En una injusta situación laboral, continúan buena parte de los trabajadores del Instituto Sinaloense de Cultura. Por ello, en defensa de sus pocas, pero claras y justas demandas, realizaron una suspensión de labores en las instalaciones de dicha dependencia el pasado martes 14 de enero.
Si bien, el paro fue de solo una hora, pues lo último que los manifestantes desean es afectar el funcionamiento del Centro Cultural Genaro Estrada y a sus cientos de alumnos, la acción fue clara y puntual: se pide dignidad laboral. Y no se pide sin dar nada a cambio, todo lo contrario, pues la gran parte de los maestros lleva toda una carrera laboral al interior del Instituto, a diferencia de muchos de los actuales directivos del mismo, años y décadas de dedicación por formar en las artes y lo mejor de la cultura a la juventud de Sinaloa.
Y por ello tienen actualmente falta de pago de aguinaldo, raquíticas primas vacacionales (contrastando con los altos viáticos y las jugosas primas de los altos funcionarios, de 65 días de aguinaldo) y en no pocos casos, el retraso del pago salarial.
Es solo justicia a su noble labor en pro de la educación y la cultura lo que los manifestantes desean. Para ello se unieron en un Sindicato Único de Artistas, Docentes y Trabajadores del ISIC (Suadtisic).
Estos trabajadores son la firme base de la infraestructura cultural del estado y además de carecer de seguridad laboral, muchos no cuenta siquiera con seguro médico, incluso durante el embarazo.
Las autoridades del ISIC parecen no entender la importancia del Instituto como semillero intelectual y artístico estatal, al que en su lustro de haber alcanzado la “mayoría de edad”, de dirección de cultura a Institución como tal, siguen permitiéndosele la reproducción de viejas problemáticas indignas de su labor, sin respeto por el Artículo 123 Constitucional.
El paro de trabajadores, breve pero contundente, se llevó a cabo justo al día siguiente de la inasistencia de la directora del ISIC, María Luisa Miranda, a su segundo citatorio en la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, del que fue oportunamente notificada y que subestimó frente a un evento relativo a la certificación de la Norma ISO 9001, por tenerlo previamente programado.
Lo que queda concreto es que algo debe estar muy mal con la burocracia cultural en Sinaloa como para estar buscando la certificación ISO 9001, mientras se tienen huelgas y cientos de empleados en una situación laboral, médica y social, tan precaria, por decir lo menos.
Eso si, las fotos del acto hablan por si mismas y en el evento por la Norma ISO, se mal llenó el teatro Socorro Astol con trabajadores acarreados de todas las áreas del Instituto, que no están realizando paros por tener contrato de trabajo con el STASE, pero concuerdan y apoyan las actividades de sus compañeros manifestantes.
Ya en septiembre pasado, la titular del ISIC había expresado como “éste es un problema real de los trabajadores, una situación que va ya muy encaminada a las soluciones y con el análisis oportuno de cada uno de los detalles y se está haciendo el examen minucioso de cada uno de los casos”. Pero lo que se necesita es simple y no un gran análisis, se necesita gestión y acción. No certificaciones vanas en momentos críticos para el desarrollo cultural de la sociedad sinaloense.
Para tener la situación esclarecida en pocas y bien pensadas palabras, nada como la explicación que dio Javier Basurto a Roberto Bernal en una entrevista del 2 septiembre pasado, en ella Basurto describe puntualmente que lo que se busca es “un contrato colectivo de trabajo para salvaguardar los intereses de los trabajadores, a quienes actualmente se fuerza a firmar contratos individuales de los que ni siquiera tienen permitido tener una copia y que no contemplan las garantías constitucionales”.
Se busca que los despidos no se realicen sin ninguna razón de por medio, sea ésta laboral o artística. Lo que se desea, dice Basurto, “no es tronar al Instituto, sino constituirlo con una base sólida y fuerte, legal, financieramente transparente que haga mucho por la cultura”. Lo que le parece, dice, “es que destaparon la caja de pandora, lo cual está bien, […] pero les falto oficio político.
Tengo la impresión de que [en la actual administración] llegaron con una visión empresarial, medio neoliberal, y quieren meter un modelo de administración empresarial -caduco además-, en una empresa cultural […]. Aquí se necesita un político, alguien que sea capaz de gestionar y ser sensible a las demandas, en fin: un político” expresa Basurto. Mientras, los trabajadores Suadtisic, siguen con sus labores y la defensa de sus derechos. Siguen con unión, pues saben que ahí esta la fuerza.