El dirigente venezolano de Voluntad Popular, Leopoldo López, se entregó a la Guardia Nacional luego de pronunciar su discurso, para posteriormente ingresar a un vehículo blindado de las autoridades.
Montado en la estatua del prócer cubano José Martí, el hasta ahora prófugo de la justicia, justificó su entrega e instó a sus seguidores a mantenerse en la toma de las calle, posteriormente solicitó que su esposa, Lilian Tintori, que  también escalara el monumento para, acto seguido, abrazarse y despedirse.
Leopoldo López caminó con una bandera blanca hasta el piquete de la Guardia Nacional que se encontraba apostado en la plaza Brión.
En su discurso mencionó las opciones que tenía era dejar el país, sin embargo aseguró “no me voy a ir de Venezuela nunca” aunque también detalló que tenía la opción de quedarse en la clandestinidad, lo que desechó, “podía dejar la duda en algunos que están aquí, de que nosotros teníamos algo que esconder”, puntualizó.
El líder opositor se entregó a los funcionarios, quienes lo hicieron abordar a una tanqueta blanca de la Guardia Nacional, ubicada a dos cuadras del Centro Comercial Chacaíto.
López, contra el que pesa una orden de captura por los incidentes del pasado miércoles al término de una marcha que dejaron tres muertos, había señalado momentos antes que se iba a entregar a una “justicia injusta” y una “justicia corrupta” pero aseguró que no iba a ir a la clandestinidad ni a marcharse del país.
Antes de entregarse, dijo que no podía hacerlo sin antes dejar claro el por qué de su lucha, “esta lucha si es por nuestros jóvenes, sí es por los estudiantes, por los reprimidos, por los encarcelados, por todo el pueblo de Venezuela que hoy está sufriendo colas, escasez, los jóvenes no tienen empleo ni futuro”.
El dirigente opositor venezolano Leopoldo López apareció hoy en una plaza caraqueña para dirigirse a sus seguidores y comunicarles que se iba a entregar a la policía que resguarda las inmediaciones.
Información tomada de Eje Central.