Los independientes en el 16

candidato independiente
Me pregunta la redacción de El Economista: ¿Cuál es el horizonte de triunfo de los candidatos a gobernador sin partido en 2016? Una pregunta nada ociosa que se están haciendo en las redacciones de varios diarios de dentro y fuera del país. Las candidaturas independientes, como sabemos, vinieron a cambiar el escenario de la competencia electoral. El monopolio de la representación que habían tenido los partidos políticos desapareció al menos formalmente, gracias a las reformas constitucionales y reglamentarias de 2013.
Y aunque aparecen en las elecciones concurrentes de 2015 con resultados más bien testimoniales, para muchos fue el principio de un cambio en la representación política. Hoy, para no ir muy lejos, en Sinaloa hay 32 aspirantes en campaña por alcanzar un cargo de representación popular que contrasta con los cinco de la elección federal del año pasado y sin la promoción de 4 por un partido político local, el PAS.
Quizá por eso la inquietud que existe en las redacciones de diarios y muchos ciudadanos consumidos en el hartazgo y la impotencia. Pero en las elecciones concurrentes de este año ¿se perfila una activación y desplazamiento del voto a favor de los candidatos independientes?
Salvo excepciones a la regla, no lo habrá en la mayoría de los estados donde tendrán elecciones este verano. El fenómeno Bronco, difícilmente se volverá a repetir en este nuevo ciclo electoral.  Y es que si bien persiste el hartazgo político, hay indicios para pensar que no sucederá, porque ya no está el factor novedad y hay cierta frustración con el desempeño del único gobernador independiente.
Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco, no ha cumplido su principal oferta electoral, que fue meter a la cárcel a los corruptos del gobierno de Rodrigo Medina. Además, no hay personajes como el Bronco en los estados donde habrá elecciones, sino personas que vieron la oportunidad de aparecer en la boleta electoral sin una agenda de cambio. Son la mayoría de ellos ex militantes partidistas que al no ver cumplidas sus aspiraciones dentro de su partido, la buscan en la candidatura independiente.
En los registros están ausentes los liderazgos sociales y carismáticos que pudieran imprimir otro rumbo a estados, legislativos y municipios. Ante la ausencia de estos perfiles, la promoción en los medios de comunicación es prácticamente inexistente y los empresarios, pieza angular en el triunfo del Bronco, están apoyando a los candidatos de los grandes partidos y, salvo Jorge Castañeda, no se ve hasta ahora una defensa ferviente de la causa independiente y mucho menos Manuel Clouthier y El Bronco están apoyando a estos candidatos a cargos de elección popular.
Y es que si los dos ambicionan estar en la papeleta electoral en 2018, es fundamental la promoción que puedan hacer en estos comicios, para generar una red nacional de apoyo a sus aspiraciones. No obstante, por el aislamiento que se observa en la mayoría de los candidatos independientes, es de esperar, más o menos, que éstos resten votos a todos los partidos, especialmente a las grandes formaciones, y favoreciendo una mayor fragmentación del voto y la formación de gobiernos de minoría.
Me explico: hay una doble tendencia que se viene dando en los comicios de los últimos años, la conformación de grandes coaliciones con el subsecuente efecto en el comportamiento del voto y la representación política, y el surgimiento de las candidaturas independientes.
Hoy, como nunca, vemos disminuido relativamente el peso electoral de los grandes partidos y el incremento de votantes entre los partidos tradicionalmente pequeños. El congreso local y los cabildos municipales son cada vez más multipartidistas. Sin que esto signifique necesariamente mayor debate público y mejores gobiernos. Simplemente es más diverso.
Y por eso aparecen los gobiernos de minoría. Gobiernos que no tienen la mayoría en el Congreso o en su caso en los Cabildos. Un escenario complicado porque hay que construir acuerdos y frecuentemente los partidos realizan prácticas de chantaje político. Toma y daca. Y esta fragmentación habrá de reforzarse con las candidaturas independientes al Congreso y a los Cabildos.
En Sinaloa, se habla por ejemplo que Francisco Frías no ganará la elección de gobernador pero sí tendrá decenas de miles de votos. Y esos votos van a venir principalmente de desencantados y priistas, o sea lo que pierde uno lo gana el otro. Y quien gane la elección de gobernador, según mis cálculos, no obtendría más allá del 35 por ciento de la votación emitida.
En definitiva, el futuro de las candidaturas independientes es incierto en esta contienda por tres razones: muchos de los candidatos no ganan la confianza por venir de los partidos, no hay acompañamiento hasta ahora de quienes detentan un cargo viniendo de ellas y el apoyo que están recibiendo los partidos grandes de los poderes fácticos.

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