Ante la falta de claridad  en los casos de la “Casa Blanca” de la pareja presidencial, el de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, así como el despido de la periodista Carmen Aristegui, la población puede caer en la apatía frente a los próximos procesos electorales.

“Cada vez se encuentran más pretextos y respuestas estúpidas”, cuestiona la profesora investigadora de la Universidad de Occidente, Anajilda Mondaca Cota.

Aunque confía que frente a la apatía pudiese surgir también una contraparte, un movimiento de ejercicio del voto ciudadano verdaderamente.

“Esperaría una presencia mucho mayor de los jóvenes, es mi esperanza, con todos estos acontecimientos en donde la presencia juvenil ha sido muy fuerte y constante. Que sean ellos quienes muevan un poco más y que hagan su ejercicio de votar y que lo hagan plenamente conscientes  de que es un derecho que les asiste”.

Desde la perspectiva académica, el próximo proceso electoral federal abrirá muchas posibilidades que desde los jóvenes surjan candidatos independientes, como en Jalisco, donde un aspirante rebasó el número de firmas requeridas. Además de refrescar el proceso electoral, señala, las candidaturas independientes darán otras posibilidades. Siempre y cuando haya respeto al proceso electoral, dado a que considera hay desconfianza en instituciones como el INE, debido a los pobres resultados que está teniendo ante las protestas y sanciones que deberían tener algunos organismos políticos, específicamente el Partido Verde.

La doctora en Estudios Sociales por el ITESO declara que le hubiese gustado que en Sinaloa surgieran más candidaturas independientes, y aunque aclara que no tiene nada con personajes como Manuel Clouthier, pero le gustaría ver candidatos y candidatas con ideas más contemporáneas.

En otros estados, a diferencia de Sinaloa, señala, se percibe una cultura política de mayor avanzada que debiese tenerse en la entidad.

Lo que falta, indica, es participación. “Somos muy dados a cuestionar, a criticar desde las redes sociales, desde la opinión o el micrófono, pero me parece que nos falta más acción. Tener la posibilidad de que no quede nada más en una marcha donde van muy pocos en un pronunciamiento en donde no pasa nada”.

Presiento, expresa, que se siguen modas.

“Se vino la marcha por Ayotzinapa y unos cuantos, la marcha en contraparte que se hizo para manifestarse a favor del Chapo, y unos cuantos también; me parece que falta ese poder del ciudadano para que se exprese realmente”.

Señala la especialista en Ciencias Sociales que tiene la impresión de que en Sinaloa el ciudadano es más pasivo.

“Nos falta permanencia en el activismo. Yo no sé si es por el temor, que también está perfectamente fundado ante situaciones que ya vemos de violencia, pero reconoce que hay un activismo más claro más claro y contundente, donde se fundamente la razón porque es que estamos actuando y moviéndonos para que las cosas fluyan de otra manera.

Lamenta que en México, a diferencia de otros países, existe un desgaste de las instituciones. Indica que ha estado haciendo estudios con jóvenes de cómo las perciben. Hay un desánimo hacia la familia y una desconfianza absoluta hacia las instituciones de gobierno.

“Hay un imaginario juvenil en el que se perciben como un mismo ente, gobierno, instituciones de seguridad, violencia y narcotráfico. A las autoridades se les ve lo mismo que a narcotraficantes. Ante esta situación ver que en el imaginario juvenil se tienen esas percepciones qué futuro se puede pensar ellos, si en su presente viven ese tipo de situaciones”.

Queda claro, expresa, que desde esa percepción de los jóvenes, que no es gratuita, esto se generaliza, por eso no es nuevo para mí pensar en este desgaste institucional, cuando las circunstancias nos están diciendo que las instituciones no están cumpliendo, que están más deterioradas, porque los resultados ahí están.

“Cada vez nos están insultando nuestra inteligencia con argumentos, con discursos que piensan que los vamos a aceptar, pero en el caso de los jóvenes ellos piensan, ellos quieren aportar y participar, pero son los menos escuchados”.

En el caso de la mujer, considera que hay ejemplos cercanos como el PRI, que todavía hay una especie de rechazo de no aceptar que las mujeres tienen toda la capacidad, o son mucho más capaces que los hombres que están postulados. “Hay mucho todavía de ‘te utilizo, te ayudo  a mover gente, brigadas’, porque son las mujeres las que hacen la talacha de las campañas, y unas cuantas son las que sobresalen, y son las que más o menos aceptan. No hay igualdad ni equidad”.

Opina que le falta mucho en los procesos electorales para que realmente se respete lo que llaman cuota de género, “que a mí me parece como un número, ni siquiera en la calidad de los candidatos y las candidatas que van a poner, se piensa solamente en cubrir la cuota y en el discurso, porque a la hora de la participación real finalmente siguen siendo relegadas en la toma de decisiones.

“Solamente el que grita más, el que se enoja más, el que indisciplina, lo premian para que no esté quedando mal el partido, no solo se da en el PRI, sino en todos los partidos”.