Perlas de pepe

Entonces, la lengua más famosa de la historia del rock, recreada para el disco Sticky Fingers por Andy Sopa Campbells Warhol, el Peter Pan que a sus setenta años sigue brincando con energía adolescente en los escenarios, el Mick Jagger de toda la vida, acompañado por ese hombre de tantos surcos en su rostro que si se pudieran sembrar producirían una notable cosecha, el autor de la frase “yo nunca he tenido problemas con las drogas, con quien los tengo es con la policía”, Keith Richards, y Charlie Watts, que siempre ha dado la impresión de ser el contador, no el baterista de The Rolling Stones, le dijo, aquel 8 de junio de 1969, a Brian Jones, su compañero, el verdadero fundador de The Rolling Stones, uno de los instrumentistas más completos (dominaba 22), que no podía seguir en el grupo porque su problema de adicción a las drogas era más grave que la de ellos tres juntos. Aparte de andar todos los días hasta la madre, empezaba a engordar y no pelaba al resto de la banda.

 

Jones no solo había estado en el grupo desde su fundación, él lo había fundado y bautizado. Era la pieza más importante, el que empezó a armar el rompecabezas de los Stones. Aportó ideas musicales e introdujo instrumentos innovadores; de hecho es considerado como el creador del sonido Stones.

 

Aceptó estorbar y dos días más tarde recibió su liquidación como el fundador del segundo grupo más influyente de todos los tiempos, la banda más antigua en el mundo del rock.

 

Meses antes de que el grupo que había creado, organizado y fundado le diera flit por considerarlo persona non grata para sus intereses, Brian Jones se había comprado una “casita” de campo llamada Cotchfords Farm, que había sido propiedad de A.A. Milne, escritor y creador de un célebre oso amarillo y gordo, adicto a la miel, llamado Winnie the Pooh, en donde inició trabajos de remodelación. El albañil encargado de la obra sería Frank Thorogood, un veterano de la Segunda Guerra Mundial.

 

Brian había tenido una fuerte fricción con Frank días antes, incluso lo despidió porque se había caído la mampostería de su cocina, pero la noche del 3 de julio de 1969 el excombatiente estuvo ahí. Y no solo eso; participó en una fiesta en la piscina. Tom Keylock llegaría más tarde, ya que el fundador de los Stones había fallecido, ahogado en su piscina, por su asma, drogas y alcohol, según dictamen del forense. Cuando se dieron cuenta, ya estaba en el fondo de la piscina, sin canción alguna por tocar. Ni siquiera la de Winnie the Pooh.

 

A 43 años del deceso de Brian Jones muchas dudas sobreviven. Aparte de las anteriores, está la que se desprende del hecho de que Keylock, que detestaba a Jones, y Thorogood, que trabajó y se hizo amigo de Keith Richards, fueron sorprendidos por el jardinero de la casita de Winnie the Pooh quemando las pertenencias del Rolling Stone fundador, la mañana del 4 de julio. Para el Jefe Gorgory, de Los Simpsons, el motivo aceptable podría ser un intento por purificar la ropa del fundador de los Rolling Stones. Pero…

 

Texto editado del libro Mira esa gente sola, capítulo El lado oscuro de las piedras rodantes.

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