El pasado 16 de septiembre, mientras el desfile transcurría, el Obispo de la diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre, llamó invertidos a los homosexuales y descalificó a los diputados locales que promueven una reforma al Código Civil que permita la unión entre personas del mismo sexo.
En rueda de prensa, según publica la versión digital del semanario Proceso, advirtió a los periodistas: “Mañana voy a leer los periódicos y voy a estar atento para ver qué escriben y para ver de qué parte están; si están de parte de la razón o están de parte precisamente de los invertidos. Ese es el problema: invertir valores. Hay una filosofía perversa abajo de destruir y volver a construir, pero al revés”.
Enorme intención de permanecer vigilante de los demás, sin duda, pero tal vez el obispo debería poner más atención a las opiniones del jefe de su iglesia, el Papa Francisco, antes de erigirse en el gran censor de la opinión pública.
En entrevista otorgada a La Civiltá Cattolica, publicación de la Compañía de Jesús en agosto de 2013, el Papa afirmó: “Durante el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo. La religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal. Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: ‘Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?’.”
Para el comentarista de El País, Juan Arias, los planteamientos del Papa sobre la homosexualidad preocupan a los círculos conservadores del Vaticano, e incluso han obligado al portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, a afirmar que el Papa está siendo mal interpretado. Junto a los sectores conservadores, además de la opinión del Papa, el Obispo debe estar preocupado por las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Apenas en junio, el tribunal resolvió el amparo en revisión 615/2013 y protegió a una pareja del mismo sexo que deseaba contraer matrimonio en Colima, cuya solicitud se había estimado improcedente con base en la Constitución y el Código Civil de esa entidad federativa.
La Primera Sala de la SCJN declaró inconstitucionales y contrarios a los convenios internacionales las normas de Colima que hacen referencia a que el matrimonio tiene como finalidad perpetuar la especie, así como que éste se da entre un hombre y una mujer, pues esto excluye a las parejas del mismo sexo. Con los mismos argumentos determinó el amparo en revisión 122/2014 para proteger a una pareja del mismo sexo de Baja California
Y si crees paisano que esta es sólo una moda que no nos alcanzará, el pasado 24 de septiembre la SCJN resolvió el amparo en revisión 263/2014, a favor de tres personas homosexuales de Sinaloa, al estimar inconstitucionales un par de artículos del Código Familiar del estado que regulan el matrimonio y el concubinato como la unión de un hombre y una mujer, pues esto excluye a las parejas del mismo sexo.
La Corte consideró que las normas impugnadas son discriminatorias pues reducen el matrimonio y el concubinato a parejas heterosexuales, lo que es contrario al artículo 1° constitucional y a las obligaciones internacionales de nuestro país que garantizan el derecho a la no discriminación por motivos de preferencia sexual.
Además, la SCJN estima que los efectos del amparo concedido obligan a todas las autoridades de Sinaloa a tomar en consideración la inconstitucionalidad de los mensajes transmitidos por los preceptos impugnados, y por lo tanto no podrán utilizarlos como base para negar a los quejosos beneficios relacionados con la regulación del matrimonio.
En pocas palabras, la Corte reconoce que tanto la Constitución como el orden jurídico internacional aceptan el derecho de parejas del mismo sexo a unirse en matrimonio. En consecuencia, las entidades federativas no tienen facultades para prohibirlo. No creo que al Obispo le haga mucha gracia esto.
A todo esto paisana ¿piensas que el mundo se va a acabar si permitimos y respetamos la decisión de dos personas de casarse, por ser del mismo sexo? ¿Estás de acuerdo en limitar las libertades de otros seres humanos porque son homosexuales? Yo no.
