La vida es corta; es un sueño, y como tal, se nos pasa en un suspiro. Es fácil recordar cosas que pasaron hace una década, dos, o más. Regularmente lo que recordamos son cosas que nos han marcado, las banalidades se olvidan como tales.
 
A fuerza de repetir, hemos aprendido a realizar muchas actividades, a moderar actitudes y a ponernos en equilibrio con el entorno.
 
El aprendizaje en general ha sido producto de experiencias, en su gran mayoría, repetidas, física o mentalmente.
 
Existen una gran cantidad de productos que se nos han ido metiendo en la cabeza a fuerza de repetirnos sus beneficios. Desde niños hemos sido programados para “entender” que sus beneficios sus imprescindibles, algo similar a lo que publicara Aldous Huxley en Un mundo feliz, hace más de ochenta años: una hipnopedia… pero despiertos.
 
La marca francesa Danone, que se dedica en gran forma a la producción de productos lácteos, entre otros, promueve sus productos a través de una oferta de salud.
 
Dentro de su gama de productos cuenta con la línea Danonino, especializada en productos para niños, en la que invita a su consumo a cambio de otorgar un mayor crecimiento y desarrollo sano en edades tempranas.
 
 
ENVASE
 
El envase presenta dos compartimentos: uno para el yogurt y otro para el cereal, en este caso se trata de bolitas de chocolate tipo Nesquik si especificar de qué marca.
 
El compartimento del yogurt está ilustrado con la publicidad del envase mientras que el del cereal es transparente, lo que nos permite ver el contenido al interior.
 
En la ilustración del envase, de fondo rojo y contrastado con el yogurt sabor vainilla, aparece el nombre del producto y, un poco más abajo, Dino, el dinosaurio, mascota de la línea, sostiene en su mano un poco de cereal mientras guiña el ojo.
 
 
 
INGREDIENTES
 
Un total de 41 ingredientes conforman este producto. Dieciséis pertenecen al yogurt y los restantes 25 al cereal, siendo éste el que presenta ingredientes de una índole más nociva.
 
Si bien el yogurt contiene lactosa, un tipo de azúcar natural de la leche, también contiene azúcar añadido, además el preparado con el que se le da sabor, presenta a su vez otra fuente edulcorante mencionada como “azúcares”.
 
En cuanto al cereal, éste presenta carbohidratos de absorción rápida como las harinas de maíz y arroz, las cuales generan disparos en los niveles de insulina al ser consumidos.
 
Además, en el mismo cereal, hay dos tipos más de edulcorantes: azúcar y jarabe de maíz alto en fructosa, éste último relacionado en los últimos años con el incremento de peso así como en la relación de su consumo y el desarrollo acelerado de padecimientos como el hígado graso y el aumento en los niveles de triglicéridos en quienes lo consumen frecuentemente.
 
Según la Asociación Americana del Corazón, las recomendaciones de ingesta diaria para un niño de preescolar son no rebasar las 64 calorías, es decir, 16 gramos.
 
Este producto contiene 20.5 gramos de azúcares añadidos y un total de 29.9 gramos de carbohidratos en total.
 
 
CALCIO
 
En general, los productos lácteos impulsan su mercado a través del calcio, contenido naturalmente en la leche, y mediante el cual ofrecen una mejora de salud para el público consumidor.
 
De igual manera, Danone apuesta por su aporte de calcio, mineral clave en el crecimiento de los huesos y por ende, colabora a que los niños en etapa de desarrollo se favorezcan con su consumo.
 
Es por esto que el producto aporta un 42 por ciento del calcio requerido diariamente por un niño de entre 4-8 años, el principal grupo de edad que consume este tipo de productos.
 
La contrariedad se encuentra en que el exceso de azúcar produce la excreción del calcio a través de la orina, lo que genera que de la cantidad de calcio incluida en el envase, al final la que se aprovecha es menor a la que contiene el producto.