¡Diablos! ¿Y la pasión por México?

 

diablos

 

 

CULIACÁN.- Los Diablos Rojos no predicaron con el ejemplo este año y tiraron al cesto de la basura el slogan que emprendió en sus comunicados y en las redes sociales, Alfredo Harp: Pasión Por México.

Y es que si bien los pingos decidieron jugar con puros mexicanos nativos en la LMB, el miércoles en la noche su equipo sucursal, Marineros de Ensenada, logró el campeonato de la Liga Norte de México con un total de… ¡12 jugadores extranjeros!

Llama la atención porque se trata de una liga de desarrollo, donde se supone que los Diablos Rojos y Guerreros de Oaxaca necesitan foguear a muchos de sus jóvenes, sin perder de vista el campeonato.

¿De qué sirve la inversión millonaria que hacen los Diablos en la Academia en Oaxaca si utilizan a 12 extranjeros en la liga sucursal?

Harp hizo las cosas al revés. Llenó de jugadores extranjeros el equipo filial en la LNM y descuidó los dos clubes grandes de la LMB al dejarlos sin refuerzos para desgracia de los aficionados, sobre todo de los Diablos que por segundo año consecutivo serán eliminados.

Por eso hoy el público no cesa en sus críticas por todos lados. Diablos no clasificó —lo cual es un verdadero fracaso— y Marineros no desarrolló talento como se requería en una liga propicia para ello.

Es increíble que los altos mandos de Diablos hayan desprotegido el equipo sin extranjeros para enviarlos a pelear contra los nuevos gigantes de la Zona Norte, es decir, los Toros, Acereros y Sultanes.

Los caprichos de septiembre pasado tuvieron costos muy elevados. Carlos Peralta pisoteó el legado de su padre al vender a los Tigres y ahora Harp se queda sin postemporada.

 

#TRABUCOS… En las últimas 10 temporadas de la Liga Mexicana de Beisbol, sólo dos equipos que han finalizado como superlíderes se llevaron el campeonato.

Esos clubes fueron los Sultanes de Monterrey (2007) y Diablos Rojos del México (2014).

Los regios dominaron por completo la temporada 2007 con record de 69-38 y en la gran final derrotaron en siete juegos a los Leones de Yucatán. A su vez, los escarlatas de Miguel Ojeda arrasaron con 70-42 en la edición 2014 y luego despacharon en cinco a los Pericos de Puebla en la Serie del Rey.

En el proceso a un campeonato pueden ocurrir muchas cosas. Por ejemplo, los Sultanes de un año anterior (2006) obtuvieron 10 victorias más que los de 2007, pero los jugadores se revelaron en la gran final porque exigían bonos extras y el manager Bernie Tatis no pudo hacer nada para contener la debacle ante los mismos Leones de Lino Rivera, cuyo juego decisivo siempre será recordado por aquel jonronazo del entonces novatito Jesse Castillo.

Inclusive, Pepe Maiz aún sigue resentido con varios peloteros que supuestamente le hicieron grilla en 2006. Cuando alguien se lo recuerda en corto, suele presumir que como castigo mandó a los rijosos al hermano menor, Dorados de Chihuahua, aunque reconoce que le salió más caro el caldo que las albóndigas porque esos mismos lo exhibieron después en la prensa por falta de pago de quincenas hasta decidir no jugar, como ocurre ahora con los Generales de Durango.

“Uno de ellos fue Benjamín Gil, por eso no lo contrato como manager”, me dijo Maiz en una visita en mayo pasado al Palacio Sultán.

Y es que ese fallido roster de 2006 era tremendo con los dominicanos Dionys César y Mendy López; Heber Gómez, Luis Alfonso García, Edgar Quintero, Benjamín Gil, Adán Amezcua, Ramón Orantes, Miguel Flores y como un lujo tenían al caballo Pancho Campos entre sus abridores.

 

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