La fiesta, entre balas y protestas

 

serie-del-caribe-4

En la esquina de Jesús G. Andrade y Constitución aún quedan los remanentes del festejo. La Serie del Caribe 2017 dejó a la ciudad bastantes historias para la posteridad, y muchas de ellas nada tienen qué ver con lo deportivo.

Era martes 7 de febrero y los Águilas de Mexicali se preparaban para enfrentar en la gran final a Criollos de Caguas, equipo representante de Puerto Rico. Ese mismo día, el oriente de Culiacán amaneció con olor a pólvora: un marino y cinco civiles fallecieron tras un enfrentamiento en las primeras horas.

Desde las 8:00 de la mañana los comercios ambulantes comenzaron a instalarse. Es el día de la final y hay que sacar la venta, el último estirón: camisetas, gorras y llaveros son algunos de los “suvenir” más comunes, pero afuera del estadio el olor es a meados y éste no mengua.

“Así ha sido desde del primer día, muchacho. Toman ahí en donde sea y pues tienen que orinar y como es mucha gente no alcanzan los baños”, explica Rosario, vecina de la colonia Miguel Alemán.

El resultado de la autoridad municipal arrojó un total de 39 personas detenidas, de los cuales 24 fueron en las afueras del estadio y 15 en cercanías y en cuadras aledañas al recinto. Durante el juego final, la Policía Municipal detuvo a cuatro personas por alterar el orden.

De constructores y revendedores

Sobre la acera poniente de la calle Jesús G. Andrade, seis camiones de volteo están estacionados desde temprana hora. Corresponden a las empresas que participaron en la construcción del estadio de Tomateros de Culiacán, y a los cuales aún se les adeuda 110 millones de pesos. Tuvieron que pasar seis días de Serie del Caribe para que salieran a manifestarse.

“Hasta el momento no se tiene todavía respuesta directa de gobierno, hay pláticas pero no se aterriza todavía nada del adeudo que se tiene con los contratistas”, explicó Francisco Javier Olivas Gurrola, uno de los contratistas.

Cruzando la calle, justo afuera del estadio, trabajadores de las constructoras hacen entrega a los transeúntes de volantes. Algunos se detienen a intercambiar palabras, otros solamente lo toman y avanzan y otros simplemente se van de largo.

“Sr. Gobernador, ¡Cumpla su palabra! Demandamos el pago inmediato por las obras realizadas en la construcción del estadio Ángel Flores”, dice la nota del volante.

Son las 11:00 horas y sobre la acera sur del bulevar Constitución aparecen dos hombres. Se trata de dos adultos mayores parados justo a la altura del estacionamiento del estadio. “¿Busca boleto?”, preguntan al transeúnte.

La reventa no fue clandestina. A plena luz, aprovechando las protestas y en las afueras del estadio, a pesar del operativo de seguridad, se ofreció a los aficionados. El boleto más barato fue de mil 600 pesos y el más caro de 6 mil pesos. En taquilla apenas ofrecían 20 boletos diarios, nada más. El resto fue vendido vía internet por medio de carnets.

De operativos y psicosis

Las 19:20 horas y la entrada del estadio Tomateros luce como un hormiguero gigante, gente rodeada de más gente, todos en busca de entrar a la final. Atrás quedó el olor a pólvora de la colonia Villas del Real, que luego se trasladó a Villa Juárez, en Navolato.

Patrullaje de la policía militar es foco de atención entre los aficionados, la mayoría con cerveza en mano. Los señalaban. También, policías estatales, ministeriales y municipales rondaban las inmediaciones del estadio junto con agentes de vialidad. La orden era impedir a toda costa un evento trágico que empañara el evento.

El equipo local perdió ante la novena boricua en lo que los aficionados coincidieron “un juegazo” y afuera el rumor de un enfrentamiento en Álvaro Obregón y Emiliano Zapata, apenas a dos calles del estadio. Luego, al final del juego, los fuegos artificiales y varios se asustaron. Lo del enfrentamiento fue falso y la Serie del Caribe concluye como un suceso exitoso.

“Son cosas que no podemos ocultar realmente, ustedes lo conocen mejor que nosotros, son temas que tenemos que afrontar, que tenemos que sumar todos, como les digo, ninguna persona en Culiacán quiere que pase esto en su ciudad”, explicó el alcalde Jesús Valdés Palazuelos al día siguiente.

Previamente, durante las primeras horas del 4 de febrero, un joven fue asesinado de un disparo en el pecho mientras cenaba en un establecimiento en Andrade y Constitución, prácticamente a las puertas del estadio.

Sin embargo, con una derrama económica de alrededor de 400 millones de pesos y más de 7 mil empleos generados durante el evento, esto no logró opacar el éxito del evento, según Valdés Palazuelos.

“Es un éxito porque vengo del mercado y vendieron como nunca habían vendido. Toda la zona del centro, toda la zona dorada tuvo extraordinario ingresos y ese es el éxito que realmente provocan los eventos internacionales, desgraciadamente la imagen pública no va de la mano con estos acontecimientos que están favoreciendo a que la criminología siga siendo el tema de todos los días”, dijo.

Y durante el fin de semana Culiacán dejó saldo de 10 homicidios, producto de enfrentamientos. Medios locales, nacionales e internacionales coincidieron en sus encabezados: “Diez asesinatos en Culiacán, sede de la Serie del Caribe 2017”.

“Aun así salió la Serie del Caribe, como les digo, desgraciadamente con esa percepción que se está dando y que se está incrementando, pues la única manera de remontarlo es con trabajo, todas las crisis se remontan con trabajo y sobre todo estrategia y como les digo, yo no diseñé la estrategia, yo simplemente estoy cooperando”, concluyó el alcalde.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email
  • 00
  • Dias de Impunidad
RÍODOCE EDICIÓN 1103
GALERÍA
Decenas de mujeres salieron a manifestarse este 8M a las calles de Culiacán, para exigir justicia por las víctimas de violencia. Partieron del Ayuntamiento y hasta el Palacio de Gobierno donde realizaron pintas.
COLUMNAS
OPINIÓN
El Ñacas y el Tacuachi
BOLETÍN NOTICIOSO

Ingresa tu correo electrónico para recibir las noticias al momento de nuestro portal.

cine

DEPORTES

Desaparecidos

2021 © RIODOCE
Todos los derechos Reservados.