Mientras en las calles de la Cruz de Elota, con la presencia de corporaciones estatales, municipales y federales se respira una atmósfera tensa, en la presidencia municipal y en la corporación policíaca se viven la sorpresa y la incertidumbre por el “levantón” del director de seguridad pública de ese municipio, el Teniente Ignacio Juárez Rojas y su escolta, el Armero Alfonso “N”.

La mañana del 5 de enero, el alcalde de Elota, Geovani Escobar Manjarrez, había preguntado al teniente Juárez Rojas y su tropa “¿cómo andamos?”, y él (y sus subordinados respondieron) “todos bien, todo normal”.

La tarde del mismo día, un grupo armado llegó hasta el restaurante de comida china Hermanos Carrillo, donde se encontraban el jefe policiaco y su escolta, y los privó ilegalmente de su libertad.

Al plagio considerado de alto impacto, se suma la circunstancia de que el lugar donde ocurrió el ilícito, está ubicado casi contiguo a la Dirección de Seguridad Publica y Tránsito Municipal.

La última vez que tanto el alcalde Geovani como su secretario, Víctor Manuel Cisneros Martínez, saludaron a los hoy desaparecidos, fue ese mismo día a las 8:00 horas, en las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Entrevistado en su oficina, el secretario del Ayuntamiento de Elota dijo a Ríodoce que el motivo de dicha reunión fue para partir la tradicional Rosca de Reyes.

Víctor Manuel Cisneros mencionó que el alcalde los felicitó por el operativo de Guadalupe Reyes, porque no hubo sucesos de alto impacto, y mencionó que la última comunicación que tuvo con el director fue casi a las 15:00 horas para pedirle de favor que se trasladara a hacerle una gestión al albergue de la policía militar.

—¿A ustedes los agarró por sorpresa?

—Definitivamente, definitivamente. Porque nunca hubo de su parte un comentario de que estuviera siendo él hostigado, amenazado, nada.

—¿El teniente traía escoltas?

—Mira, escoltas como tales no tenía. Él siempre se hacía acompañar por elementos de ahí de la corporación. Él nos había comentado que había solicitado escoltas a sus superiores. Nosotros como Ayuntamiento le comentamos que le podíamos dar de alta a esas personas como policías operativos, y esas pláticas él siempre las sostuvo con sus superiores.

—No se enteró usted si más allá se estaba gestionando…

—No, porque como te digo, fue un tema que siempre él manejó única y exclusivamente con sus superiores allá en Culiacán. Él nos dijo: ¿cómo podemos darle cabida a los elementos aquí? El área de tesorería conjuntamente conmigo me dijeron: podemos activarlos como policías operativos, como se venía haciendo con otros directores. Por ejemplo, a quien sustituyó él (Juárez Rojas), trajo elementos de la policía estatal y se les dio de alta como policías operativos. El teniente siempre nos comentó a nosotros que él iba a traer gente de su primer círculo. Yo quiero pensar que es gente de la milicia.

“Iba a traerlos. A nosotros nos preguntó: ¿podemos dar de alta a cuando menos cuatro escoltas de mi primer círculo? Sí, presupuestariamente esto es lo que le podemos ofrecer, el sueldo de un policía operativo. ‘Ah, okey’, dice (el teniente), para yo llevar a cabo las gestiones allá (en Culiacán)”.

—El restaurante donde ocurrieron los hechos está casi contiguo a la Dirección de la Policía Municipal. ¿Qué lectura hacen ustedes como autoridad?

—Mira, el tema operativo siempre se lo dejamos nosotros al director. Él siempre nos mantenía informados cómo se iban a llevar a cabo los rondines, cuándo hacía cambios de guardias. Nos informaba cuando él salía a Culiacán, cuando iba a salir a hacer algún rondín fuera de la cabecera municipal. Eso es lo que yo pudiera decirte, más que meterme en términos tácticos o técnicos, o de logística.

—¿Este plagio les mueve el tapete por el proceso electoral en marcha?

—Pues mira, es un hecho de alto impacto, pero de mayo a diciembre del año pasado el municipio estuvo tranquilo, en los reportes así está registrado. Nosotros teníamos una comunicación permanente, y nunca él manifestó una cosa más allá fuera de lo normal.

Víctor Cisneros señala que tanto el secretario como el subsecretario de Seguridad Pública les manifestaron que iba a venir gente de afuera a investigar a todos los elementos de la Dirección, y que el alcalde les manifestó total apertura.

“Que pregunten a quien tengan que preguntarle y le manden hablar a quien tengan que hablarle… nosotros lo que queremos es que el teniente aparezca con vida junto con nuestro compañero Alfonso, eso es lo que estamos demandando como ciudadanía y como autoridad”, manifestó.

La privación ilegal de la libertad de los policías ocurrió a plena luz del día, hasta donde el comando armado llegó sin que ninguna corporación policial hiciera algo para prevenirlo ni evitarlo.

Se estableció que los hombres que perpetraron la agresión llevaban el rostro cubierto y armas de asalto, y que se retiraron del lugar a bordo de camionetas blancas modelo Cheyenne.La Fiscalía General del Estado de Sinaloa, por su parte, señaló que el trabajo del militar es una línea de investigación a seguir.

Después del nombramiento de Juárez Rojas, Ríodoce publicó el antecedente del militar, quien fue despedido de la Policía Municipal de San Buenaventura, Coahuila, por reprobar los exámenes de control de confianza, pero reinstalado luego de que ganó un amparo, para ser dado de baja nuevamente.

La autoridad de Coahuila sólo cedió a la reinstalación para cumplir con el mandato del juez, pero inmediatamente después fue dado de baja.