Se esfumaron de la Sedeco 14 millones de pesos para créditos a locatarios de la plaza Zarco

 
plaza zarco (4)
En la esquina de la calle Jesús G. Andrade y bulevar Constitución luce una de las obras más imponentes en los últimos años en Culiacán. La nueva casa de los Tomateros de Culiacán presume lujo, modernidad y una inversión superior a los 400 millones de pesos.
Sin embargo, a unos metros la ecuación se descuadra y aparecen 13 locales sobre la calle. Todos son construidos de madera, improvisados, y  ahí, el comercio de la plaza Francisco Zarco busca sobrevivir a la imposición del progreso.
La remodelación de la plaza tendría un costo de 14 millones de pesos, los cuales serían aportados un 70 por ciento por la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) y el resto por los mismos locatarios, mediante un crédito que les otorgaría la misma dependencia del gobierno estatal.
A dos años de inaugurado el nuevo estadio de Tomateros, la reconstrucción de la plaza no se concluye, y los 13 locales ubicados junto a la entrada del Hospital General Regional número 1 del IMSS, dan contraste a la millonaria obra. La explicación es que el recurso que aportaría la Sedeco se agotó.
En contraparte, el 8 de enero de este año, el entonces titular de la Sedeco, Aarón Rivas Loaiza, comunicó que se logró con recursos del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) obtener 350 millones de pesos, los cuales beneficiarían a 2 mil 200 empresas sinaloenses.
Durante un recorrido por el mercado Juan Izábal, Rivas Loaiza anunció rehabilitaciones realizadas durante su administración, donde presumió esos 14 millones de pesos para la plaza Zarco.
Sin embargo, ahí afuera del IMSS, Graciela Moreno atiende su negocio de telefonía celular entre cuatro paredes de madera. Las ventas no son las mejores, pero es su única fuente de empleo, la cual mantiene desde hace 30 años y su local se lo debieron entregar en febrero de este año.
Desde noviembre de 2014, Graciela acusa ya dos años en condiciones difíciles: “Para mí te puedo decir que ha sido una calamidad porque no sabemos aquí, en los locales de madera qué va a pasar porque estamos peligrando”.
Los locales sin culminar se ubican debajo del graderío del estadio, y la respuesta que la autoridad les dio a los locatarios es que tendrán que hacer el pago del 30 por ciento que les corresponde.
“¿Cómo vamos a pagar por una obra que ni siquiera es de nosotros y que ni siquiera está concluida? ¿Vamos a pagar el predio, el piso y vamos a pagar para trabajar?”, se cuestiona Graciela.
Los créditos que otorgaría la Sedeco a los comerciantes para la obra van desde los 80 mil a los 300 mil pesos, con un plazo de 36 meses y una tasa anual del 12 por ciento, lo cual cubriría el pago por 4 millones 707 mil 501 pesos que tendrían que aportar los locatarios por la obra.
Sin embargo, la fecha de entrega debió ser el 29 de febrero con la remodelación de los locales 29 al 33 (ubicados bajo las gradas) y el argumento es que se agotó el recurso.
Y a Graciela, al igual que a los demás comerciantes afectados, solo les queda soportar el temporal. “A nosotros nos impusieron esta obra, porque aceptáramos o no se iba a hacer, nos salíamos o nos desalojaban porque este proyecto ya estaba en puerta”.
A las palabras se las lleva el viento
La Sedeco presentó por escrito un comparativo de los beneficios que tendrían los locatarios con la remodelación de la plaza, donde destaca la “identidad empresarial del corredor comercial”, con una imagen homogénea, locales nuevos o remodelados, funcionales y sin riesgos sanitarios y acreditables ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
En contraparte, los comerciantes llevan 1 año y 7 meses en condiciones poco salubres y con una imagen poco atractiva con sus locales de madera.
“Aquí es peligro porque las autoridades correspondientes no se han dado cuenta, porque aquí hay tanques de gas, electricidad, la incertidumbre de que llegue a haber un choque y aquí estamos vulnerables a cualquier cosa”, acusa Graciela Moreno.
Además, la Sedeco en su proyecto señala que se les otorgará una concesión por 30 años, así como la negociación o condonación de las deudas con el ayuntamiento, y a decir de los propios comerciantes, solamente se ha cumplido con la negociación de los pagos de concesiones.
Historia de dos mundos
Era la mañana del 1 de octubre de 2015. El comisionado de las Ligas Mayores de Béisbol (MLB por sus siglas en inglés), Rob Manfred, daba el visto bueno a la obra del nuevo estadio de Tomateros.
Ahí, el ejecutivo de la MLB se codeaba con el gobernador Mario López Valdez, quien previamente puso “en juego” su estatus de mandatario estatal con tal de culminar la obra.
“Tenemos que hermanarnos y hacer que este deporte sirva a los grandes problemas que tiene el mundo, que tiene mi país, que tiene mi estado. Ustedes no sólo pueden ver a este deporte como una industria que les dé dinero, también tienen que entender su responsabilidad social y buscar que este entretenimiento sirva como un bálsamo de desahogo en los problemas de la comunidad”, dijo en su discurso López Valdez.
Y a espaldas del estadio, la avenida Francisco Zarco estaba invadida por comerciantes que fueron desplazados por la modernidad. El bálsamo de desahogo a ellos aún no los alcanzaba.
López Valdez aprovechó y anunció otra mega obra con el museo y la academia de béisbol, así como la intención de celebrar la Serie del Caribe 2017 en la capital sinaloense. Millones más, millones menos, esas obras tuvieron preferencia en el gabinete de Malova.
La Unión de locatarios de la plaza Francisco Zarco
El desplazamiento sufrido por la modernidad llevó a los comerciantes a crear la Unión de locatarios de la plaza Francisco Zarco, que presiden Juan Ramón Lizárraga Verdugo y Bernardo Tostado Bojórquez; este último, explicó la situación en que se encuentran.
“Nosotros sentimos que no era una propuesta, era una imposición. De hecho a nosotros nos prometieron en esa construcción un presupuesto que sacaron por metro cuadrado de casi 5 mil pesos, de los cuales ellos aportarían el 70 por ciento y nosotros el 30; la primera sección la cumplieron, los primeros 15 locales los sacaron al 100 por ciento”, dijo Tostado Bojórquez.
La propuesta era, agregó, era obtener el financiamiento una vez terminados los locales y pagar ese 30 por ciento, con tres meses de gracia para pagar los intereses y a partir del quinto mes abonar a capital.
“Una vez entregados nos iban a dar esos meses de gracia para hacer la aportación de nuestro 30 por ciento mediante un crédito, de los cuales iban a quedar como garantía las concesiones que nos iba a otorgar el ayuntamiento”, dijo.
El temor de los locatarios es que, además de perder su inversión (por medio del crédito), la concesión la pierdan en esa sesión de garantía que les solicita Sedeco, y el miedo se incrementó debido a que el miércoles 8 de junio unas camionetas comenzaron a cargar el material de construcción que estaba resguardado en los locales sin concluir.
“En lo personal no quiero creer que exista un riesgo de perder las concesiones, pero a como se han desarrollado los últimos acontecimientos, ya creo todo”, explicó Bernardo Tostado.
Mientras tanto, la plaza Zarco continúa partida desde el inicio de su remodelación, con unos locatarios ya instalados y otros sobre la acera del HGR del IMSS en locales de madera, y desde noviembre de 2014, la promesa de una fachada remodelada con cortinas metálicas, banquetas nuevas, cableado de media tensión, red hidráulica y sanitaria, canalización de red de telefonía e internet, sigue en suspenso.
 
 

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