La nueva y cuestionable visión del gobierno norteamericano sobre los cárteles en México
Tuvieron que pasar 13 años para que el Cártel de Sinaloa dejara de ser la organización criminal más poderosa de México… según los gringos.
Tras la captura de Joaquín el Chapo Guzmán, y el desmantelamiento de la fracción operada por Ismael el Mayo Zambada, el cártel más poderoso del planeta y con presencia en varios países, ya no es el número uno, según señalan agencias gubernamentales de Estados Unidos.
Los grupos criminales que ahora ostentan ese título son el Cártel de Jalisco Nueva Generación y Los Cuinis, quienes, según informes del Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ) y del Departamento del Tesoro, se apropiaron de redes criminales y muchos de los contactos que en su momento tuvo el Cártel de Sinaloa en países de Europa, África, Asia, y América.
“La información apunta a que esos dos grupos criminales se están adueñando de muchos de los mercados que quedaron debilitados, una vez que cayeron los grandes capos del narcotráfico”, dijeron voceros del Departamento del Tesoro.
Fue precisamente ese el motivo que obligó a la Oficina para el Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC), a boletinar a los dos líderes de esas organizaciones: Nemesio Oseguera Cervantes, líder del CJNG, y Abigael González Valencia, líder de Los Cuinis.
“Esas dos nuevas organizaciones rápidamente han expandido su imperio criminal, mediante sus técnicas violentas y de corrupción, y por ello ahora son consideradas como las organizaciones más violentas de México a las que hay que atacar”, dijo en un comunicado John E. Smith, director de la OFAC.
Tanto el Cártel de Jalisco como Los Cuinis, son remantes del Cártel Milenio, comandado por los hermanos Valencia, y quienes a su vez estaban asociados con el cártel de Sinaloa, cuyo representante en Jalisco era Ignacio Coronel.
La cacería, según reveló el gobierno de Estados Unidos en ese mismo boletín, ya comenzó, y de acuerdo a la DEA, será cuestión de tiempo para que caigan esos criminales, como en su momento cayeron Joaquín el Chapo Guzmán, Benjamín Arellano Félix, Vicente Zambada Niebla, los hermanos Beltrán Leyva, entre otros.
La caída del cártel más poderoso del mundo
Cuando Joaquín el Chapo Guzmán se fugó de la cárcel, el 19 de enero de 2001, el cártel de Sinaloa era una organización criminal que estaba a la sombra del Cartel de Juárez, que ya iba de salida, y del Cártel de Tijuana, que entonces era considerada la organización más poderosa y violenta de México.
Pero con la fuga del Chapo, y los nexos que logró establecer con capos como Arturo Beltrán Leyva e Ismael el Mayo Zambada, que según archivos del USDOJ en poder de Ríodoce, fueron quienes lo financiaron mientras Guzmán Loera se recuperaba, la dimensión que adquirió el cártel de Sinaloa fue diferente.
Pronto el Chapo declaró la guerra al cártel de Tijuana, sus antiguos enemigos, e invadió terrenos de Vicente Carrillo Fuentes, en Chihuahua, y para el 2002, Ramón Arellano Félix ya estaba muerto, y su hermano Benjamín había sido arrestado en Puebla.
Pero la violencia se había extendido hasta la sierra de Chihuahua, a donde el Chapo quería entrar desde que escapara de prisión. La guerra estaba declarada, y en el 11 de septiembre de 2004 fue muerto Rodolfo Carrillo Fuentes, uno de los líderes del cártel de Juárez, en un centro comercial de Culiacán.
Hasta entonces, señalan los documentos del USDOJ, la DEA se dio cuenta de las dimensiones alcanzadas por el cártel de Sinaloa, y a partir de ese mismo año, la OFAC terminó de boletinar a familiares y amigos de Guzmán Loera, Zambada García, y Juan José Esparragoza Moreno, el Azul.
La cacería para desmantelar a la organización que se había convirtiendo en la más poderosa de México, había comenzado.
Así fueron cayendo Alfredo Beltrán Leyva, el 21 de enero de 2008; Jesús Reynaldo Zambada García, el 22 de octubre de 2008; Vicente Zambada Niebla, el 19 de marzo de 2009; Ignacio Coronel, muerto el 29 de Julio de 2010; Manuel Fernández Valencia la Puerca, arrestado el 9 de noviembre de 2010; Manuel Torres Félix, muerto el 13 de octubre de 2012; Rodrigo Aréchiga Gamboa, el Chino Ántrax, arrestado el 30 de diciembre de 2013; y finalmente la cereza del pastel: Joaquín el Chapo Guzmán, arrestado el 22 de febrero de 2014, en Mazatlán.
A partir de entonces, el cártel de Sinaloa empezó a debilitarse y a perder control, aun cuando los sucesores del Chapo, mantuvieron algunos de los contactos, pero la realidad, según reveló la DEA, es que ese grupo criminal ya no es lo que era.
Los reacomodos
Fernando Yunes Márquez, senador del PAN y secretario de la Comisión Bicameral, consideró que aun cuando el trabajo bilateral que se tiene con Estados Unidos ha servido para arrestar a grandes capos, los resultados posteriores muestran que las organizaciones se están reacomodando, y que ello ha dado como resultado el resurgimiento de la violencia en estados como Jalisco, Sinaloa y Michoacán.
“Lo que ahora se debe buscar es seguir golpeando a esas redes criminales, no sólo a las grandes cabezas, sino también a los colaboradores, que son quienes generan la violencia en esas entidades”, dijo.
Y agregó que “se deben reforzar las policías municipales, que son las primeras que enfrentan un problema de esta magnitud, y no sólo las policías federales, estatales, militares o Marina; sólo capacitando a los grupos municipales, se estará atacando el problema de raíz, porque son las policías municipales quienes siempre están operando en los lugares donde se mueven esos grupos criminales”.
El martes de la semana pasada, 16 policías municipales fueron emboscados y muertos a balazos en el estado de Jalisco. Una semana antes, José Guadalupe Guerrero Reyes, director de la policía municipal de Badiraguato, fue muerto a balazos en Culiacán, mientras que el 6 de marzo, Juan Raúl Acosta Salas, alcalde de Choix, fue atacado a balazos por un grupo armado.
“Esos hechos que mencionan confirman lo que digo: las policías municipales deben ser las primeras líneas de batalla frente al crimen organizado, pero la realidad es que no están tan preparados como se debe, y por ello estamos trabajando una iniciativa en materia de seguridad y justicia para aliviar ese problema”, opinó el senador.
Para Stephen Zamora, director de investigaciones sobre la situación actual de México, por la Universidad de Houston en Texas, el resurgimiento ha sido el resultado de los arrestos a grandes capos, pero ello no ha hecho suficiente para establecer un sistema que detenga el trasiego de droga, y por consiguiente que la violencia siga, “debido a los altos niveles de corrupción que hay en el país”.
“Se necesita más atención al sistema judicial mexicano, pero también más control de inteligencia para erradicar el problema del narcotráfico”, dijo Zamora a Ríodoce.
De ser certero el reporte de la OFAC, los próximos niveles de violencia podrían concentrarse en el estado de Jalisco y Michoacán, donde precisamente operan Los Cuinis y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, pero con enfrentamientos producto de los reacomodos que hay dentro de las diferentes organizaciones.
“Este proceso tomará tiempo, pero también un mayor compromiso por parte del gobierno mexicano para atender al aparato de justicia, y reducir los niveles de corrupción”, consideró Zamora.
