Sin planes integrales contra inundaciones

Isla Musala bajo “Manuel”. Desorden urbano.
Isla Musala bajo “Manuel”. Desorden urbano.

En plena época de lluvias, Culiacán tiene un Plan Operativo de Inundaciones. Por lo menos este título puede leerse en el documento editado y distribuido en junio pasado. El nombre a primera impresión remite inmediatamente a una planeación estratégica interinstitucional para prevenir y enfrentar el problema; sin embargo, el contenido del documento es tan solo una recopilación confusa de información e ideas sobre el tema, en la cual muchos datos carecen de fuentes de origen o referencia, y no se especifica con claridad los niveles de responsabilidad de los diversos niveles de gobierno en propuestas de solución a fondo.
El diccionario de la Real Academia Española define a la palabra plan como un “modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla”. Nada más lejos del contenido del documento compuesto por un total de 164 páginas y editado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
La CONAGUA explica, en la introducción del documento, que se elaboró el referido Plan Operativo de Inundaciones de la Ciudad de Culiacán como una herramienta de consulta para que cualquier persona pueda identificar riesgos, el tipo de problemática existente, necesidades de obra, trabajos a realizar y en proceso, así como los planes de acción de todos los involucrados.
Sin embargo, el documento está muy distante del propósito. En lugar de ser una herramienta de consulta, provoca confusión por su contenido. Da la impresión a primera vista que se comisionó a alguien para que integrara el documento siguiendo el método popular estudiantil de “copiar y pegar”, pues lo mismo existen datos técnicos en unas páginas y notas o comentarios personales escritos en primera persona por un autor anónimo o no citado, que un texto íntegro de una crónica periodística redactada por el periodista Javier Valdez en el marco del huracán Manuel.
Lo que pudiera esperarse de un plan operativo sería, sin mucha ambición, encontrar en cada diagnóstico de la problemática específica, acciones, metas y plazos para enfrentarla. Hay mucha historia y textos ya editados sobre las inundaciones que ha padecido Culiacán, pero pocas acciones tangibles, específicas y coordinadas entre las instituciones para dar solución integral y a fondo al problema de inundaciones desde la perspectiva tanto de la prevención como de la actuación.
Dragado de los ríos. Obras retrasadas.
Dragado de los ríos. Obras retrasadas.

El mismo documento señala que se trata de una recopilación de información de organismos gubernamentales, como Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), Parque las Riveras, Unidad Interna de Protección Civil de Culiacán, Desarrollo Urbano Tres Ríos, la CONAGUA, así como de ponencias de investigadores. El detalle es que no se integró la información de los citados apartados para que fuese realmente un documento útil, sino que el resultado es una especie de capirotada informativa de más de un centenar de páginas.
El primer problema del usuario que quiere consultar el referido plan es localizar la información, ya que el índice de temas no incluye número de páginas, entonces es fácil perderse en la compilación de textos.
El documento tiene escasas propuestas sobre las medidas integrales de prevención para evitar las inundaciones, y está centrado por el contrario en información para enfrentar de forma contingente la emergencia.
Si el documento es analizado desde el punto de vista de atender las emergencias, es engorroso y confuso, simplemente por el hecho de carecer de paginado, lo que provoca que sea complicado encontrar información específica sobre un punto de interés en la ciudad y su nivel de vulnerabilidad en inundaciones.
Si el documento se analiza desde el aspecto preventivo de mayor alcance, la publicación se limita a señalar problemáticas, pero se queda corto en establecer un plan integral con ejes de acción, jerarquización de prioridades, tareas pendientes de realizar, o bien de ofrecer soluciones o propuestas técnicas a las problemáticas de cada uno de los sectores, bajo una participación interinstitucional.
En términos generales el corazón del documento está constituido por un apartado compuesto sobre la identificación de zonas de riesgo de inundación, a través de una relación de colonias e identificación de vías de evacuación, recomendaciones básicas a la población, acciones básicas de saneamiento y relación y capacidad de albergues.
Obras en el sector Humaya. Contra el tiempo.
Obras en el sector Humaya. Contra el tiempo.

Sin propuesta de fondo
En el apartado de recomendaciones no se señalan propuestas para la solución de la problemática de inundaciones de Culiacán, sino que se limita a reiterar que el principal problema de la ciudad es la gran cantidad de arroyos naturales, así como el crecimiento desordenado en las últimas dos décadas. Y hace la indicación que la problemática debe revisar dos aspectos importantes: la descarga y la conducción. La sugerencia no va más allá.
Señala el problema de que se invadan con construcciones las zonas de protección de los arroyos y hasta los cauces, lo que origina que en época de lluvias el agua corra por las calles e inunde en su recorrido las casas habitación.
El mismo plan señala un total de 11 vialidades importantes con intensa circulación de vehículos, pero con alto riesgo de inundación, como el Paseo Niños Héroes, la avenida Aquilés Serdán y el Boulevard Zapata. Y añade que actualmente el Ayuntamiento de Culiacán realiza obras para evitar inundaciones en el sector Humaya y la zona del Tres Ríos, pero la problemática de inundaciones de la ciudad es tan inmensa que requiere de una solución integral de gran calado.
Por ejemplo, no recomienda la urgencia de modificar el marco legal, como es el caso del Reglamento de Construcción, para que sea necesario el visto bueno de la CONAGUA para el desarrollo de nuevas zonas habitacionales.
Afirma el documento que los tres ríos que atraviesan la ciudad han sufrido serias agresiones a sus condiciones naturales, como la tala masiva de árboles en sus riberas, el intenso dragado de suelos, así como la contaminación de sus aguas con desechos sólidos y líquidos, lo que ha provocado la transformación y reducción o desaparición de su flora y fauna nativa.
Pero no se propone una programa de acción específico ni se indica qué instituciones serían las involucradas para establecer un plan sobre las riberas de los ríos, los cuales se señalan se usan sin control ecológico, con excepción de las áreas que son utilizadas como zonas recreativas y deportivas.
Otro punto que es señalado como causal de inundaciones en Culiacán es la ubicación de la presa derivadora sobre el río Culiacán, la que por falta de planeación urbana quedó en el centro de la ciudad, ocasionando que en época de lluvias con la cortina fija se provoque una elevación y un remanso de agua hacia el margen izquierdo del río Tamazula.
No se señala cuáles debiesen ser las acciones a tomar en este punto para una solución a fondo ni las instituciones involucradas, menos los plazos para llevarse a cabo.
Entre los puntos que contemplan medida de solución figura el caso de las las extracciones sin control de grava y tierra muerta de los cauces de los ríos Humaya, Tamazula y Culiacán, lo cual contribuyó a que se perdiera su forma y capacidad original a lo largo de los cauces. Actualmente se lleva a cabo un ordenamiento de extracciones, asegura la CONAGUA, a cada una de las concesiones de materiales pétreos.
En el apartado de acciones estructurales se deduce que el IMPLAN trabaja en un estudio del sistema integral de drenaje pluvial de Culiacán, pero no se especifica avance, ni precisa fecha en la cual estaría terminado. El proyecto contará, se dice, con los estudios y proyectos ejecutivos para la construcción de los colectores principales. Ese párrafo es prácticamente la única luz sobre una propuesta de solución a fondo.
Presa derivadora. Peligro en pleno centro.
Presa derivadora. Peligro en pleno centro.

“Comentarios particulares”
En el apartado de recomendaciones puede leerse: “Las obras a que se refiere este precepto no han quedado concluidas, ya que una de las obras y a mi juicio la más importante era la de modernizar la cortina de la Presa Derivadora Carlos Carvajal Zarazua (Culiacán), la cual consistía en cambiar el vertedor de cresta fija por uno de cresta móvil (instalación de una batería de compuertas radiales y la construcción de un puente de vehículos para tener el acceso de ambas márgenes del río, las cuales se comunican actualmente a través de un vado). Pero no se indica de quién es la propuesta.
En la página siguiente aparece otro “comentario particular”: la inundación del Congreso del Estado y de los fraccionamientos localizados a un costado, se debió a que la margen izquierda no tenía el nivel requerido, al parecer porque fue rebajado para darle acceso a maquinaria y equipo de un particular que se dice dueño del cauce del río Culiacán. Es muy importante que se resuelva este problema, ya que no es posible que se pretenda construir (…) cuando en ese punto se unen los ríos Humaya y Tamazula formando el río Culiacán, aunado a que el 80% de las aguas de lluvias que se registran en la ciudad de Culiacán y su cuenca tributaria desfogan a estos”.
La primera pregunta que salta al lector es de quién son las observaciones, pues el documento no hace ninguna acotación, referencia o cita del autor.
EL DIAGÓNOSTICO:
Culiacán está conformada por 43 regiones hidrológicas constituidas por una red de 262 kilómetros de arroyos naturales los cuales han sido invadidos por la mancha urbana reduciendo su cauce original.
Derivado de la falta de una planeación urbana adecuada, el crecimiento urbano de la ciudad de Culiacán se dio en forma anárquica, en donde las personas y las empresas constructoras de conjuntos habitacionales no respetaban las corrientes naturales (arroyos) invadiendo parcial o totalmente el cauce original con la construcción de viviendas.
Algunos arroyos fueron pavimentados y usados como calles con lo cual en época de lluvias estas calles conducen un volumen considerable de agua ocasionando problemas en la circulación y a los vehículos que transitan por esa zona.
Los tres ríos y los dos canales principales para riego que se derivan de ellos, cruzan la ciudad de oriente a poniente y de norte a suroeste, formando el principal dren para el desfogue natural de los escurrimientos de la ciudad, presentando, a la vez, zonas de inundación de alto riesgo en las márgenes de esos ríos, al pasar por la zona urbana durante las grandes avenidas derivadas de lluvias puntuales y/o fenómenos hidrometereológicos.
La ciudad carece de un sistema integral y eficiente de descargas pluviales, así como una deficiente o nula planeación y regulación para los nuevos asentamientos humanos.
La infraestructura de drenaje pluvial atiende sólo a 25% de la ciudad mientras el 75% restante se encauza por arroyos naturales.
 

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