El Guerrero del Arcoiris, o Rainbow Warrior, como es conocido el buque insignia de la organización ambientalista Greenpeace llegó a aguas mazatlecas la mañana de este martes para alzar la voz en contra de las políticas públicas mexicanas que dañan el medio ambiente y tienen impacto en la salud de la población,Proveniente de Estados Unidos, con 16 tripulantes provenientes de Argentina, España, Inglaterra y Holanda, el barco permanecerá del 7 al 9 de enero, después zarpará a Vallarta para concluir el tour en Acapulco en costas mexicanas para partir a Colombia.
Con la ausencia de autoridades municipales, estatales y federales durante las primeras horas que tocaron puerto, los activistas difundieron sobre la preocupación de que el gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto se encuentra en un momento decisivo en la toma de decisiones, respecto al desarrollo sustentable.
Expusieron que son tres temas relevantes para el país que están tocando: la agricultura que es amenazada por los transgénicos, la energía que se sustenta 100 por ciento en el petróleo, pero es el momento de revirar y hablar de energías renovables.
El tercer punto son las descargas tóxicas que contaminan los cuerpos de agua que provienen de las industrias que han encontrado en México un paraíso para contaminar.
Aleira Lara, dijo que durante el tour denunciarán esta contaminación y exigirán a las autoridades una regulación de las descargas que tienen las grandes marcas de ropa que se producen en el país.
La activista y vocera de Greenpeace en México, indicó que esta organización no gubernamental dijo que hay antecedentes de peticiones concretas, como la demanda hecha en contra de funcionarios que firmaron los permisos de siembra de maiz transgénico en el país, en experimental y piloto, junto con los titulares de la Sagarpa y al propio Felipe Calderón Hinojosa durante el sexenio de éste, no prosperaron, pero no quitan el dedo del renglón.
Uno de los requerimientos de la ley que regula los transgénicos es la determinación de los centros de origen y diversidad genética, es decir, un mapeo en todo el país y que se informe donde hay centros de origen y donde hay diversidad genética de maíz, agregó.
“Este mapeo es requisito para poder autorizar cualquier siembra de transgénicos, pero no lo tenemos; la Secretaría de Agricultura presentó un documento incompleto, únicamente con el mapeo del norte del país”, señaló.
Ante esta situación, agregó productores de maíz de Sinaloa presentaron un amparo colectivo para que se detenga la siembra de este tipo de granos transgénicos en cualquiera de sus fases, ya sea experimental o piloto, y que el gobierno cumpla con el mandato de hacer un mapeo completo e integral.
Los ambientalistas se pronuncian por la no siembra de maiz transgénico porque consideran que no es una alternativa viable para el campo mexicano, toda vez que ponen en riesgo de contaminación los cultivos nativos, y al ser centro de origen que exporta, no se descarta que se propague a nivel mundial.
