Será una bomba de tiempo, advierte especialista
Manuel Aceves
A pesar de que el proyecto denominado Sistema Integral de Transporte y Suministro de Gas Natural Norte-Noroeste se ha presumido como un detonador de la industria en el estado y un impulso al desarrollo económico, representa un peligro para las comunidades por las cuales atravesará su tubería, consideró el coordinador general de la Alianza Ambientalista Sinaloense, Joel Retamoza.
Aseguró que cualquier tubería de combustible tiene un riesgo grande de explosiones y accidentes, sin embargo el gasoducto se vuelve peligroso al situarse bajo comunidades pobladas.
Uno de los riesgos latentes se genera por las malas prácticas de quienes se dedican a la extracción ilegal de hidrocarburos, ya que si éstos intentaran hacer lo mismo con las tuberías del gasoducto, “los resultados serían devastadores,  incluso para comunidades enteras”.
Esto se debe a que el gas natural metano es más explosivo y su impacto ya ha sido comprobado en estados como Tamaulipas, en el que un ducto fuera de operación generó la instrucción y acumulación de gas metano en el sótano del edificio B2 de Pemex, provocando con ello una explosión que dejó como saldo 31 muertos y 47 heridos.
“Por sus constituyentes químicos el metano por sí solo puede ocasionar incendios, es decir con cualquier efecto de rozamiento podría ocasionar explosiones enormes”, detalló.
Las fugas, agregó, son otro factor de riesgo, ya que el gas natural a diferencia del resto de los hidrocarburos, no posee olor, condición que complica su detección en el caso de que éste se filtre hacía la superficie.

Retamoza consideró que “sin saberlo una persona puede arrojar una piedra o encender una fogata en una zona en la que existe este factor y la simple acción podría ocasionar una explosión de proporciones mayúsculas”.
Dijo que tendrían que instalarse válvulas entre los tramos de las tuberías, con la finalidad de minimizar el impacto de una explosión en cadena.
Lamentablemente en un terreno en el que exista fuga, podría pasar mucho tiempo sin que ésta sea detectada, lentamente el suelo y la vegetación de la zona comenzarían a resentir los efectos. Retamoza describió esto como un peligro silencioso: “una bomba de tiempo”.
Dijo que la falta de protocolos en caso de emergencia es un tercer factor de riesgo y se volverá necesario para las autoridades elaborar una serie de medidas para el traslado de personas si hay una contingencia.
Retamoza puntualizó que es necesario sopesar los riesgos y determinar si el beneficio mencionado justifica el enorme impacto que tendrá este proyecto.
Señaló que el impacto ambiental del gasoducto se verá reflejado en la modificación del entorno, resultando afectada la fauna de la zona y las tierras de cultivo en caso de haberlas. Manifestó que las autoridades deben definir y aplicar medidas para mitigar estas consecuencias.
Capacitación obligada
Retamoza consideró necesario que los ductos se conecten a la perfección y que permanezcan herméticamente sellados  y que el personal debe estar capacitado para saber cómo reaccionar ante los siniestros.
La instrucción, agregó, no sólo tendrá que ir encaminada al personal que ejecutará labores, sino a los colonos que habitan cerca de donde quedarán enterradas las tuberías, puesto que se les debe explicar las implicaciones y riesgos a los que se podrían enfrentar.
Antecedentes
El pasado 7 de octubre de 2013 inició oficialmente la construcción del gasoducto Norte-Noroeste, se trata de un proyecto que tendrá una longitud aproximada de mil 780 kilómetros.
¿Qué es el gasoducto?
El gasoducto es un proyecto para la construcción de una línea de gas natural que consiste en dos líneas principales de transporte, una proveniente de Sonora y otra de Chihuahua, con interconexión entre ellas en la comunidad de El Oro, en el municipio de Choix.
El proyecto está a cargo de la empresa TransCanada y traerá desde Chihuahua gas natural importado desde Estados Unidos.
De acuerdo con lo expuesto por el gobernador Mario López Valdez, esta obra permitirá la ejecución de proyectos de generación de energía y la operación de una planta productora de fertilizantes que fabricará amoniaco.
Su costo
Mil millones de dólares