Estrategia bajo fuego

 
 
 
 
 
 
Vuelve la narcoguerra: balaceras, multihomicidios, enfrentamientos de grupos delictivos en la sierra y la ciudad, y una persona descuartizada
 
 
 
 
 
Luego del anuncio del reforzamiento de la estrategia de seguridad pública prometido por el Gabinete de Seguridad, integrado por los tres niveles de Gobierno, se recrudeció la violencia en el sur de Sinaloa.
Desde la tarde del domingo 21 de febrero, en Mazatlán, se sabía que la semana que corría no sería menos cruenta que la de los días pasados, con las  recientes matanzas en la zona serrrana de San Ignacio y El Rosario.
En las calles Framboyanes y Orquídea, del Fraccionamiento Jacarandas, un narcomensaje siniestro dejado sobre una hielera con los restos de una persona descuartizada de cabeza, tronco y extremidades, advertía que no habría tregua para las masacres: “por 51 bola de marranos, zetonez, aquí GDG”.
Se presume que la víctima mortal fue la secuela que dejó la balacera de la noche del sábado 20 de febrero, iniciada por gatilleros rivales entre sí, en el Libramiento Luis Donaldo Colosio, frente al fraccionamiento Villas del Rey, finalizada en la carretera Internacional al sur, hasta la Colonia Urías.
El enfrentamiento armado protagonizado sobre ruedas, dejó un saldo de tres personas muertas y una mujer herida por “bala perdida”, que viajaba en un camión urbano, misma que fue auxiliada por socorristas y llevada a un hospital.
Los protagonistas de la balacera viajaban en un vehículo Nissan, Versa, color gris,  con placas de Jalisco, y una camioneta Chevrolet, color blanco.
Esa noche, Fernando Pucheta Sánchez, diputado local con licencia y pretenso a la alcaldía de Mazatlán por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quedó en medio de la balacera, lamentando que afectara la imagen turística del puerto.
“Si para mí, como ciudadano no acostumbrado a la violencia, porque no le apuesto a eso, fue una impresión estar en medio de la balacera, no quiero pensar cómo la viviría (un visitante), creo que jamás se volvería a parar aquí en Mazatlán un turista, es entendible”, reflexionó el político.
 
La Cruz
El domingo 21 de febrero, a las 2:30 horas, una balacera desatada dentro del estacionamiento del bar La Trova, ubicada, por la avenida Gabriel, en la Cruz  de Elota, donde se celebraba una fiesta amenizada por el grupo musical Enigma Norteño, dejó un saldo de cinco personas muertas y dos heridas.
Según versiones de testigos, el enfrentamiento se habría desatado por la violencia verbal surgida  de una discusión sostenida por cuatro personas.
Entre los finados fue reportado un agente de la Policía Federal, que respondía al nombre de “Gerardo”, y que estaba destacamentado en La Cruz de Elota.
Según el informe policíaco, los muertos en la balacera son Marco Antonio Zepeda, Pilar Ayón Sánchez, José Mercedes Aragón Ayón y Lorenzo Antonio, el primero con domicilio en la colonia Víctor Manuel Quintero, de la Cruz, mientras los dos últimos de 36  y 28  años, eran oriundos de El Salado y de Las Granjas del Norote, respectivamente.
Las personas lesionadas en la refriega, e la que fueron utilizadas armas AK-47, AR-15 y.9 milímetros,  son Julio y Jesús, quienes fueron trasladados a recibir atención médica.
Peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) aseguraron en el lugar de los hechos una camioneta LandRover, 2016, color blanca, con impactos de bala, y un vehículo Nissan Sentra, 2012, color blanco.
 
Cacalotán
Fue en la colonia Avelino Sánchez, de la Sindicatura de Cacalotán, situada aproximadamente a 10 kilómetros del municipio de El Rosario, donde las AK-47 respondieron al Gabinete de Seguridad que un día antes había anunciado el reforzamiento de la estrategia de seguridad a partir del 24 de febrero.
Serían como las 9:30 horas, del 24, cuando los cadáveres de dos hombres, tirados en el kilómetro 281 de la carretera México-Nogales 15, entre los Ejidos de Caleritas y El Aguaje de Hidalgo, al sur de la Sindicatura de Villa Unión, “cuestionaban” la estrategia de seguridad de las corporaciones policíacas.
Los finados identificados como Gabino y José Manuel, habrían tenido alguna conexión con la noche del martes 23, en Cacalotán, donde en una vivienda ubicada en la colonia Avelino Sánchez, fue asesinada a balazos una mujer de 36 años, de nombre Alejandra Vanesa.
Asimismo, dos hombres, cuyas edades fluctúan entre 25 y 35 años, están lesionados, al igual que María Fernanda, de 17 años, y Magdalena de seis.
Las autoridades policíacas negaron que los hechos criminales fueran producto de un ataque directo de otro grupo armado rival, y aseguraban que se trataba de crímenes pasionales.
 
El Recreo
Según las autoridades policíacas eran las 16:00 horas, cuando a la altura del arroyo El Quelite, en el kilómetro 23 de la Autopista del Pacífico Mazatlán-Culiacán, en la Comunidad de El Recreo, un enfrentamiento entre grupos armados dejó un saldo de una persona muerta, dos lesionadas y una detenida.
En el lugar, las autoridades hallaron a un hombre muerto, portando un fusil y una pechera a un lado de una camioneta Chevrolet, Silverado; asimismo, entre los campos agrícolas se encontró a otro hombre herido de un disparo en la cabeza, junto a una camioneta Nissan Frontier, color blanco.
Cerca del lugar del enfrentamiento, fue hallado otro hombre lesionado por bala, y se recogieron cuatro fusiles AK-47 y un AR-15, además de decenas de casquillos.
 
¿Daño colateral?
Aunada a la violencia estructural de la pobreza extrema que vive con sus padres, la niña Magdalena, indígena de seis años, el martes 23 habría recibido una “bala perdida” en el abdomen que salió y perforó la pierna izquierda, al parecer mientras se encontraba en el patio de su casa, en Cacalotán.
Las circunstancias en las que la infante resultó herida no están del todo claras, pues en el lugar de los hechos, a Jorge Sajarópolus Corona, director de la Policía Municipal  de El Rosario, el miércoles 24, se le preguntó  si la estrategia de seguridad había fallado y respondió categórico que no había daños colaterales.
“El que no conoce la sierra no puede hablar de la zona serrana, pero que no pase nada en la ciudad, porque aquí no hay daño colateral, no hay riesgos de civiles pacíficos, daño colateral no lo hay, pero no es como un pretexto, estamos trabajando fuertemente”, dijo.
Y siguió: “incluso otros elementos y con el apoyo de todos nosotros, estamos incursionando en la zona serrana de El Rosario que es inmensa, es agreste, es dificultosa, es un área donde ahorita el clima nos da chanza de trabajarla porque esta un poco seco, pero no está descubierto”.
 
—¿No sabe si hubo un ataque en Cacalotán? —se le preguntó al jefe policíaco.
—No, descarté el ataque de un grupo aquí, desde mi punto de vista muy personal, y no sé hasta donde me ponga en problemas, es más para lo pasional. Por la gravedad (de las heridas), una de ellas iba muy grave, necesitaban atención médica inmediata, no pudimos abordarlas (a las víctimas) ni cuestionarlas, ni platicar con ellas. Fueron trasladadas de manera inmediata a un hospital de Mazatlán.
 
—¿Las dos personas ejecutadas, tiradas en la carretera, en el ejido de Caleritas, tienen conexión con lo ocurrido en Cacalotán?
—Ahí sí no sé. Eso es lo que se especulaba, ahorita yo no sé… no tenemos acceso a esa información.
—Los ciudadanos de a pie perciben una “estrategia fallida” respecto a la seguridad pública…
Pues en Rosario, yo los parques los veo llenos, la Laguna del Iguanero, llena, al Caimanero van a divertirse, en Agua Verde, circulan libremente, hubo unas fiestas ahí, por el evento del día del patrono, en Chametla, por allá en Pozole fueron eventos muy concurridos. La Hacienda del Tamarindo pasaron las fiestas también, muy bien. Yo veo en el Malecón a la gente divirtiéndose. Te digo, no veo yo que la gente no salga a divertirse. Y a donde hay eventos, la gente va.
 
—¿Desde el atentado contra el comandante Miguel España, no ha habido otros hechos similares?
—¿En Rosario?, no, no ha habido nada. Simplemente se han encontrado, por ahí algunos sepultados, que han sacado de tiempo atrás…pero cosas graves como las que se han presentado en la zona serrana alta, no, no ha habido y no queremos tenerlas.
 
—Pero hay lugares donde hay problemas de seguridad pública…
—Si hay lugares donde tenemos problemas sí, lo acepto, es lógico, sí, pero no hablemos de que la seguridad pública no ha avanzado, hemos avanzado, claro que hemos avanzado. El problema allá arriba, son muchas familias…
 
 
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Asesinados caleritas 3                  SEMANA SANGRIENTA. (Foto Mario Rivera).
Reunión de seguridad                  REUNIÓN DE SEGURIDAD. Estrategias fallidas.
 
Rompe récord: 6 mil 741 asesinatos
 
El de Malova, el sexenio más violento en la historia de Sinaloa
 
Cristian Díaz
 
La lucha entre los cárteles de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva acentuó la violencia principalmente en la zona serrana del sur del estado en las últimas semanas, aseguró el comandante de la Novena Región Militar, Rogelio Terán. Y es que en lo que va del año –ni siquiera dos meses- se han cometido más de 180 asesinatos en Sinaloa.
Ante los hechos, el gobernador Mario López Valdez convocó a una reunión emergente del gabinete de Seguridad para establecer las estrategias  que en conjunto con las fuerzas federales, estatales y municipales harán frente a esta ola de homicidios.
Ante el recrudecimiento de la violencia, el mandatario estatal envió un mensaje, asegurando que no está dispuesto a ceder ante las acciones de la delincuencia organizada, pero su discurso sobre los cambios en las estrategias de seguridad no es nuevo.
A lo largo de su mandato se han hecho constantes anuncios sobre análisis y cambios en las “estrategias”, pero los resultados no han sido totalmente positivos, aun cuando mañosamente los funcionarios se han encargado de decir que la violencia ha ido a la baja. Lo cierto es que el número de muertos ha superado ya los récord estatales, convirtiendo este sexenio en el más violento en la historia de Sinaloa, con 6 mil 741 homicidios dolosos.
“Considerando que estamos en una situación de necesidades de estar juntos, de organizarnos, han sido convocados en una reunión de evaluación de lo que ha venido ocurriendo en estos últimos días en el estado de Sinaloa”, dijo el mandatario estataldurante la reunión del grupo de Coordinación Sinaloa, que se realizó en el puerto de Mazatlán la semana pasada.
“No estaría dispuesto a ceder lo que hemos logrado con el esfuerzo de todos, con la inversión de recursos, con la muerte de compañeros de distintas corporaciones; lo logrado en cinco años, bajando la guardia o cediendo ante las acciones de la delincuencia, lo ganado no ha sido poco”, señaló Malova.
Las líneas de acción que anunciaron para contrarrestar el repunte violento van desde reforzar los límites del estado con Nayarit, fortalecer los operativos de la Marina y el Ejército, sobre todo con mayor permanencia en la sierra de Rosario y San Ignacio.
Se anunció el cambio de mandos policiacos en al menos siete municipios, a pesar de que hace apenas cinco meses fueron removidos, sin embargo los altos mandos en la estructura estatal de seguridad permanecen inamovibles.
Esta ola de violencia ha dejado de nuevo en evidencia la falta de elementos policiacos, por lo que una de las estrategias es que en la capital del estado los agentes trabajarán más: de un turno de trabajar 12 horas y descansar 24, ahora solo descansaran 12, “por lo menos hasta que baje el índice de homicidios”, anunciaron.
Una de las tácticas más controversiales resultó como consecuencia de que cinco personas, entre ellos un Policía Federal, fueron asesinados durante un ataque en un bar denominado La Trova, donde se presentó el grupo Enigma Norteño, en el municipio de Elota.
Entre el gobierno estatal y el de cada municipio acordaron no autorizar eventos masivos con o sin venta del alcohol, donde participen cualquier agrupación musical, principalmente que hagan apología del narcotráfico, como parte de las estrategias que ya se han adoptado en Sinaloa a partir de la tercera semana de febrero y hasta después del día de las elecciones, que se realizarán el 5 de junio.
Esa estrategia de “prohibición” fue declarada como una de las principales para evitar homicidios en el estado. El secretario General de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, indicó: “muy importante, muy, muy importante, en el caso particular del gobierno del estado se acordó que se suspendan todo lo relacionado con actividades y eventos masivos”.
Se les pidió y así lo aceptaron los presidentes municipales y la alcaldesa, agrego, que “ningún evento masivo con venta y sin venta de alcohol y acompañado con música, grupos musicales y sobre todo aquellos que hacen apología del delito, que cantan narcocorridos”.
Con esto, el gobierno del estado busca “normalizar la seguridad y tranquilizar a la sociedad” de Sinaloa, donde  no ha parado de haber asesinatos.
 
Estrategia a prueba y error
Acuerdan implementar un operativo piloto en Culiacán en contra de la delincuencia; si funciona, llevarán la estrategia a otros municipios, según anunció la Secretaría de Seguridad Pública el 25 de febrero de este año, dos días después de la reunión convocada por el gobernador con el gabinete de seguridad y alcaldes de todo Sinaloa.
La segunda reunión fue para determinar la manera de operar las “estrategias” que anunció el gobernador días antes, por parte de las corporaciones municipales y estatales de Sinaloa.
Al frente estuvo el secretario General de Seguridad Pública, Genaro García Castro; el coordinador General de Seguridad Pública, Moisés Melo García, y el comandante de la Policía Ministerial, Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, con los mandos municipales encargados de la seguridad que forman parte del mando unificado, es decir la mayoría fueron sacados desde las filas de la policía ministerial y de la estatal preventiva.
“Con el fin de mejorar los resultados en las acciones de operaciones preventivas, el Grupo de Coordinación Sinaloa diseñó una estrategia especial para ser ejecutada en el municipio de Culiacán, y que de acuerdo a los resultados se llevará al resto del estado”, informó el Secretario de Seguridad Pública.
Hasta el momento ninguna autoridad ha señalado en qué consiste esta estrategia especial; sólo García Castro señaló que “tuvimos una reunión ya operativa de los que realmente vamos a participar en el diseño y aplicación de la estrategia para tratar de reducir los índices delictivos, ahorita vamos a iniciar en la ciudad de Culiacán, y bueno dentro de poco vamos hablar del tema pero ya con números en la mano”.
García Castro aclaró que los acuerdos del Grupo de Coordinación Sinaloa, son incrementar las acciones en todo el estado con la colaboración de la Sedena, Marina, Procuraduría General de la República (PGR) y Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN); pero el “operativo especial” se realizará solo en Culiacán, con el fin de medir los resultados y evaluar las estrategias.
 
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Operativo jjr              OPERATIVOS LOCALES. Apagando el fuego.
 
OK/Judith                  7 mil 400
 
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Déficit de 3 mil 826 policías
 
Vigilancia fallida
 
Alejandro Monjardín
 
Con operativos temporales y el cambio de mandos en las policías municipales, el Gobierno del Estado ha intentado controlar los brotes de violencia en los municipios, donde las policías preventivas están disminuidas y en algunos casos son casi inexistentes.
Cuando se registra una ola de homicidios en alguna zona de la entidad, los titulares responsables anuncian reforzamiento de la vigilancia y envían policías que solo permanecen unas semanas y vuelven cuando se presenta otra alza en la violencia.
El 15 de febrero, después del homicidio de 13 personas en San Ignacio, el gobernador Mario López Valdez dio a conocer que en esa zona ya se había implementado un operativo especial en coordinación con fuerzas federales.
Y el lunes pasado, tras las masacres en la zona sur, el mandatario anunció otra vez nuevas estrategias y mayor presencia policial para garantizar la seguridad, además del cambio de directores de las policías municipales.
En la misma zona ya se había incrementado la vigilancia en octubre pasado, después del atentado contra el director de la Policía de El Rosario, Miguel España Rodríguez.
Con la intención de mejorar la seguridad de los municipios y sus corporaciones policiales, el Gobierno del Estado asumió la responsabilidad de la seguridad y tomó el control de las 18 corporaciones policiacas municipales desde 2013, tras firmar convenios con los Ayuntamientos para la implementación del Mando Unificado.
Hasta la fecha, los convenios solo han servido para que el ejecutivo designe a los directores de las corporaciones municipales.
En las policías preventivas de Ahome, Badiraguato, Culiacán, Concordia, Mazatlán y Rosario están el frente elementos vinculados con el director de la Policía Ministerial del Estado (PME), Jesús Antonio Aguilar Iñiguez; en El Fuerte, Choix, Angostura, Salvador Alvarado, Sinaloa, Elota, Cosalá, San Ignacio y Escuinapa son agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP).
En Guasave la policía es dirigida por un elemento de Unidad Especializada en Delitos Patrimoniales de la Procuraduría de Justicia y cercano al procurador Marco Antonio Higuera Gómez; en Mocorito el titular es un elemento de esa corporación y en Navolato un abogado que ha ocupado cargos en diferentes dependencias de seguridad.
Las policías municipales cuentan con un estado de fuerza mermado por distintas causas, entre renuncias voluntarias, bajas por examen toxicológico, jubilaciones y homicidios, aunado a la falta de interés de los jóvenes por integrarse a las filas de las corporaciones.
Las 18 policías municipales cuentan con un estado de fuerza de 4 mil 674 elementos, pero no todos están destinados a la seguridad de los ciudadanos porque en algunos municipios los asignan a la custodia de funcionarios y resguardo de edificios.
En 2008 las corporaciones municipales contaban con 6 mil 836 elementos, pero a la fecha el número de integrantes se redujo en 32 por ciento.
La fuerza policial además quedará mermada cuando las autoridades terminen el proceso de baja por control de confianza, cuyo plazo para llevarlo a cabo venció en noviembre de 2014 y hasta la fecha en Sinaloa no se ha realizado y solo han causado baja quienes reprobaron el examen toxicológico.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en Sinaloa deben ser separados de la corporación mil 874 agentes municipales que resultaron no aptos, que representan el 40 por ciento del total de agentes.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito sugiere un promedio de 30 agentes por cada 10 mil habitantes.
En Sinaloa la tasa de policías municipales apenas alcanza a 17 elementos para cuidar a 10 mil ciudadanos.
Por municipios, la media sugerida está aún más lejana, pues en algunos casos apenas y llega a 7 policías por cada 10 mil habitantes, en municipios como Badiraguato y San Ignacio, donde cuentan con menos de 25 elementos cada corporación.
Para cumplir el promedio de agentes que pide la ONU, Sinaloa debería contar con 8 mil 500 elementos. Con el estado de fuerza actual existe un déficit de 3 mil 826 policías.
Para auxiliar a los municipios el Gobierno del Estado ha destinado grupos de la Policía Estatal Preventiva a los municipios con pocos agentes, incluso elementos de la Policía Ministerial del Estado, cuya función es investigar los delitos, son enviados a la vigilancia preventiva en las calles.
La PEP cuenta con mil 820 integrantes y la PME, incluyendo las Unidades Especializadas con mil 212.
Badiraguato solo cuenta con 23 agentes municipales, siete por cada 10 mil habitantes y en situación similar se encuentra San Ignacio, donde 18 elementos deben cuidar a 22 mil 527 ciudadanos.
El municipio de Navolato cuenta con 100 agentes pero por el número de población, tiene una tasa de 7.82 elementos por cada 10 mil habitantes. En Mazatlán, donde hay más agentes por habitante, esa corporación tiene 18 elementos para 10 mil habitantes.
La capital del estado tiene una fuerza de mil 367 agentes, por lo que hay una tasa de 16 elementos para custodiar a 10 mil personas.
Ahome, el tercer municipio más grande, tiene 19 policías por cada 10 mil habitantes.
En Rosario donde las últimas semanas se ha registrado una ola de enfrentamientos, cuentan con 62 agentes, 12 por cada 10 mil personas.
Los corporaciones municipales han enfrenado problemas para crecer sus filas pues hay poco interés por ser policías y además el examen de control de confianza representa una barrera que el 80 por ciento de los aspirantes no logra pasar y solo 20 de cada 100 pueden ingresar a los cursos de formación.
Estadísticas del Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Pública indican que de 2010 a la fecha solo han formado a 489 agentes para las 18 policías municipales.
 
Estado de Fuerza 
Ahome            1050
Angostura       59
Badiraguato    23
Concordia       64
Cosalá 32
Culiacán          1367
Choix              73
Elota               93
Escuinapa       60
El Fuerte         143
Guasave          407
Mazatlán         829
Mocorito         40
Rosario           62
Salvador Alvarado  148
San Ignacio     18
Sinaloa            100
Navolato         106
PEP                 1820
PGJE              1212
 
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NOTA ENGARZADA…
 
Fotos:
Ejecutado en jjr          ASESINATO EN JUAN JOSÉ RÍOS.
 
En el norte, panteón clandestino entre Guasave y Ahome
 
Contorno macabro
 
Luis Fernando Nájera/ Guasave
 
En la última semana de febrero, cuatro cadáveres fueron abandonados en los límites de los norteños municipios de Ahome y Guasave, incrementando el temor y la percepción ciudadana de que aquí se pasean impunemente escuadrones de la muerte, protegidos o compuestos por policías, tanto preventivos como estatales, de ambos municipios.
Y no es todo lo que ha aumentado, pues también creció la tirria entre los agentes municipales de ambas corporaciones al grado de que los de Ahome imputaron legamente a los gendarmes de Guasave el ocultar una carga de mariguana, cargados vacíos y tiros útiles en las viejas instalaciones de la policía preventiva ubicada en el estero y que quedaría bajo la responsabilidad de la autoridad municipal de los primeros.
Entre ambos hechos, la población teme y ora a Dios por su propia vida… y de nuevo se autoaplica “el toque de queda”. Más que ahora se analiza la posibilidad de que se instale una partida de la Policía Ministerial del Estado, como sexenios antes existió, pero con una particular, más brutal y horrenda que nunca: derecho a desapariciones forzadas con el fin de “apaciguar la zona”.
Una consulta entre los pobladores advierte que esta posibilidad ya la padecieron años antes, con saldos de luto en familias locales, principalmente de aquellas que tienen miembros jóvenes en edades para la francachela, ágapes sin límites ni horarios.
La fuerza desmedida, sin control ni supervisión ciudadana a una corporación, no es la solución para retomar la tranquilidad, explica un novato abogado que pide anonimato, pues aquí hablar de seguridad pública es como ponerte una bala en la frente o aparecer molido a golpes en cualquier dren o canal. Y justifica su crítica: “en ese afán de recomponer el mundo con policías encapuchados, en patrullas con matrículas borrosas y uniformes alterados se van justos y pecadores a la misma olla, y finalmente se pierden vidas”.
Consideró que lo mejor son operativos con inteligencia de por medio, pero las corporaciones locales carecen precisamente de cerebro y les sobra riñón. “Cada balazo lo responden a plomazo a diestra y siniestra, y allí caen todos”.
Una empleada de una zapatería dice que el desmadre existente es por la confabulación del gobierno con la malandrinada. “Aquí todos los vemos, los de Mochis defienden a un grupo, los de Guasave a otro, a nosotros nos lleva el carajo por estar en medio. Quien va a decir algo, nadie, oiga, que se maten entre ellos y que a nosotros no nos toque”.
Aunque esta región es netamente ejidal, son los campesinos los que menos hablan.
Son hombres reacios a responder preguntas sobre la seguridad, matanzas o panteones clandestinos. Las mujeres mayores son igual que sus hombres, pero levemente más abiertas. “No oiga, si hablo me matan a mi hijo. Vaya por ahí preguntando y eso le van a responder, hasta que usted encuentre los muertos, como ya ve, han encontrado a cuatro en una semana, unos tirados en los drenes, otro sepultado en un canal. Quién anda por esos lugares para operar así, solo dos grupos, los delincuentes o la policía, uno de bien ni se acerca. No oiga, ya no hablo, me matan a mis hijos. La cosa está fea, que Dios nos cuide, porque el gobierno ya nos entregó a los malos”.
 
El saldo
La doña está sentada en una banca de concreto, frente al kiosko. Es el sitio en donde la gente se reúne a pasar el tiempo y a contarse anécdotas y suponer el infierno que se aproxima.
El tema son los cuatro muertos y la mariguana de los policías.
Tres de los asesinados eran de un solo evento, amigos; dos hermanos, todos procedentes de Salvador Alvarado. Desaparecieron el fin de semana cuando pretendían comprar semilla de maíz. Valdemar y Édgar Valdez Valdez, y Emanuel García Ramírez fueron encontrados sin vida a lo largo del dren Batequis, que corre paralelo a la calle 200, sobre la línea divisoria entre Guasave y Ahome. Y es por esa misma tangente que se desenterró el cadáver de otro hombre, pero en el ejido la Arrocera, recuentan informes policiales.
 
Y la mota
Un reporte de la policía de Ahome fechado el 23 de febrero por la tarde revela que un civil observó esa madrugada movimientos sospechosos de hasta nueve agentes encapuchados en las patrullas 618 y 619, en lo que eran las instalaciones abandonadas de la Policía Municipal de Ahome, ubicadas en calle Cero entre Japaraqui y San Francisco. Los policías bajaron una bolsa negra que ocultaron en las instalaciones.
Al retornar al lugar, la bolsa aún estaba y por ello dio aviso anónimo de los hechos, señala el informe que así justifica el arribo al lugar de uno de los grupos de operaciones tácticas.
Estos descubrieron casi nueve kilos de mariguana, cuatro cargadores para fusiles AK-47 (cuerno de chivo), 177 cartuchos para fusiles AR-15 calibre .223, y 18 tiros para el fusil AK-47, entre otros.
 
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OK/Judith
 
Foto:   homicidios (excell) abajo vienen los datos para el mapa…
 
Badiraguato, San Ignacio y Mocorito, municipios con más asesinatos dolosos
 
Sierra caliente
 
Cristian Díaz
 
La sierra de Sinaloa ha sido escenario clave para las actividades ligadas al narcotráfico. Sus condiciones naturales han sido propicias para la siembra de  amapola y mariguana, pero también —por lo menos en los últimos cinco años— ha sido escenario del mayor número de asesinatos por cada 10 mil habitantes, ocurridos en el estado; es decir, la distribución territorial de los homicidios no es homogénea si queremos comparar un municipio con otro sin tomar en cuenta el número de habitantes que hay en cada lugar.
Culiacán ha sido marcada como una de las ciudades más violentas de Sinaloa, pero esto tiene que ver porque concentra la mayor población del estado, pero si comparamos entre números iguales de poblacion con otros municipios, queda incluso muy por debajo de la media estatal de homicidios dolosos.
Según una estadística realizada con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante los primeros cinco años del gobierno de Mario López Valdez, Badiraguato es el primer lugar donde más homicidios se han cometido por cada 10 mil habitantes: un promedio anual de 14.73 muertos; siguiéndolo San Ignacio con 10.64 y en tercer lugar Mocorito con 10.11 homicidios.
Culiacán se encuentra en el octavo lugar con 5.85 homicidios perpetrados por cada 10 mil habitantes, sin embargo tiene una población de 8 millones 586 mil 38 habitantes según el último censo del Inegi, lo que hace que el número de asesinatos se eleve. En total, desde el 2011 hasta diciembre del 2015 se cometieron 2 mil 516 homicidios clasificados como dolosos.
El balance evidencia que los municipios ubicados en las zonas serranas, es donde el número de homicidios es más elevado, en comparación con otras regiones que tienden a tener tasas altas solo por el número de habitantes, como el caso de Culiacán, o Mazatlán.
Luego de la masacre de 13 personas ocurrida en San Ignacio a mediados de febrero, el Gobernador Mario López Valdez reconoció un incremento en los asesinatos en el estado, principalmente en el centro del Sinaloa y en la zona serrana del sur.
 
 
TEXTO PARA MAPA

Homicidios  por cada 10 mil habitantes (2011-2015)

 
—Badiraguato presenta el mayor número de homicidios por cada 10 mil habitantes, además de los muertos que no se reportan de manera oficial.
—San Ignacio es el segundo lugar donde más homicidios se han cometido a lo largo de los últimos cinco años. La última masacre cometida hace 15 días eleva la cifra.
—Mocorito se encuentra en el tercer lugar de asesinatos cometidos; a principios de febrero un enfrentamiento entre delincuentes y elementos del Ejército dejaron cinco muertos, tres de las fuerzas federales.
—Elota ocupa el penúltimo lugar en el promedio de homicidios durante los últimos cinco años; el fin de semana pasado, cinco personas fueron acribilladas durante un concierto del grupo Enigma Norteño.
—El Rosario ha sido escenario de diversos hechos violentos durante los últimos meses. E sábado antepasado elementos del Ejército y delincuentes se enfrentaron en la localidad de Corral de Piedra, con un saldo de cuatro personas muertas.
—En Culiacán, su alta concentración de población hace que sea considerada como una de las ciudades más violentas del estado.
 
 
 
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NOTA ENGARZADA…
 
Fotos:
 
Ejército en la sierra 2          (sin pie).        (Foto Rashide Frías)
 
Sinaloa, donde empieza la violencia
 
Francisco Sarabia/Ciudad de México
 
Sinaloa inicia este año con un negro panorama de violencia. Por las pérdidas de vidas humanas que registró en enero, resultó ser la entidad con el más alto número de homicidios y por tanto la más insegura en la región norte y noroeste, y a nivel nacional figura entre los diez primeros lugares con más acribillados.
Lo cierto es que ni la suma total de homicidios reportados en  sus tres estados vecinos —Nayarit, Durango y Sonora—, logran equiparar los niveles de violencia e inseguridad que golpea a esta entidad, donde se encuentran los valles agrícolas más productivos y tecnificados de América Latina.
De acuerdo a datos proporcionados por las procuradurías estatales, con 143 homicidios dolosos y culposos durante enero, Sinaloa se posiciona entre las entidades con más problemas de inseguridad, junto con los estados de México (255); Guanajuato (255); Guerrero (228); Michoacán (160) y Jalisco (156), que en algunos casos triplican la población sinaloense.
Los niveles de violencia son tan alarmantes que por el número de homicidios registrados en enero pasado, es más inseguro que la capital del país. La Ciudad de México apenas reportó 122 casos de asesinatos cuando su población —estimada en nueve millones sin contar la afluencia de visitantes—, triplica el volumen de  los tres millones que tiene Sinaloa.
Supera también a Baja California (132), que por ser la ciudad de Tijuana uno de los cinco pasos fronterizos más concurridos del mundo, pudiera ser más violenta que Sinaloa y otros estados mexicanos. De igual forma, los asesinatos en Sinaloa son muchos más que los registrados en Veracruz (116) Chihuahua (114) y Tamaulipas (87), regiones fuertemente sacudidas por la violencia derivada del narcotráfico.
Pero el dato más sorprendente radica en la proporción de asesinatos que registra con relación a sus estados vecinos, con los cuales comparte rasgos culturales afines y fuertemente vinculados con un espacio geográfico delimitado por el macizo montañoso, conocido como Sierra Madre Occidental.
Nayarit, cuya población total es de aproximadamente un millón de habitantes —tres veces menor que la de Sinaloa— es el que reportó los más bajos niveles de homicidio en todo el país durante enero, con ocho asesinatos contra los 143 de Sinaloa.
Los índices de inseguridad reportados desde años atrás imponen una frontera bastante asimétrica que bien pudiera advertir: “aquí termina la paz y empieza la violencia”.
Cabe señalar que para los habitantes del sur de Sinaloa y el norte de Nayarit, la afinidad cultural desde siglos atrás es tan común que sus relaciones de convivencia están fuertemente tejidas por relaciones económicas y de parentesco muy sólidas. Las diferencias se palpan en las estadísticas oficiales que miden la violencia de uno y otro lado.
Caso similar ocurre con el vecino Durango. Esta Entidad del altiplano con menor población que Sinaloa, registró una estadística de 26 asesinatos en enero y por sus características geográficas pudiera justificar mayores casos de asesinatos, derivados de la violencia que se desprende de la siembra y tráfico de estupefacientes.
Sonora, ligeramente más abajo en el número de población, reportó 81 homicidios.
Los indicadores muestran que las entidades más violentas en este inicio de año son el Estado de México (255), Guanajuato (255), Guerrero (228), Michoacán (160), Jalisco (156), Oaxaca (144), Sinaloa (143), Baja California (132), Chiapas (126) y Ciudad de México (122).
Las Entidades que reportaron estadísticas intermedias sobre homicidios fueron Hidalgo (37), Colima (42), Coahuila (45), Zacatecas (45), Tabasco (47), Morelos (63), Sonora (81), Tamaulipas (87), Nuevo León (103), Puebla (105), Chihuahua (114) y Veracruz (116).
 
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