Presume Jefe policíaco de Mazatlán ‘misión cumplida’, pese a asesinatos de diciembre

 

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Mientras la tropa de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal asegura que el próximo secretario recibirá una policía cansada del maltrato de Juan Antonio Murillo Rojo, éste presume una supuesta “misión cumplida”.

“Las amenazas a los comandantes; que se va a recibir una policía cansada de cómo los ha tratado durante su gestión el Murillo, sin descansos ni horas de comida ni aumento de sueldo, pero él sí tiene un sueldazo”, lamenta uno de los comandantes afectados.

La mañana del 29 de diciembre, todavía el aire viciado de las calles donde algunas personas fueron ejecutadas a balazos, olía a pólvora, sangre y muerte, cuando en el “cascarón” del Centro de Seguridad Ciudadana de Mazatlán, Juan Antonio Murillo Rojo, entonces secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, se despidió públicamente de su jefe Carlos Felton González.

“Hacer un resumen (del tema de la seguridad pública) sería tedioso, pero alcalde, con toda entereza, con toda franqueza, le puedo comentar que es misión cumplida”, aseguraba el secretario.

Murillo Rojo se jactaba de una supuesta “misión cumplida”, olvidando la mortandad de la primera quincena de diciembre, pues una sola noche nueve personas habían sido asesinadas en las calles y avenidas de Mazatlán.

“Hablar de seguridad pública es hablar de un tema de todos los días del año, de un tema de las 24 horas del día, y de un tema que es inacabado, pero sobre todo como política pública es el motor de todos los gobiernos democráticos”, dijo Murillo Rojo.

El otrora encargado de la seguridad pública en Mazatlán equiparaba su función como “motor de todos los gobiernos democráticos”, a pesar de que desde el interior de su corporación, la tropa había difundido un “audio” en el que se acusaba a él y a su superior Felton González de “recaudadores”.

El audio “Felton y Murillo, Recaudadores, Murillo amenaza a Comandantes”, editado con imágenes de la corporación policiaca, exhibía la supuesta voz del comandante Juan Antonio Murillo Rojo, fustigando a los comandantes para que funcionaran con una política pública recaudatoria hacia los ciudadanos.

“Tú tienes dos unidades… la 277 ha revisado dos personas y una motocicleta y la 264, únicamente dando la vuelta por ahí”, arremetía Murillo Rojo, como si la “inteligencia policiaca” consistiera en hacer revisiones a diestra y siniestra.

Durante su breve discurso, en el Centro de Seguridad Ciudadana, Murillo Rojo hizo una reflexión después de la mortandad : “ahorita que saludé al arquitecto Díaz me hizo reflexionar algo que es muy cierto; dice el arquitecto, los días 31 de diciembre no se termina un año, no se termina el crecimiento de la sociedad.

“Efectivamente señor alcalde, la verdad es que desde que usted me dio la oportunidad de estar al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, estaba yo enterado que era un reto que tenía que afrontar con suma entereza con honestidad y sobre todo con trabajo en equipo y con plena coordinación con los tres niveles de Gobierno”, enfatizó el jefe policial.

Un reto, porque Mazatlán, añadió, “siempre se ha dicho, en esta administración (saliente) está de moda, teníamos la llegada de los cruceros que se requería de un protocolo especial”.

Dijo que la instrucción del alcalde fue esa, “mejorar día con día los estándares de calidad en el servicio público en que nos toca funcionar y sobre todo tener un acercamiento con la ciudadanía y que ésta se sumara a dichos protocolos”.

Los policías que ya estaban hartos del trato  que les daba el secretario Murillo Rojo, aseguraron que el “acercamiento con la ciudadanía” fue una “seguridad pública” con fines recaudatorios, como lo evidencian en el “audio” de marras.

En su turno, el alcalde Carlos Felton González, cuyo poder agonizaba, habló de los avances de la seguridad pública, pero olvidó reconocer que no fue honesto aquel 2 de enero de 2016, cuando junto con el entonces secretario de Turismo, Francisco Córdova Celaya, fueron a negar la balacera a la sindicatura de El Quelite.

Antes del año, la realidad le cobraba la factura, pues las balaceras y los cadáveres regados por las calles, ya infectaban el aire de  Mazatlán.

El bandazo en el tema de seguridad pública, Felton González lo había dado desde principios de diciembre de 2013, cuando en una conferencia de prensa había ratificado al secretario Pablo Andrés Hernández Lizárraga, a pesar de las denuncias que hacían policías de que jefes policiacos “halconeaban” para el narco.

No habían pasado ni 100 días del Gobierno de Felton cuando a Hernández Lizárraga tuvieron que destituirlo, pues el 22 de febrero, las fuerzas federales habían detenido a Joaquín el Chapo Guzmán, en condominios Miramar.

Antes de la destitución de Hernández Lizárraga, algunos reporteros del periódico Noroeste Mazatlán, que pretendían investigar las tripas de la corporación policiaca, habrían recibido vía telefónica amenazas de muerte.

Las rechiflas de algunos reporteros indignados, que aquel diciembre de 2013 habían lanzado al escuchar que Pablo Andrés Hernández Lizárraga permanecería de secretario, habían cobrado sentido.

Hasta el cierre de esta edición, los reporteros de la fuente policial estaban a la expectativa del nombre del nuevo secretario de Seguridad Pública Municipal de Mazatlán, y los policías municipales conjeturan que será uno de extracción militar.

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