El 25 de julio de 2012, el último año de gobierno de Felipe Calderón, fue el cumpleaños de su esposa Margarita Zavala. Cumplió 45. El presidente estaba de espíritu alegre pese a la debacle en las elecciones presidenciales del 1 de julio en la que la sociedad mexicana le pasó la factura al Partido Acción Nacional (PAN) por su terrible gobierno.
Para celebrar el cumpleaños de su esposa Calderón organizó una comida el 23 de julio en la residencia oficial, a la que invitó a un nutrido grupo de amigos. En total más de 120 comensales se dieron cita a las dos y media de la tarde.
Estuvieron presentes Patricia Guevara, secretaria de Turismo; Georgina Kessel, ex secretaria de Energía y luego titular de Banobras; las panistas Cecilia Romero, Elenita Álvarez de Vicencio y Blanca Magrassi de Álvarez.
También fueron convidadas las compañeras de la primera dama en la LIX legislatura: Lupita Suárez, Maricarmen Mendoza, Patricia Garduño, Beatriz Zavala, Adriana González, Gabriela Cuevas, Mariel Paredes, presidenta del Instituto Nacional de la mujer, y Rocío García Gaytán, entre otras. La candidata presidencial perdedora, Josefina Vázquez Mota fue la gran ausente.
En la mesa principal se sentaron Mercedes Gómez del Campo, madre de la primera dama, una de sus hermanas, la festejada y Calderón. Quien hubiera visto ese día a la pareja no se habría imaginado la crisis matrimonial que sufrió a lo largo del sexenio. Muchos comentarios sobre el presunto alcoholismo de Calderón y actitudes violentas. Que incluso la pareja llegó a vacacionar en lugares diferentes, etc.
Pero aquel 23 de julio de 2012 todos los problemas parecían superados. Quizá la llegada del fin de la administración hizo reflexionar a la pareja de que había más cosas que los unía: la ambición por el poder.
Durante la comida en Los Pinos Margarita tomó la palabra y agradeció el festejo. Aprovechó la oportunidad para promocionar un recetario realizado por su mamá con prólogo de Felipe Calderón. El costo del ejemplar era de 300 pesos pero si alguien compraba más de cinco lo dejaba en 200. El comentario sobre las recetas de la madre de la primera dama originó una ‘espontánea’ porra.
—Ojalá el recetario te sirva para dentro de seis años— dijo la señora Mercedes.
—¡Margarita 2018!—, comenzaron a gritar algunos comensales.
—Bueno, no dijeron para qué— empujó más la propia Margarita Zavala.
—Para la campaña presidencial— dijo Felipe Calderón haciendo evidente que sus intenciones y las de su esposa era que ella fuera candidata del PAN a la presidencia de la república en 2018. No era solo una excentricidad de fin de sexenio sino sonó a una seria amenaza.
“¡Margarita 2018!, ¡Margarita 2018!”, fueron los gritos que retumbaron en Los Pinos durante el largo festejo que concluyó pasadas las tres de la mañana. Mientras Calderón y su esposa celebraban, México quedaba en ruinas.
Este episodio quedó plasmado en mi libro “México en Llamas” publicado en noviembre de 2012 bajo el sello de Grijalbo, en el capítulo titulado “Caldenerón”. Desde entonces él y su esposa han trabajado en ese proyecto político que ahora la ex primera dama hace oficial y glamoroso en su auto destape en la revista Vanity Fair México que comienza a circular este mes de noviembre.
En septiembre pasado coincidí con el padre Alajandro Solalinde en Nueva York en el marco de un evento de reflexión sobre el ataque contra los estudiantes de la escuela normal rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa. Una plática llevó a otra y terminamos hablando de la campaña presidencial del 2018 y la inexistencia de buenos candidatos y candidatas, ¿Hacia dónde ir? el paisaje pinta desolador.
Solalinde mencionó que él, junto con un grupo de académicos e intelectuales, pensaba en apoyar la candidatura ciudadana de alguna mujer a la presidencia de la república. Decidido afirmó que una mujer presidenta es lo que México necesita en estos momentos de crisis, “las mujeres son más honestas, más generosas, más decididas, más consientes. Ustedes están haciendo un trabajo que los hombres no” dijo.
Yo manifesté mi desacuerdo. Como ciudadanos debemos buscar un candidato honesto, generoso, decidido y consciente sea hombre o mujer. La honestidad no es una cuestión de género, es una cuestión de educación, convicción y valores. En México tenemos ejemplos brutales de mujeres en el poder corrompidas y corruptoras. La ex líder del magisterio, en momentánea desgracia, Elba Esther Godrillo; o Martha Sahagún de Fox, la ex primera dama. Ambas son un ejemplo exacerbado de que lo femenino en automático no va acompañado de lo correcto.
“Por ejemplo Margarita Zavala”, dije a Solalinde, “¿Usted quisiera verla de presidenta?”. “¡Nooo! ¡No!” brincó el padre de inmediato, “es que ella trae ahí cargando a su bodoque” dijo haciendo el gesto del rebozo cargando a un niño en la espalda. El “bodoque”, por supuesto, es Calderón. Un lastre no solo para su esposa sino para el país.
¿Qué leen en su entorno Zavala y Calderón? ¿Piensan que la esposa del ex presidente responsable de la masacre impune de más de ciento veinte mil personas puede hablar de intenciones presidenciales como si la población sufriera amnesia masiva?
¿Cómo podría justificar Zavala la falsa guerra contra el narcotráfico de su marido cuyos resultados finales en datos duros fueron más droga, más consumidores y más carteles en México?, ¿Cómo podrá acercarse a las familias de los más de veinticinco mil desaparecidos a quienes el gobierno de Calderón ignoró?, ¿Cómo pedirá el voto de madres como las de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, quienes en 2009 perdieron a sus hijos? 49 murieron y 106 resultaron heridos. Pequeños de entre cinco meses y cinco años de edad cuyo hecho quedó impune en el gobierno de Calderón porque se prefirió proteger a familiares de Margarita Zavala y a otros panistas involucrados.
Zavala, quien intenta irrumpir en la escena política intentará decir que ella es ella y otra cosa su marido. Pero ella fue comparsa, apoyó abiertamente o con su silencio las infamias y corruptelas cometidas durante el gobierno de Calderón. Como legisladora nunca se pronunció enérgicamente a favor de las víctimas inocentes de la guerra entre carteles en la que el gobierno de su esposo formó parte protegiendo al Cartel de Sinaloa como incluso señala una carta escrita por Edgar Valdés Villarreal en noviembre de 2012, entregada a esta periodista y publicada en el periódico Reforma. Carta sobre la que Calderón hizo mutis en su momento.
En entrevista con la periodista Sabina Berman, publicada en la revista del corazón, afirma que ella quiere ser candidata a la presidencia porque conoce al país, a su gente y el entramado político. Y señaló que está segura que el PAN perdió ante el Partido Revolucionario Institucional (PRI) “Porque llegó tarde la narrativa de las cosas que se habían hecho bien”. Pero Zavala sabe que esa no es una frase o pensamiento propio, sino de Calderón.
En 2009 tras la debacle del PAN en las elecciones intermedias, colérico y a veces delirante como es, Calderón cacheteó frustrado al entonces dirigente nacional de Acción Nacional, Germán Martínez, por los malos resultados. El entonces mandatario le reprochó que no hubiera presumido los logros del calderonato en las campañas, “¿Cuáles?” se preguntaban los propios panistas.
Lo cierto es que ni Gustavo Madero, ex dirigente nacional del PAN y quien tiene de su lado una facción del partido, ni Ricardo Anaya, el nuevo dirigente nacional y quien tiene la otra facción, quieren que Margarita sea la candidata del partido a la presidencia principalmente por las mismas razones que el padre Solalinde: su bodoque Felipe Calderón.
Mala señal es la falta de honestidad de Zavala, desde el principio, al decir en la entrevista que se publica en Vanity Fair que “no hay un momento exacto” en que decidió buscar la candidatura presidencial y que prácticamente eso surgió del clamor de gente que en 2015 en los aeropuertos o en la calle le dicen “lánzate Margarita”. La ex primera dama sabe que no es así y que desde antes de concluir la presidencia ese es el proyecto político de ella y su “bodoque”.
Errata. En la columna anterior “El Show del Chapo” señalé de manera equivocada que Miguel Ángel Trillo Hernández, detenido en 2001 acusado por dar apoyo y casas de seguridad a Joaquín Guzmán Loera, es el mismo que fue detenido hace unas semanas por la misma razón. El nuevo detenido no es él sino su hermano Manuel Rodolfo, acusado de proteger al líder del Cártel de Sinaloa.