Relanzan Corazón de Kaláshnikov

Alejandro Páez Varela.
Alejandro Páez Varela.

Con El reino de las moscas y la reciente Música para perros, Alejandro Páez Varela completa una trilogía de novelas sobre el narcotráfico, partiendo de su contexto en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Mónica Maristain/ sinembargo.mx
Nunca creyó en el concepto de literatura del narco y le robó tiempo al periodismo para construir en forma minuciosa una obra novelística que ya ha entregado tres historias inolvidables al corpus de las letras nacionales.
“Respeto a quienes usan o aceptan eso que se llama narcoliteratura, pero no creo en eso. Me parece que la literatura es una sola e indivisible. Por lo regular escribimos de lo que conocemos, de lo que sabemos. La literatura no viene de la nada. En mi caso, provengo de una ciudad que ha convivido ya un siglo con traficantes de heroína, candelilla, licor, cigarros. Viví entre narcos, fueron mis vecinos. Mi generación quedó destruida por contacto directo o como víctima colateral.
Entonces, en cierto momento, cuando me di el tiempo y me senté a escribir ficción, no pude sino recurrir a las figuras que me eran comunes”, afirmó Alejandro Páez Varela.
Ahora, la reedición corregida y aumentada -con la inclusión de prácticamente un nuevo capítulo- de Corazón de Kalashnikov, que con una nueva y muy atractiva portada dio a conocer esta semana la editorial Alfaguara, es un cierre de lujo para la trilogía que se completa con El reino de las moscas y la reciente Música para perros.
Se trata de tres novelas que transcurren en Ciudad Juárez, donde el también periodista nació en 1968, un territorio obligado frente al que nunca de todos modos se sintió comprometido. “Esos ambientes, esos personajes, esas mujeres y esos hombres estaban dentro de mí.
No pude evitarlos. Como periodista, como estoy informado de manera natural de lo que allí sucede, sí podría hablar de un compromiso, pero no como escritor”, dijo Alejandro en una entrevista del 2012.
Para el también autor de la primera biografía de Marcelo Ebrard (Presidente en espera), Ciudad Juárez “está marcada para siempre, tiene una herida muy profunda, cuyas verdaderas dimensiones aún desconocemos”. “Juárez ha sobrevivido a muchas cosas. Como a Berlín, a Ciudad Juárez la dividieron en dos cuando la anexión de los territorios mexicanos a Estados Unidos.
Después de ese proceso, ha pasado por muchas cosas, todas muy intensas. Desde ser, junto con Tijuana, el corazón de la migración, hasta tener en su territorio a cárteles de la droga muy poderosos”, explica.
corazon
Jéssica, Violeta y Juanita
Páez Varela, ex subdirector del diario El Universal y director de contenidos de SinEmbargo, cuenta en Corazón de Kalashnikov, la historia de Jessica, Violeta y Juanita, quienes no tienen nada en común excepto el narcotráfico y la muerte, cadáveres en ácido, prótesis de silicón como evidencia y una ciudad desierta de alegría pero tremendamente vasta en miedo y violencia.
“Con una voz casi testimonial, rinde un himno homenaje a aquellas mujeres que enfrentan el reto de sobrevivir, pero desde una trinchera de rencor, maldad, amargura y odio. También da inicio a un relato extenso de cómo el norte se ha ido carcomiendo por esa mancha llamada narcotráfico”, dice el boletín de prensa distribuido para la ocasión por Alfaguara, su casa editorial.
“Corazón de Kalashnikov recurre a narcos, sí, pero también a mujeres: Ciudad Juárez es una comunidad en la que las mujeres juegan un papel central. La fuerza laboral de esa frontera fue de 400 mil durante el boom maquilador, en la década de 1990.
Los hombres fueron reducidos a un papel secundario y eso generó un drama que no viene al caso contar aquí, pero que se expresó en maltrato y, en algunos casos, en homicidios. El narcotráfico tiene una presencia tan brutal en México que por supuesto ha marcado muchas formas del arte, entre ellas la literatura”, asegura el escritor.
“Ellas (las mujeres) son las que mantienen el alma de esa comunidad. Y, hasta la fecha, son las de los empleos modestos y legales: las que van, entre balazos, a las maquiladoras; las que atienden los restaurantes, las tiendas, los comercios, a pesar de que los extorsionadores casi acabaron con todo negocio legal en Juárez.
Ellas son la única lucha que hemos ganado como sociedad. Y son, claro, las más vulnerables. Una pinche sociedad de machos ha querido aplastarlas, pero por fortuna siguen de pie. El futuro, si lo pensamos con esperanza, se fincará en ellas”, concluye.
Alejandro Páez Varela tiene 45 años y viene de una familia de periodistas chihuahuenses. Fue editor en Reforma y El Economista, Es autor además de dos libros de relatos: No incluye baterías (Cal y Arena) y Paracaídas que no abre (Almadía). Como periodista, coordinó el libro colectivo La Guerra por Juárez y ha participado en Los Amos de México, Los Suspirantes, Los Intocables y Los Suspirantes 2.

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