Batman a los 75

Batman by Howard Chaykin
Para el Paquiro
“Pero la justicia es ciega. Ciega como un murciélago.”  Sam Hamm
De niño, los viernes eran mi día favorito. Verás paisano, todos los viernes mis papás nos llevaban a cenar y después a comprar cómics a la librería Santa Rita. La idea era que a través de la lectura de las historietas se nos hiciera la costumbre y de ahí pasáramos a leer libros serios.
A mi papá le gustaba leer El Llanero Solitario, a mi hermano Eduardo le encantaba el Archie, pero yo que leía todo lo que cayera en mis manos, desde el Duda hasta Los Supermachos, pasando por Kalimán, Chanoc, La Pequeña Lulú y Susy secretos del corazón, siempre me sentí fascinado por los superhéroes. En particular por Batman.
Batman cumplió 75 años de vida y el pasado miércoles se declaró su día en los Estados Unidos. La historia oficial dice que el personaje fue creado por Bob Kane y apareció por primera ocasión en el número 27 de la revista Detective Comics, allá por el lejano 1939.
La otra historia nos habla de que, ante el éxito de Supermán, le encargaron a Kane crear otro superhéroe, con la condición de que no se pareciera al super-hombre. Kane inventó el nombre y dibujó a un personaje en mallas rojas, calzoncillo negro, antifaz y unas alas rígidas pegadas a la espalda.
Con estos bosquejos fue a ver a su amigo Bill Finger, quien al escuchar a Kane, modificó el disfraz haciendo grises las mallas, cambiando el antifaz por una capucha con orejas puntiagudas, agregando guantes (inicialmente morados) y estableciendo su alter ego como Bruce Wayne, quien vivía en Ciudad Gótica, conducía un vehículo en particular y era amigo del inspector Gordon de la policía.
A pesar de que Finger creó una gran parte de la iconografía, escenario y personajes que forman parte de la mitología de Batman, durante 75 años hemos visto en cualquier publicación, película, serie de TV o videojuego, que el hombre murciélago fue creado por Bob Kane. Él solito sin ayuda de nadie.
Lo que sucede es que en ese lejano 1939, Bob Kane, después de haber recibido la ayuda de Bill Finger, platicó con un pariente suyo que era abogado, quien le recomendó que antes de firmar el contrato con la editora, la que hoy es DC Comics, pusiera como condición para cederle los derechos del personaje, que en todos los medios en los que apareciera Batman, se estableciera que fue creado por míster Kane.
Además, se pactó que todo el material que se publicara por la editorial sería producido por Kane. Así que el buen Bob contrató a otros artistas para que dibujaran en su estilo los cómics de Batman y una vez terminados los firmaran como “Bob Kane”. Después míster Kane los entregaba a DC Comics. La editorial no tenía tratos con el staff de artistas, sólo con Bob.
Por eso paisano, nunca te enteraste de que artistas como Jerry Robinson, Lew Schwartz, Dick Sprang, Charles Paris o Sheldon Moldoff, también dibujaron Batman. ¿Y adivina a quién le pidieron que escribiera muchos de los guiones de las aventuras iniciales? ¡A Bill Finger!
Míster Finger no recibió crédito por las contribuciones y el trabajo que hizo. Sólo hasta este 2014, DC Comics lo incluyó por primera vez como autor en la portada de su edición de aniversario de Detective Comics #27. Este año también marca el centenario de su nacimiento. Bill murió en 1974 sin la fama o fortuna que sí rodearon a Bob Kane.
El hombre murciélago llegó a México de la mano de Ediciones Recreativas, posteriormente editorial Novaro, la cual publicó el número 1 de Batman el 1° de febrero de 1954 e inició con una periodicidad mensual que llegó hasta las mil 301 ediciones.
Como la Secretaría de Educación Pública promovía la castellanización de los nombres extranjeros en los medios de comunicación, Bruce Wayne pasó a ser Bruno Díaz y Dick Grayson (Robin) se convirtió en Ricardo Tapia, nombres con los cuales serían conocidos en muchos países de Latinoamérica.
Estos mismos nombres fueron los empleados en el doblaje de la serie de TV que originalmente se transmitió en los Estados Unidos de 1966 a 1968, producida por William Dozier para la cadena ABC. En México, Batman fue un éxito mayúsculo como en el resto del planeta y marcó, al menos a mi generación, dando lugar a la llamada batimanía.
Contagiado de padres a hijos, reproducido por el cine, los dibujos animados, las figuras de acción, los juegos de video, cómics y miles de productos, el furor por Batman se basa en la adaptabilidad del personaje a los tiempos y a los medios en los cuales se presentan sus aventuras. Algo hay en el hombre murciélago que resuena en todos sus seguidores.
Por eso, a sus 75 años, como escribió Frank Miller en El Caballero de la Noche Regresa, Batman debería ser una masa doliente de músculos, quebrado, desgastado, incapaz de moverse…si fuera un hombre viejo. Pero de nuevo tiene 30 años, 20 años. La lluvia que cae sobre él es un bautismo y Batman renace una vez más.

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