Me dice un amigo que en Michoacán hay muchos policías y soldados, pero que falta Gobierno.
El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, repite y repite: “No vamos a permitir que los criminales sigan…haremos nuestro trabajo”. Más de un año tiene diciendo lo mismo. Y mientras, la inseguridad, sigue creciendo en el país, y en algunos Estados de la República como Tamaulipas, Guerrero, Veracruz y Michoacán, Sinaloa no se queda muy atrás.
Lo que hay en Michoacán es una guerra, el Estado no existe, cualquier grupo se cree con el derecho de ejercer la violencia. Y quien debe ejercerla para mantener el orden y la convivencia civilizada, debe ser nada más el Estado, según Max Weber.
El problema en Michoacán se inició hace muchos años, desde que el PRI era el partido hegemónico en el país. ¿Cuándo se agravó? Cuando Lázaro Cárdenas Batel empezó a gobernar Michoacán, el problema ya era mayúsculo. Fue él quien dio la voz de alerta, y por eso fue ahí donde Felipe Calderón Hinojosa empezó su guerra contra la delincuencia.
En el actual gobierno de Fausto Vallejo Figueroa el crimen organizado ha seguido creciendo a tal grado que ahora hay otros involucrados, civiles que se defienden, denominados Autodefensas, cuya organización, emulando el ejemplo de grupos similares del vecino Guerrero, también han crecido y tomando fuerza.
¿Ampara la ley a estos Autodefensas, sean de Michoacán o de Guerrero o de donde sea? Sí, porque alegan la defensa propia. Al pueblo no le queda de otra, tiene que defenderse a sí mismo, y lo hacen por la complicidad que existe entre el crimen organizado y el gobierno.
La incapacidad de los gobiernos municipales, estatal de Michoacán y federal, en materia de seguridad es del todo manifiesta: por una parte, el crimen organizado se ha fortalecido en todos sentidos, al grado que disputa al tú por tú, al Estado y a la sociedad civil, los propios espacios de éstos.
Lo peor es que la estrategia del gobierno de Peña Nieto no solo no está dando resultados para resolver tan grave situación, sino que ni siquiera es clara y, quizá, ni legal; pues para cercar con el ejército, como se está haciendo, algún municipio o alguna región del país, se requiere declarar la suspensión de garantías. No se hizo. O decretar la desaparición de poderes de Michoacán. Tampoco se hizo. O, al menos que el Congreso Local de Michoacán, solicitase formalmente, el apoyo del gobierno federal. Tampoco se hizo. Y si las autoridades legalmente constituidas, no respetan la ley, ¿cómo piden que los gobernados lo hagan?
¿Cuántos municipios como los de Michoacán hay en el país, donde es la delincuencia organizada quien ejerce el poder? ¿Cuántos?
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