.
El tercer mexicano sería Lee Rodríguez Torres, identificado como El Duro, de quien el periódico La República de Perú publica hoy una amplia investigación, incluso su fotografía, y sostiene que es el líder de la organización criminal instalada en el distrito de Huanchaco, en la provincia de Trujillo, Perú.
“Hasta el momento no se puede definir a qué cártel pertenecen o ante qué tipo de organización estamos, puede ser un grupo nuevo que se asocia a otros cárteles prestándole sus servicios, una célula de algún cártel, es muy pronto para establecerlo”, comentó un funcionario del gobierno mexicano consultado por EJE CENTRAL, al preguntarle sobre la posibilidad de que se tratara del cártel de Sinaloa el socio de los peruanos.
El abogado defensor de los mexicanos detenidos sostuvo que Larios Cavadas llegó para casarse con una peruana y que Gutiérrez León sería uno de sus amigos invitados a la boda, y que no están vinculados con el narcotráfico, publicó el diario El Comercio de Perú.
Sin embargo, de acuerdo con información del periódico de La República de Perú, la investigación de la Dirandro duró seis meses, incluyó vigilancia directa hacia los mexicanos y peruanos involucrados, monitoreo de por lo menos 10 depósitos bancarios y la intercepción de llamadas telefónicas.
UNA RED
Este lunes el diario La República precisa que fue gracias a la investigación que seguía la policía antidrogas de Perú contra el empresario de la Provincia de Trujillo, Carlos Mendoza Rodríguez, llamado Pelao, propietario de Betas Andinas, como se pudo identificar al líder mexicano apodado El Duro.
Esa compañía, explica el reportaje de la periodista Doris Aguirre, fue constituida por Mendoza en 2011 y comenzó a exportar carbón de piedra legalmente en pocas cantidades a España.
“Al poco tiempo despachó un cargamento de 12 toneladas de droga a Europa, pero Betas Andinas ya no era suficiente. Así que el capo El Duro pidió a su brazo derecho en Perú, Carlos Mendoza, buscara a otros contactos para la fundación de nuevas empresas de fachada. Es así que Carlos Mendoza reclutó al huanuqueño Luis Tinta Jara, quien constituyó la firma Alfa y Omega Comercializadora y Distribuidora del Perú”, establece el reportaje.
Lee Rodríguez regresó a México y en su representación envió al Perú a Rubén Larios Cabadas, en el 2012, dos años después, arribaría Gutiérrez León, quien de acuerdo a diario se le tiene registrado desde este año.
Carlos Rodríguez y Luis Tinta, ambos peruanos detenidos, alquilaban los depósitos para almacenar el carbón y la cocaína, detalla el reportaje, también “adquirieron una flota de camionetas y motos y alquilaron lujosas residencias en las que moraban sus cómplices, entre ellos Rubén Larios Cabadas y Jhoseth Gutiérrez León”.
“La droga la vendía hasta a siete proveedores o mafias de productores de cocaína del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Al llegar a Trujillo los alijos de cocaína, se distribuían en cinco almacenes, en los que habían acondicionado caletas subterráneas para ocultar la mercancía ilegal y evadir la mirada de los curiosos o el robo de potenciales competidores. Según manifestaciones de algunos trabajadores, los mexicanos Larios y Gutiérrez se identificaban como “ingenieros” que verificaban la calidad del carbón de piedra que se iba a exportar”, precisa La República.

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