En México, sobre todo en el futbol, arreglar resultados de un juego no representa sanción alguna, los reglamentos son claros y no están actualizados; Cuchillo Herrera habla de sobornos cuando fue jugador y Bardo Fierros tuvo ofrecimiento de 4 mdp por dejarse ganar un partido. 

“En México todo puede pasar y nadie dice nada”, me dijo en una ocasión el arquero sinaloense Óscar Dautt, previo a un partido entre Puebla y Dorados de Culiacán, en la Primera División en 2004.

En ese entonces, Dautt indirectamente señalaba que en el futbol mexicano pasaban cosas extrafutbol. Y mejor optó por callar.

Pero en esta semana, Efraín Cuchillo Herrera, en entrevista para La Afición, destapó la cloaca que se vive en el balompié nacional. Sin tapujos, reveló un intento de soborno en su época como jugador activo.

Efraín aseguró que cuando jugaba en América (1985-1986 hasta la 1988-1989), hubo una ocasión que José Antonio García, en ese entonces propietario del Atlante, le ofreció dinero para que le ganara a un equipo que peleaba por la permanencia en la Primera División con los Potros.

“En Atlante, Garcis (José Antonio García) nos ofreció dinero una vez para que los Potros se salvaran del descenso, para que nosotros le ganáramos a no sé qué equipo. Jugaba yo con América. Nos dijeron, y yo le dije a Alfredo Tena: ‘¿le entramos?’ Y él dijo: ‘no tiene nada de malo, claro que sí, ¿pues qué tiene? Nada más que te lo dé (el dinero) antes’”, explicó.

Pero eso no fue todo. El Cuchillo siguió. Dijo que cuando jugó con Atlas una liguilla por el no descenso contra el Tampico Madero, hubo “arreglos de jugadores”, tanto de rojinegros como de los tamaulipecos.

Pero esto no queda aquí. En el futbol mexicano han pasado muchas cosas y no ha pasado nada.

Y hace un año Bardo Fierros, delantero de León, cuando integraba la Liga de Ascenso, declaró que en diversas ocasiones le llegaron a ofrecer hasta 4 millones de pesos por dejarse ganar un juego, incluso, en partidos de la final por el ascenso le prometieron contratos multianuales, con salarios más altos al promedio de la división.

También Felipe Ramos Rizo renunció a su profesión de 14 años en el arbitraje cuando lo acusaron de arreglar un partido que determinaba la permanencia de Jaguares de Chiapas en la Primera División, eso junto al espionaje telefónico que sufrió, lo que acabó con su carrera y con la salida de su cargo del entonces presidente de la Comisión de Arbitraje, Edgardo Codesal.

Ahora bien, después de estas declaraciones del Cuchillo, ¿qué pasará? ¿La FMF tomará cargos en el asunto, o como siempre se hará oídos sordos? 

No es claro el reglamento

La Federación Mexicana de Futbol en su reglamento de sanciones, válido para la temporada actual, así como en el Código de Ética para el gremio futbolístico, dedica tres artículos al soborno en el futbol, aunque no especifica duración de sanciones y apenas hace una recomendación para abstenerse del ilícito.

“Sería importante tener una legislación clara y específica. Si se está viendo que en otros países existen (leyes específicas) y aunque no nos consta que en México pudiera haber sucedido (amaño de partidos), yo creo que sí debería estar regulada de mejor manera”, comentó Ricardo de Buen, abogado en Derecho Deportivo Internacional, para el economista.com.

“El tema es que en Europa el negocio del futbol ha crecido mucho, pero también en México. Todo lo que tiene que ver con el Derecho Deportivo en nuestro país ha sido muy lento”, dijo. 

En Europa sí, en México no

En el Viejo Continente, este tipo de situaciones han sido sancionadas con cárcel, descensos y hasta la pérdida de dos títulos, como le ocurrió a la Juventus en Italia.

Y ahora, el técnico mexicano Javier Vasco Aguirre se encuentra en el ojo del huracán tras los señalamientos que indican forma parte de sobornos en el futbol español, que se dieron en el 2011 cuando dirigía al Zaragoza.

Pero en México está claro. Los intereses están por encima del espectáculo. Y todos los directivos lo saben y no es de ahora, sino de muchos años atrás.

El Dorados-Puebla, final de ascenso de 2007

Quién no recuerda aquella final de ascenso de 2007, donde los Dorados cayeron ante Puebla (4-3 global), juego que causó mucha polémica, ya que días después, el diario Récord publicó extractos de una grabación de una conversación donde Roberto Ruiz Esparza y Emilio Maurer; hablan de convencer al entrenador de Dorados, Hugo Fernández, para modificar la estrategia de su equipo, para que perdiera.

Los tres involucrados lo negaron, pero el caso llegó hasta los juzgados. Igual no pasó nada.

Lo que sí es que hubo algunas situaciones raras en ese juego y que por cierto, años más adelante, Fernández fue presentado como directivo del Puebla.

De acuerdo con declaraciones de jugadores que estuvieron presentes en la final y hechos aislados, existieron varias rarezas.

Por ejemplo, la participación de Christian Cital como titular cuando era banca; los tres goles de Puebla fueron en jugadas donde estuvo involucrada la participación de Flavio Rogeiro; Hugo Fernández sacó al goleador Carlos Casartelli por Rafael Gaytán al minuto 61; Carlos Hurtado, uno de los mejores elementos en la cancha, sólo jugó el primer tiempo y entró Tomás Banda en su lugar.