(Portarretrato) Dentro del PAN saben que quiere ser el candidato a la presidencia de Culiacán el 2016. Lo dice abiertamente aunque no sea originario de la capital de Sinaloa, ni siquiera del estado. Pero Jorge Iván Villalobos Seáñez sí es diputado federal por este estado, tiene su domicilio acá y está casado con una culichi.
Villalobos, hasta esta semana vicecoordinador de los diputados federales panistas, era el segundo en rango —después de Luis Alberto Villarreal— entre los legisladores asistentes a una fiesta privada en Villa Balboa, Puerto Vallarta. Dejó de ser privada cuando Reporte Índigo divulgó unas imágenes editadas con parte de lo ocurrido aquella noche de fines de enero de 2014.
El video apenas son tres imágenes de dos diferentes ángulos y un paneo a los asistentes, pero ya le costó la destitución a Villalobos y Villarreal. Es más lo que se infiere por el audio saturado con la música de banda, unas cuantas frases soeces y la vestimenta de las acompañantes de los legisladores. El escándalo mediático no llega a discutir, como pasa siempre en estos casos, el derecho a la privacidad.
Villalobos tenía marcaje personal desde hace mucho. Hay dos grabaciones de conversaciones privadas ya divulgadas en Sinaloa, y una tercera publicada por el diario Reforma donde “gestiona” la operación de un casino con el subsecretario de gobernación en 2011.
Con apenas 36 años, Villalobos fue incrementando su influencia a medida que Gustavo Madero avanzaba dentro del PAN. Conectaron desde que se conocieron, hace alrededor de una década, al fin que ambos son originarios del estado de Chihuahua. Estuvo al lado de Madero en el Congreso y después en el Senado. En ambos casos en un tema que Villalobos domina a la brillantez, según reconocen hasta sus detractores: el derecho financiero y tributario, en el que alcanzó el grado de doctor por las Universidades de Salamanca, España, y Panamericana de México.
En Sinaloa, Villalobos tiene dos cercanos: el propio dirigente del PAN estatal, Edgardo Burgos Marentes y el diputado local Adolfo Rojo. A veces un cuarto cercano es el diputado federal Martín Heredia. Todos, operaron dentro de un grupo empujando la campaña de Gustavo Madero para un nuevo periodo en la dirigencia nacional del PAN. Villalobos, sin embargo, está lejos de muchos de los panistas de cepa, y de otros que siguen mostrando simpatías con el expresidente Felipe Calderón.
Con todo y el regaño, que quienes conocen a Madero debió incluir muchas madres, Jorge Iván Villalobos conservó la influencia dentro del Comité Nacional, y nada menos que en un Comité Electoral donde será el filtro a las candidaturas federales del próximo año. Por lo pronto entre Villalobos y Marentes ya está hablado un lugar en las diputaciones plurinominales para el dirigente estatal.
MARGEN DE ERROR
(Foto repetida) Villalobos no necesitó investigar, ni revisar muchos libros de historia para darse cuenta de la crisis de candidatos del PAN para el 2016 en Culiacán —y en el estado—, y por eso habla de sus deseos por la bandera. En casi dos décadas, que equivalen a siete procesos electorales, solo ha tenido Acción Nacional a cuatro candidatos a la presidencia de la capital. Es una historia de fotos repetidas: Sadol Osorio —único alcalde panista en Culiacán— ganó en 1995 y la buscó de nuevo en 2007. Cesáreo Castillo la buscó en dos elecciones consecutivas en ambas en coalición con el PRD, 1998 y 2001. Eduardo Leyson estuvo en 2004, y luego otras dos candidaturas consecutivas, pero ahora de Eduardo Ortiz, en 2010 y 2013.
Los sorprendentes altibajos en los resultados del PAN en la capital durante esas casi dos décadas, tampoco requieren de mucha profundidad para detectar la crisis.
MIRILLA
(Foto borrosa) Felipe Calderón no ganó portada con la presentación de su libro. Apenas llegó a interiores. Hasta ahora demuestra que no causará controversia, pese a que los seis años daban para muchas.
Dos cosas dejó en claro: que no duerme bien, porque se cuenta entre los políticos que según Alonso Lujambio deciden entre opciones limitadas, incómodas, falibles. Contras quienes sueñan como bebes —aquellos sin principios y valores, o que teniéndolos no los aplican—. Y dos, que es un jarrón chino más, “muy costoso, muy bonito, pero la verdad nadie sabe dónde acomodarlo.”
PRIMERA CITA
(Foto sepia) En el “affaire” del transporte público en Culiacán de esta semana, muchos quisieron ver y leer un juego de las vencidas, brazo a brazo, entre el gobernador Mario López y las organizaciones del transporte. Con el tema Malova se sacudía dos semanas de rounds de sobra con los medios unidos contra el 51 Bis de la Ley orgánica del Procuraduría. Le convenía y lo aprovechó. El tema era y es popular, no necesitaba operar nada porque solito se vendía. Sin embargo, el fondo del asunto no debería ser la tarifa, ni si el gobernador mostró fuerzas con los débiles, sino la movilidad de la ciudad de Culiacán. La que con toda su problemática va de un lado a otro todos los días con este transporte que tenemos.
DEATRASALANTE
(Vuelvan para la foto) Esta semana el Congreso estará borrando el 51 Bis. Nada hasta ahora indica que en su lugar se vaya a incluir lo que tanto preocupaba al gobierno estatal, al menos desde la explicación que hicieron para justificar el trompicón, que es la preservación de la escena del crimen. Si va como la mandarán —recuérdese que lo mismo pasó con la otra iniciativa—, es decir solo la derogación del 51 Bis, pues solo estarán cortando y pegando, para luego aprobar. Que no desperdicien los legisladores esta oportunidad para debatir el tema, fijar posturas. Y por favor, evítense las lisonjas a los medios. Atrévanse a la crítica, que periodistas y empresas de medios la necesitamos (PUNTO)
