Finalmente Jesús Vizcarra Calderón no fue el candidato a gobernador y entonces el PRI no tendrá necesidad de explicar que el compadrazgo del empresario con Ismael Zambada García nació en tiempos en que ambos se dedicaban a la ganadería y que por ello no debe ser condenable. Porque eso era lo que decían ahora, como poniéndose el guarache. También que desde hace tiempo los compadres habían limado asperezas y que no tendrían lugar, dado el caso, los problemas de 2010, y que motivaron que la mafia decidiera apoyar a Mario López Valdez.
Pero como poder de facto, con Vizcarra y sin él, con Malova y sin Malova, el narco está ahí, ahora, tal vez, con mayores intereses: sus espacios en el congreso local, con regidores en los cabildos, con alcaldes a su servicio, con las policías totalmente controladas, con empresas que les venden servicios al Gobierno… Incidiendo, pues, desde diversos planos y niveles, en las políticas gubernamentales de Sinaloa, que a su vez fortalecen sus negocios lícitos y no. Con una precisión importante: si el narco controla al gobernador, lo controla todo.
Ahora bien, ¿El narco se mantendrá al margen de las contiendas electorales, de la designación de candidatos y aún más, de las campañas y de la operación de éstas? No. Y si en el caso del PRI no tuvo injerencia en la designación del candidato, no puede decirse que lo mismo vaya a ocurrir en los partidos que hay enfrente. El PAN se ha visto involucrado ya en un escándalo nacional por el caso de la diputada Lucero Sánchez y ya hace cinco años se hizo de la vista gorda cuando el Cártel de Sinaloa apoyó la candidatura de la alianza en que participó este partido.
Y si a nivel estatal incide, en los municipios y distritos, sobre todo en los que son parte de sus territorios controlados, hacen lo que quieren. ¿Puede, por ejemplo, el alcalde de Badiraguato ejercer sus funciones sin el apoyo y la anuencia de los Caro, los Esparragoza, los Fonseca, los Guzmán? ¿O contra sus intereses? No. Y de la región de San Lorenzo, ¿saldrá un diputado o un regidor que no tenga la venia de Dámaso López Núñez o del Mayo Zambada? Tampoco.
Habrá que esperar a que se definan cosas en la coalición que pretenden el PAN, PAS y PRD, porque a partir de ahí esos poderes de facto se empezarán a mover. Ya lo están haciendo en los distritos y municipios, porque a través de ellos intentarán fortalecer el poder que ya tienen en algunas comunas que les son estratégicas y en el Congreso del Estado.
Respecto a si les sirven o no estos espacios, pues solo hay que recordar la intervención que tuvo la diputada Lucero Sánchez López en plenos operativos de la Marina en la sierra de Cosalá y Tamazula, pidiendo que se retiraran de esa zona con el argumento de que estaban violando los derechos humanos y provocando el desplazamiento de decenas de familias.
Otro ejemplo: cuando se discutía en el congreso si se aprobaba o no la construcción de los hospitales, se supo y así lo publicó Ríodoce, que el terreno en el que construiría el nosocomio de Culiacán había sido vendido por una empresa que, presuntamente, lava dinero del narcotráfico y cuyo propietario habría sido detenido por la Marina en un operativo realizado en la zona turística de Mazatlán.
Pero negociar abajo ya no es para los niveles de influencia que ha alcanzado el cártel de Sinaloa. Por eso tiran a la cabeza. Ahora quieren poner gobernadores. O influir para que alguno de los contendientes llegue a la meta. Y dejar claro que lo hicieron. Las facturas se cobrarán puntualmente.
Bola y cadena
SE SUPONE QUE CON EL ESCÁNDALO que provocó Lucero Sánchez López, los partido tendrán más cuidado al escoger a sus candidatos. Pero solo se supone, porque hay espacios, municipios y distritos, en los que no deciden los partidos, sino los narcos.
Sentido contrario
NUNCA DIO, MARTHA TAMAYO, signos de una buena dirigencia al frente del PRI. En el proceso interno fue nefasta su actitud frente a la única mujer en la competencia, la senadora Diva Gastélum, al no asistir a su informe cuando lo hicieron todos los priistas, en un momento en que sufría ataques demoledores para sacarla del taste. El lío legal por el que atraviesa ahora la pretendida coalición del PRI, el verde y el panal, cuando se pone en duda que el acuerdo fue entregado a tiempo en el órgano electoral, es atribuible a ella, en su calidad de presidenta del partido en el estado. Y lo menos que puede decirse es que fue por negligencia, cuando también puede pensarse que se prestó a un juego dictado desde el tercer piso para debilitar las posibilidades de Quirino Ordaz Coppel. No hay que olvidar que la presidenta del Instituto Electoral del Estado de Sinaloa, Karla Peraza, es alfil de Gerardo Vargas Landeros (él la hizo consejera en la estructura anterior y la promovió para el cargo que ahora ocupa), de tal forma que, más allá de la legalidad, pueden tomarse en este caso decisiones muy interesadas. Por lo demás, tiene cierta lógica que en una competencia tan delicada, el grupo que está empujando la candidatura del mazatleco, quiera tener todos los hilos en la mano. Por eso la llegada de Rosa Elena Millán a la dirigencia del partido.
Humo negro
HASTA LA TARDE DEL VIERNES la coalición PAN-PRD-PAS hacía agua por todos lados. No se ponían de acuerdo en el reparto de posiciones; el PRD acusaba al PAN de haber modificado los acuerdos tomados, renegaba de que al PAS se le había dado la mitad de las posiciones pero, sobre todo, no había claridad sobre quién podía ser el candidato a gobernador. En la ciudad de México, Heriberto Félix Guerra trataba de conseguir el pase, pero fue bloqueado por las fuerzas anticalderonistas y decidió salirse de la jugada. Y esto desestimuló a los perredistas locales, pues querían ir con un candidato fuerte y que tuviera la cara más o menos limpia. Con un nudo adicional: Héctor Melesio Cuen estaba siendo apoyado por el directivo estatal, pero rechazado por muchos panistas de cepa, los perredistas no lo querían y los CEN del PAN y del PRD, lo tenían bloqueado. Es decir, más enredado que una cooperativa.
