Enrique Peña llamó a Mario López Valdez a su territorio, a Los Pinos. Cuando se trata de ejercer el Don de Mando obliga que acudan al terreno propio. Malova tuvo que esperar a ser llamado, es parte del protocolo y de niveles.
Apenas el fin de semana largo el Presidente jugó golf en el Estrella de Mar de Mazatlán, pero el mandatario no estaba invitado entre esos amigos. Tres días después el Presidente llamó al Gobernador al despacho y lo sentó en uno de los salones de Los Pinos, el de solo dos sillones negros y sables de adorno.
Lo que Enrique Peña le dijo a Mario López Valdez en el despacho de Los Pinos con el retrato de Morelos de testigo muy pocos lo saben ahora. Malova lo guardó para sus pocos amigos y el círculo de poder, públicamente se ha reservado a decir que la primera vez que llega al despacho presidencial –en más de tres años de Peña- fue un encuentro cordial, en el que el Presidente le preguntó por la seguridad, la agricultura, y de lo electoral solo le pidió que brinde condiciones de suelo parejo a todos. Si fuera así, una plática de dos mandatarios para asuntos generales, basta con una llamada telefónica por la red. O aprovechar la cercanía del viaje al campo de golf para conocer el pulso de lo que pasa en Sinaloa.
Sin espacio para ingenuidades, Peña y Malova tuvieron que tocar especialmente el tema de la sucesión gubernamental de Sinaloa. Más aun en la particularidad de que fue el Presidente la principal influencia para decidirse por Quirino Ordaz Coppel como candidato del PRI, por encima del amigo de Malova, por encima de los grupos de poder que presionaban por todos lados.
El Presidente llamó a Malova cuando todo estaba definido en el PRI. No antes, sino después. Cuando el gobernador quiso dar muestras de que solo buscaría influiría en las definiciones del PRI, y no en las de los partidos que lo llevaron a la gubernatura, el PAN y PRD principalmente, entonces quedaba claro que Malova se jugaba todo en una sola carta. Y perdió.
Pero al perder, podría ganar Malova. Porque es justamente ese comodín el que le podría servir de cambio para poder pasar el peor año de su gobierno, el sexto.
Margen de error
(A la dire) Malova no lo cuenta, pero en lo escueto de su versión de lo ocurrido en Los Pinos está el mayor de los mensajes. Encriptado, pero evidente. Seguro se sintió como el secundariano llamado a la dirección por la travesura hecha. Probablemente evaluó las muchas posturas que tomaría el Presidente Peña Nieto ante lo ocurrido en Sinaloa mientras se definía la candidatura del PRI. Y una vez dentro, con solo dos sillones de cuero negro, sin más interlocutores que ellos dos, Malova pensó qué decir después de perdida por completo la batalla de nombrar al sucesor.
Sobra decir que el Presidente Peña Nieto le pidió no suelo parejo, sino que mostrara realmente dónde está el corazón de Malova: en el amor que obligadamente abandonó en el PRI, o en un PAN y PRD que por más que intentó mantenerlos cercanos nunca embonó cabalmente.
En una plática de ese tipo, Gobernador-Presidente, sobran detalles y cuentan más los valores entendidos. Lo que no dice Malova de esa plática presidencial se irá revelando día a día, se mostrará transparente en cada detalle de lo vaya ocurriendo en la postulación de candidatos a presidencias municipales y diputaciones, pero sobre todo en la revisión del ejercicio de los seis años de gobierno malovista.
Mirilla
(Cuen) Hace cinco años Héctor Melesio Cuen encabezó la Alianza del PRI-PANAL como candidato a la Alcaldía de Culiacán. Fue el contrincante del PAN en la capital de Sinaloa y ganó holgadamente. La vida política dio sus vueltas, y el maestro como lo llaman por su grado académico quienes quieren honrarle respeto, está muy cerca de encabezar una nueva Alianza, pero ahora por la gubernatura del estado y con quien hace apenas cinco años fue su contrincante.
El amor esquivo que ofreció Héctor Melesio Cuen a panistas y priistas, finalmente estaría rindiendo los frutos que buscó: aparecer en la boleta electoral como candidato a la gubernatura. Hace cinco años le faltaron fichas, lo intentó con el mismo PAN y Malova lo arroyó, pero ahora no parece tener un contendiente fuerte dentro de Acción Nacional, con todo y que los panistas de pedigrí se rasguen las vestiduras.
Cuen está hecho para las carreras de fondo, es un maratonista, no gana quien se desboca sino el que mejor se administra. En realidad, todavía ni siquiera está en el arrancadero, falta mucho. Dentro del PAN el maestro tiene las suficientes antipatías para impedirle el registro.
Primera cita
(Lucero) Todo indica que Lucero Sánchez, la Diputada sin partido, no solicitará licencia como legisladora renunciando a su fuero, para enfrentarse a Arely Gómez, la Procuradora General de la República. Tendrán que desaforarla, si quieren someterla a un juicio.
La joven legisladora, perseguida y todo, tiene apuntalada una defensa jurídica que la llevó a obtener tres amparos suficientes para no ser molestada. Mejores que el fuero le resultaron los amparos.
El ejercicio del desafuero servirá en todo caso para ubicar a las fuerzas políticas de Sinaloa en su verdadera dimensión de la candidatura del minúsculo distrito de Cosalá. En el eventual debate que podría registrarse, valdría la pena que cada partido y cada diputado fije su postura respecto al caso Lucero(PUNTO)
