Una periodista asesinada por lengua larga. Un exgobernador en fuga, a quien la periodista asesinada denunció por actos de corrupción. El Fiscal de Nayarit detenido en Estados Unidos por traficar con drogas junto a organizaciones criminales. Un viejo capo es liberado, y con él remembranzas del pasado presente. Todo… hecho en México.
Un hilo conductor sostiene a Miroslava Breach, César Duarte, Édgar Veytia y Ernesto Fonseca, la corrupción como el tema clave que asfixia y que mantiene entrampado a este país. Una por denunciarla, los otros por impunemente practicarla.
Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada y reportera de medios locales en su natal Chihuahua, publicó el año pasado nombres de quienes se perfilaban a las candidaturas municipales y que además tenían claros vínculos con jefes de organizaciones criminales, especialmente la suegra de Carlos Arturo Quintana, el 80, Silvia Mariscal. Aunque la investigación apunta directo al identificado como líder de La Línea, resulta por demás ingenuo que el propio autor intelectual del crimen dejara una cartulina responsabilizándose del asesinato. Pero en México están rebasados todos los límites de lo explicable y del sentido común.
Mientras Miroslava Breach seguía escribiendo en Chihuahua —seguramente ya marcada en la lista para ser asesinada—, el exgobernador César Duarte seguía teniendo tiempo para poner tierra de por medio. Fue hasta esta semana cuando la PGR le pidió a la Interpol que emitiera la ficha roja para su búsqueda en 190 países. Casi seis meses después de concluido su mandato liberaron una orden de aprehensión por peculado.
César Duarte es el segundo gobernador prófugo —Javier Duarte es el otro—, mientras Guillermo Padrés enfrenta proceso en prisión. Pero al menos otra media docena de exgobernadores están en una cuerda floja por los múltiples señalamientos en sus cuestionadas gestiones: Roberto Borge de Quintana Roo en primer lugar, Rodrigo Medina de Nuevo León, Jorge Herrera de Durango, Mario López Valdez de Sinaloa, aunque en contra de este último lo único claro es que se le suspendió la cuenta pública del primer semestre de 2016.
Los señalamientos periodísticos o de organizaciones civiles a la gestión pública han sido constantes en México, con la diferencia de que instrumentos de transparencia de la última década han permitido demostrar muchas afirmaciones antes imposibles. Peculado, desfalco, corrupción, enriquecimiento ilícito, no han logrado pasar del señalamiento a la acción judicial. El sistema permitió la fuga de los dos Duarte, en un claro afán de no descubrirse en las trapacerías de los amigos.
Margen de error
(Fiscal) El FBI, el Buró de Investigación Federal de los Estados Unidos, le impartió un curso a la Fiscalía de Nayarit en julio de 2013. Como muchos otros que a lo largo del país sostiene con autoridades locales. El pretexto fue una capacitación sobre Análisis de Inteligencia. En la clausura, Édgar Veytia, el Fiscal General, dijo: “Hoy vemos cómo diferentes autoridades internacionales confían en el Gobierno de Nayarit”.
Veytia, el hombre fuerte en la seguridad del Estado de Nayarit, de todas las confianzas del gobernador Roberto Sandoval, en realidad tenía encima una investigación de la DEA —la agencia Antidrogas americana—, por lo menos desde un año y medio antes. El FBI no había llegado a capacitar a su equipo, sino a investigarlo. Abarcó a los 550 elementos, en un taller de 40 horas de duración, y apuntaló la investigación que todavía tardó otros tres años para concluirla.
Y es que Veytia no es señalado de brindar protección, ya de por sí grave tratándose del nivel de autoridad que tenía, sino de ser él mismo un traficante de drogas junto a las organizaciones criminales.
El gobernador Sandoval, que este año concluye su mandato, tendrá que tragarse sus palabras: “Él es el fiscal, es el procurador de Justicia, comandante de las fuerzas, es policía, es un hombre que a lo mejor el día de hoy no lo valoran, pero el día que él deje de ser fiscal se van a acordar de Édgar Veytia”.
Mirilla
(Libertad) Ernesto Fonseca, con unos 86 años de edad, está a otro paso de la libertad completa. Ni un solo momento, desde su aprehensión en 1985, ha dejado de defenderse con un equipo de abogados y el año pasado —con 31 años en prisión— logró ser enviado a su casa a cumplir una prisión domiciliaria, supuestamente con un brazalete de ubicación y custodiado en todo momento.
Don Neto, a quien aguarda una tumba en ruinas que construyó en la cúspide de su natal Santiago de los Caballeros, aún está lejos de la sentencia de 40 años que se le impuso, pero busca que un juez aplique la ley vigente en 1985 que le permitiría la libertad completa. Fonseca está a solo un trámite de la liberación, y a diferencia de Rafael Caro Quintero, dejar de vivir a salto de mata.
Aquella generación de traficantes de drogas, es parte de un pasado presente en este México.
Deatrasalante
(Marzo, peor) Marzo superó en asesinatos a los dos primeros meses del año, ya de por sí altos. Enero cerró en Sinaloa con 116, febrero con 128 y marzo más de 135 homicidios. La sumatoria del año llega a 379 crímenes en 90 días, más de cuatro por día, en promedio.
Aunque no es consuelo, una parte cada vez más amplia del país está igual. Si en Sinaloa asesinan a cuatro personas en promedio, en el país son 75 víctimas cada 24 horas. En febrero, en México, llegaron a 2 mil 98 los homicidios dolosos.
En Baja California Sur los asesinatos se multiplicaron por 10, de febrero de 2016 a este febrero pasado; en Veracruz fue del 150 por ciento el incremento de homicidios; en San Luis Potosí del 100 por ciento.
Los índices, en medio de la llegada de un nuevo reforzamiento de efectivos militares, igual que en los tiempos de Vicente Fox hace 15 años y su México Seguro; o hace una década con Felipe Calderón… misma estrategia, mismo resultado (PUNTO)
