Violencia por detención de Ovidio en Culiacán, se extiende a Ahome; alcaldes minimizan los hechos, la población se guarece
El “don” se alistó para acompañar a su hija a la espera del camión que la trasladaría a la maquiladora. Aún no amanecía, y en esa parte norte del municipio de Ahome, entre las sindicaturas Central y San Miguel Zapotitlán, el aire que soplaba estaba muy frío. Por eso, ella y él se abrigaron, salieron de su casa y caminaron por ese cordón umbilical de tierra que une su casa de tabique y argamasa con la carretera México 15. Entonces vieron a esos hombres enchalecados, armados hasta los dientes, saltando de unas camionetas blancas. “Eran pintos, como los de la marina”, recordó mientras sus manos temblorosas manipulaban el celular con carcasa rosa.
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Se quedó como pasmado, petrificado, pues a pesar de que en esas brechas y caminos pedregosos era común observar los convoyes de civiles armados, nunca los tuvo tan cerca.
Los hombres se apearon, cruzaron el tráiler rojo en la carretera y después lo incendiaron. De allí, se alejaron.
Las llamas pronto se avivaron y la humareda negra que se alzó se confundió con la penumbra de esa hora de la mañana: las 06:00 horas.
Él tomó a su hija de la mano y ambos se regresaron a su casa, sin decirse una sola palabra.
Ya clareando, el don regresó al lugar de la quema, y se dio cuenta que la carretera estaba vacía, y caviló que, por la quema, la circulación sobre la carretera México 15 al sur, hacia Culiacán, se detuvo.
El sitio es conocido como Las Varitas y está ubicado en el kilómetro 8 más 200 metros del tramo Los Mochis-límites del Estado.
Ese no era el primer bloqueo, pues más atrás, en el cruce con la misma carretera y el ramal al Porvenir, justo en el canal Sicae, otro camión ardía, y en la caseta de peaje de Nuevo San Miguel uno más se incendió. Hacia Los Mochis, en el kilómetro dos, una tienda de conveniencia fue quemada hasta los muros, y más adelante, sobre el ramal lateral 18, cuatro camiones obstruían ambos sentidos del camino.
Los camiones ardientes eran las barricadas que grupos armados habían construido para aislar al 89 Batallón de Infantería, e impedir que las fuerzas armadas y sus vehículos transportaran tropas hacia la ciudad de Los Mochis y reforzaran lo que estaba ocurriendo en Culiacán, la capital Sinaloense.
No fueron los únicos bloqueos, pues sobre la carretera Los Mochis-Topolobampo a la altura del ramal al Aeropuerto Federal, un camión con doble remolque fue quemado. Este fue usado para impedir que los fusileros de la Armada de México acantonados en el Sector Naval de Topolobampo, se desplegaran.
En el ejido 5 de Mayo, cinco camiones de transporte de personal al campo y a maquiladoras fueron colocados como barricadas y al menos tres quemados hasta convertirlos en chatarra.
Entonces, los cuerpos de emergencia comenzaron a movilizarse, y aunque eran incendios, el cuerpo de Bomberos de Los Mochis se mantuvo expectante, por la inseguridad reinante.
La central de comunicación del Gobierno del Estado comenzó a emitir sus informes:
06:35 Balazos y quema de dos tráileres
06:39 Mismos hechos puente de San Miguel
6:40 Igual en canal Sicae, pipa incendiándose
6:45 La misma situación por la México 15, en la zona industrial.
7:59 Incendio en vehículo en el estacionamiento de plaza Sendero
8:34 Reporte de incendio en local en Fraccionamiento Bachomo
9:03 Reportan incendio de vehículo en poblado 5 (El Carrizo)
9:24 Reportan incendio en Oxxo de la gasolinera Matachines, kilómetro 2
9:35 Reportan resguardo del hospital número 2 del IMSS gineco pediátrico.
…
Poco después, el alcalde, Gerardo Octavio Vargas Landeros emitió un mensaje con el que pedía a la población resguardarse, aduciendo que se tenían sólo tres reportes de bloqueos y que la situación ya estaba controlada. Él mentía.
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Tras los hechos, la ciudad entró en sicosis. El gobierno local suspendió operaciones, el del estado cerró sus oficinas públicas y ambos regresaron a la burocracia a sus casas. El alcalde suspendió los actos públicos. La recolección de basura se detuvo. El servicio urbano se retiró de las calles, los taxistas se escondieron, el comercio bajó las cortinas, y Los Mochis terminó convertida en una ciudad fantasma.
Los pasajeros momentáneamente varados fueron transportados por Protección Civil a sus comunidades.
Ahome, no fue el único municipio en llamas en el norte del estado. En el Fuerte, fueron quemados dos Splinters, y las comunidades rurales fueron prácticamente colocadas bajo sitio de los grupos armados.
Capomos y Capomitos fueron dos ejemplos claros. Allí, nadie pudo entrar y salir; mientras que, en Choix, los grupos armados bloquearon el paso en el arco. Los alcaldes de estos municipios, Gildardo Leyva Ortega y Amalia Gastélum silenciaron sus labios y no emitieron avisos a sus gobernados sobre los hechos.
Las cabeceras municipales también se vaciaron de transeúntes. En Guasave, los bloqueos carreteros sucedieron al sur, entre los límites de Angostura y Guamúchil. Allí, las cosas no trascendieron, pero el presidente municipal, Martín Ahumada llamó a la comunidad a guarecerse.
Así, el miedo ganó las calles y arrinconó a los gobiernos.
De regreso a su casa, en Las Varitas, el “don” está quieto, observando a la Guardia Nacional que ve como se quema el tráiler rojo. Dibuja una sonrisa nerviosa en su rostro y continúa manipulando su celular, pero sus manos tiemblan, tiemblan como gelatina. Tiene miedo.
Artículo publicado el 08 de enero de 2023 en la edición 1041 del semanario Ríodoce.
