Aumentan robos a casas y comercios y con ello el terror de la gente

“Es su obligación, no un favor”, reclama una frase en letras rojas impresas en un enorme pendón blanco que cuelga sobre el principal crucero vehicular de Valle Alto, un fraccionamiento de clase media alta al norponiente de Culiacán, que le exige a las autoridades locales brinden seguridad a sus habitantes.

No es la primera vez que acusan el caos en la zona pero sí se observan un poco más asustados. Las agresiones han subido de tono en los meses recientes y ahora las historias hablan sobre vecinos atados y encañonados al interior de sus hogares, mientras los criminales arrasan con sus pertenencias.

Valle Alto, Villas del Río y Stanza Toscana, forman un complejo habitacional de familias jóvenes de clase trabajadora, que usan las redes sociales para estar alerta, crean grupos de whatsapp para comunicarse y se atreven a reclamarle al gobierno por el abandono.

La noche del miércoles se reunieron de nuevo afuera de la iglesia en la plazuela principal del sector. Acudieron unas 50 familias, algunas se acompañaron de sus pequeños hijos que jugaban alrededor, sin percatarse de los terroríficos relatos que los vecinos compartían: “Si denuncias, ya sé dónde vives, vengo y te mato”.

El comité intervecinal, formado por vecinos de la zona, contabiliza en promedio tres asaltos semanales a negocios, un par de asaltos a casa habitación a la semana y un sin número de despojos de vehículos.

La cifra negra: sólo el 20 por ciento denuncia

Pero no es su culpa negarse a denunciar. La amenaza es clara. Los delincuentes tienen la misma forma de operar: se llevan las credenciales de elector de sus víctimas y amenazan con volver.

A Rosario le da miedo ir al Oxxo en la noche. Es el más cercano a su casa y uno de los más concurridos. Pero también el más asaltado.

Ahí en el crucero del bulevar Valle Alto y avenida Álvaro del Portillo —frente al centro comercial donde una tienda Coppel ya perdió su cajero automático arrancado por un grupo criminal—  casi una centena de vecinos han sido asaltados a mano armada.

A los habitantes de esta zona les quitan su carro cuando van a la farmacia, cuando se bajan al Oxxo y hasta al salir de la pizzería.

El problema no es nuevo. Viene desde mediados del año pasado y creció a la par del alza en homicidios en Sinaloa y la disputa interna entre las células del crimen organizado.

“Mayo fue la muerte”, dice uno de los integrantes del Comité Intervecinal al explicar que ese fue uno de los meses más violentos en la zona. Mayo también fue el mes con más asesinatos en Sinaloa, en ese mes se registraron 183 homicidios, la cifra más alta en lo que va del año.

Desde diciembre del año pasado, los vecinos comenzaron a llenar una tabla de incidentes que registra el tipo de delito, si acudió o no la policía y si el vecino denunció.

La estadística la elaboran a través de reportes de los propios vecinos y también por comentarios a través de sus grupos de whatsapp. Desde diciembre a agosto de este año, en la zona se han registrado 108 incidentes: asaltos a farmacias, robo de autos, robo a casa habitación, asaltos y homicidios.

Y sí, mayo destaca en su tabla estadística. Sólo en ese mes, los vecinos vivieron 27 incidentes delictivos. Uno de ellos conmocionó a toda la ciudad. Un empresario de la construcción residente de la zona despertó en la madrugada cuando escuchó que robaban su camión de volteo. Le pidió a un vecino que lo acompañara para perseguir a los ladrones, pero sólo encontraron la muerte. Sus cuerpos fueron arrojados a la orilla de un canal.

La tabla estadística del Comité Intervecinal parece más un relato de terror: dos hombres armados entran en la madrugada a la casa de una pareja. Los amarran, les cubren la cabeza y los amenazan de muerte. Se roban sus vehículos, tarjetas bancarias y sus identificaciones.

Sin embargo, los incidentes en Valle Alto, Villas del Río y Stanza Toscana no están oficialmente registrados como denuncias y no ingresan a la estadística que registra el Semáforo Delictivo. Según este instrumento de medición, en mayo de 2017 en todo Culiacán tan sólo se presentaron tres robos a casa habitación y ocho robos a negocios, aunque las cifras de los vecinos distan mucho de la información oficial.

El Comité Intervecinal elaboró un pliego petitorio que fue difundido a través de una rueda de prensa y que entregaron a las autoridades locales.

Exigen que tres patrullas de policías permanezcan de forma permanente en la zona, que se instale una caseta de policías en el centro deportivo de la colonia y que se instalen cámaras de videovigilancia en el equipamiento urbano.

Los vecinos también proponen que se cierren los predios abandonados que circundan el complejo urbano y por donde escapan los malhechores en sus motocicletas.

Mientras tanto, los pendones con la exigencia hacia la autoridad se mantienen en el bulevar principal de la colonia como un claro recordatorio de que la petición no es un favor, es una obligación.