¿Qué mueve a un padre de familia a llevar a sus hijos a visitar una casa donde unos días antes mataron a tres personas? ¿Qué le platica cuando el hijo de cinco años hace pucheros en el charco de sangre, frente a los agujeros de las balas? ¿Cómo le explica el camino de la muerte, la ruta de la violencia?

La casa de la Sierra Tarahumara en Culiacán, se convirtió en una visita macabra en los días que siguieron al rescate fallido de un empresario secuestrado y la muerte de dos de sus captores. No para todos ejerce esa atracción, es claro, pero en un número suficiente para evidenciar la normalidad de la violencia en una ciudad como Culiacán.

Niñitos, jóvenes, mujeres y viejos han entrado a la casa de San Carlos. Han fotografiado con celulares la sangre, han acercado la lente a la muerte.

En las casas del terror de las ferias sabemos que la culebra de dos cabezas es falsa, que el becerro de nueve patas es un juego de sombras y espejos, pero en la casa de la Sierra Tarahumara se sabe que todo fue real.

Una ciudad que hace chistes de la muerte y las vuelve selfis que rolan por las redes sociales. Una ciudad que sigue pensando que no pagará la cuota de sangre, obligada. Luego del espanto, ahora el infierno es un espectáculo, un parque temático.

MARGEN DE ERROR

(Tolerancia) El gobernador Mario López Valdez tuvo que tolerar el bloqueo permanente que se dio en las carreteras Maxipista y México 15 el pasado miércoles. Podría decirse que no era su problema, o que no tiene facultades por ser un tramo federal, pero en realidad ya con los comuneros de Picachos actúo en una de esas mismas carreteras impidiendo la marcha y deteniendo a muchos de ellos.

Tarde que temprano tenía que presentarse una situación como la del miércoles. Es decir, muy parecida a lo ocurrido en el Hospital Pediátrico de Culiacán, cuando médicos bloquearon un par de cuadras del bulevar Constitución y respondió el gobierno estatal con toda la fuerza, amenazó la protesta y hasta se dijo que serían acusados.

Por más de cuatro horas en la caseta de peaje de Costa Rica, los productores cerraron el paso a todo vehículo, en demanda del incremento en los apoyos federales a la tonelada de maíz. Los dirigentes de las organizaciones, junto al gobernador, estaban en las oficinas de Agricultura federal con el planteamiento y a lo largo de la principal carretera que cruza todo el estado se apostaron los productores. No es la primera vez que pasa, es la tradicional presión a la que recurre el sector del campo siempre que se trata de exigir subsidios.

La diferencia ahora, en todo caso, era la amenaza de Malova de no permitir interrupción de tráfico en vialidades de Sinaloa, no permitir –dijo más de una vez- daños a terceros en las protestas. Poco importaba entonces la claridad del Código Penal, del artículo 258. Menos aún el derecho de expresión, la libertad de manifestación. Es claro que entre bloquear la carretera Maxipista y bloquear dos cuadras del bulevar Constitución, en Culiacán, hay una abismal diferencia. Pero en el caso de los pediatras respondió furibundo, en el caso de los productores se guardó su amenaza.

Mirilla

(También Hernández) Ya hay un segundo candidato de Sinaloa que convierte en públicas sus declaraciones patrimonial, fiscal y de intereses en la plataforma candidatotransparente.mx, es Ricardo Hernández, del PRI, en el distrito 05. Una semana antes lo hizo Manuel Clouthier, justamente su contrincante independiente en ese distrito.

Clouthier movió primero la pieza, pero ahora Hernández responde. Los aspirantes del PRI nunca se salen del guión que les marcan desde la oficina central, que Hernández Guerrero reaccionara podría responder a una táctica obligada después de la estrategia de Clouthier, y de ese modo neutralizar la necesidad del hijo del Maquío, de diferenciarse del resto de los aspirantes.

El distrito 05, junto con el 08 de Mazatlán, son los que más atracción política han mostrado hasta el momento en Sinaloa –quizás en tercer término el 06, por la influencia que pudiera lograr Víctor Corrales, el exrector-.

El de Culiacán precisamente por la participación de Clouthier como independiente; de una mujer, Giovanna Morachis por el PAN y porque lo ganaron en 2006; y Hernández Guerrero por el PRI.

Primera cita

(Peña) Enrique Peña Nieto no visita Sinaloa desde que entró en crisis su gobierno. Paralizado después de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, sus escasas giras no habían incluido al estado.

Llegará esta semana, el miércoles si el Estados Mayor no decide otra cosa, y no encontrará los brazos abiertos de todos. Queda claro que no de los productores agrícolas.

El reclamo de un incremento en los apoyos federales, cíclico en cada cosecha de maíz, pone a prueba a los productores y al gobierno estatal. Unos, por la oportunidad para hacerse ver y presionar, y el otro para apaciguar todo lo que represente ante el Presidente un mensaje de descontrol.

DEATRASALANTE

(Viva mi desgracia) Los hermanos González Villarreal –Simón, Luis y Regino- siguen con las mangas de sus camisas de color rojo. Eso indica en Malasia, país donde están presos desde marzo del 2008, que están condenados a muerte, a la horca.

La semana pasada les ratificaron su condena, esta vez sí en última instancia, y solo quedaría un perdón real para salvar sus visas. La sentencia es porque están acusados de narcotráfico, delito que tiene esa condena.

La historia de los tres ladrilleros de Culiacán, de la colonia Lombardo Toledano, le dio la vuelta al mundo desde que el periodista Víctor Hugo Michel lo ventiló. Antes nadie, ni siquiera las propias autoridades mexicanas había reparado en ellos. Pasaron de los hornos del tabique y el rojo terregoso del material cocido que marcaba sus manos, al rojo sangre que cuelga de sus brazos.

Ir conociendo a tramos la vida de los González Villarreal en estos años, lleva a verlos dentro de un laberinto. Condenados no cuando llegaron a Malasia, un país que ni siquiera sabían en que parte del mapamundi quedaba, sino desde mucho antes. Desde que nacieron en Culiacán, en las ladrilleras. Desde que intentaron sacarle vuelta a ese destino, y siguieron siempre atrapados(PUNTO)