Roberto y Juan Santos  desaparecieron en diciembre de 2014 en San Jerónimo Papantla, en Guerrero.

Ambos llegaron a esa comunidad el 30 de diciembre acompañados de sus madres, quienes se separaron de ellos acordando reunirse después, pero ya no los volvieron a ver.

Los familiares iniciaron un movimiento de búsqueda y a presionar a las autoridades para localizar a los muchachos.

Durante un año y medio estuvieron sin saber de ellos, hasta junio del año pasado, cuando localizaron a Roberto recluido en un penal de Veracruz; en otro reclusorio de ese estado hallaron a Cándido Sánchez, quien también estaba desaparecido; y en una cárcel de Morelos a Celso García, desaparecido desde 2015.

En Coahuila, el año pasado la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos de la Subprocuraduría, localizó a 14 personas reportadas como desaparecidas, algunas desde 2011, en reclusorios de Estados Unidos y México.

El grupo Voces Unidas por la Vida, en Sinaloa, busca replicar la estrategia de buscar en las cárceles con la esperanza de encontrar vivos a sus familiares desaparecidos.

Ingresará a los penales de Culiacán, Los Mochis y Mazatlán para ver uno a uno a los presos y tratar de encontrar a sus parientes.

En estados como Veracruz, Coahuila, Chiapas y Guerrero, los grupos de búsqueda de familiares desaparecidos empezaron a revisar los penales desde el año pasado.

El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas del Gobierno Federal, registra 2 mil 444 personas desaparecidas en Sinaloa.

La líder del grupo Voces Unidas por la Vida, Alma Rosa Rojo Medina, señaló que ellas tienen que buscar mecanismos para hallar a sus familiares, porque la Fiscalía General del Estado hace poco o nada por buscar.

“Nosotros que más quisiéramos que las investigaciones se hicieran rápido, que saliera todo, necesitamos muchísima paciencia y exigir, porque si nos quedamos siempre siendo complacientes creo que no, tenemos que exigir.

“Hemos tenido el apoyo de ellos en el acompañamiento, en la seguridad que es lo menos que pueden hacer, porque nosotras hacemos el trabajo de buscar a nuestros familiares y lo hacemos porque sabemos que ellos no lo van a hacer, que si paramos nosotros se paran las búsquedas, entonces a nosotros como familiares no nos conviene, porque entonces cuándo los encontraríamos”, manifestó.

Señaló que ya tienen autorización de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado para entrar a los penales estatales.

Al Centro Penitenciario de Aguaruto entraron hace unas semanas pero no pudieron ver a los presos físicamente ya que era día de visita y solo observaron las fotografías de las fichas de registro.

En las próximas semanas volverán para ver físicamente a cada uno de los más de 2 mil 187 reclusos que hay en la cárcel de Culiacán.

“A veces los meten y se cambian los nombres, la idea es encontrarlos vivos; queremos tenerlos enfrente a todos, a cada preso, verlos”.

“Queremos revisar los expedientes y verlos físicamente que no nos escondan a nadie, que no nos escondan a ningún interno”, dijo.

Mencionó que además llevarán fotografías de los desaparecidos para que si los presos conocen a alguno y tienen información de su posible paradero o alguna vez los vieron, la hagan llegar de manera anónima al grupo.

Incluso confían en que si alguno de los reos participó en una desaparición, les proporcione datos para poder localizar a esa persona.

Después del penal de Culiacán, entrarán al de Los Mochis y Mazatlán.

La búsqueda en reclusorios, expresó, da una nueva esperanza de encontrar vivos a quienes han desaparecido recientemente, porque quienes ya tienen años buscando a sus parientes ya no esperan encontrarlos vivos.

Confían en encontrar a por lo menos uno de los desparecidos entre los más de 5 mil internos que se encuentran en los tres penales estatales.

“Muchos estamos bien ilusionados, más los más nuevos, en mi caso ya tengo ocho años, ya no tengo esperanza de encontrar a mi hermano vivo; sin embargo me mantiene la esperanza de encontrar a otros vivos”, indicó.

Luego de la revisión en los penales estatales, manifestó, pretenden revisar los Centros Federales de Readaptación Social y de otros estados con apoyo de los grupos de búsqueda de las otras entidades.

“Estamos hablando de las visitas a los Ceferesos que es difícil que nos den permiso, pero no vamos a quitar el dedo del renglón porque ahí también puede haber algún familiar.

“También queremos irnos a los otros estados en unión con enlaces nacionales, vamos a checar todos a nivel nacional, queremos revisar todos”, expresó.

Alma Rosa Rojo busca a su hermano Miguel Ángel, desaparecido desde el 4 de julio de 2009, lo que la llevó a fundar el grupo Voces Unidas por la Vida.

El año pasado, junto con otras personas que tienen familiares desaparecidos, crearon el grupo Las Sabuesos para buscar restos de desaparecidos.

Hasta la fecha han encontrado 40 cuerpos de los que solo han entregado ocho cadáveres.

El resto no han sido entregados porque los resultados de las pruebas de ADN no han coincidido con las personas que se han tomado muestras.