Ante la desbandada de sus militantes, el PRD niega su muerte

 

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“Ahí estamos y estamos vivos”, responde la presidenta estatal del PRD, Claudia Morales Acosta, cuando se le pregunta sobre la sobrevivencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Sinaloa.

La líder del partido del sol azteca está en contra de quienes hablan de una muerte digna de su partido. Comparte la posición del excandidato a gobernador del Estado de México, Juan Zepeda, quien en su muy reciente visita a Sinaloa se refirió a las múltiples expediciones de actas de defunción del PRD que se han hecho, “pero aquí estamos”.

La última acta de defunción se dio con los resultados obtenidos en el Estado de México. A cambio se aferran a los números exitosos por triunfos de mayoría en distritos electorales en el vecino estado de Nayarit. Ahí salieron además victoriosos los candidatos a alcaldes en Tepic y Bahía de Banderas, que llevarán al PRD a gobernar alrededor del 60 por ciento de la población de aquella entidad.

En Sinaloa, actualmente el PRD tiene solo una curul en el Congreso del Estado, ocupada por Efrén Lerma, cuando en el pasado logró tener dos diputados. No tiene hoy en día ninguna alcaldía —aunque anteriormente lograron triunfos en Rosario y Angostura—, y solo cuenta con 10 regidores en total en la entidad. En la última elección local quedó rezagado en el sexto sitio, por debajo de partidos como el Sinaloense (PAS), Nueva Alianza (PANAL) y Morena, con menos años de existencia.

Aunado al poco número de cargos de elección popular que tiene el PRD  hoy en día, debe agregarse el abandono de las filas de su militancia para buscar sumarse al proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Entre ellos puede citarse la renuncia al PRD en el 2015 del entonces diputado Ramón Lucas Lizárraga junto con un grupo de militantes, cuando se empezaron observar señales de la alianza electoral que buscarían PRD y PAN.

Cuando declinó su militancia Lucas Lizárraga también lo hizo el ex candidato a diputado, Carlos Arredondo, dirigentes municipales de Rosario, Angostura, Concordia y Salvador Alvarado, nueve consejeros estatales, dos regidores de Angostura y otros ciudadanos afiliados.

Más recientemente, la regidora de Culiacán y exdiputada del PRD, Imelda Castro Castro, con una militancia de 28 años, anunció también su decisión de declinar a su militancia para sumarse a Morena.

En el escenario nacional, en el 2014, ya había declinado también el líder emblemático y excandidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, al argumentar profundadas divisiones sobre la conducción del PRD. Luego se sumaría en el 2015, Alejandro Encinas, exjefe de Gobierno del Distrito Federal, cuando señaló que la izquierda no puede mantenerse en la mediocridad.

La dirigencia estatal niega que exista un debilitamiento del PRD ante la renuncia de diversos militantes. “Salen compañeros y entran compañeros”, expresa Claudia Morales Acosta, al señalar que incluso el padrón de militantes, que acaba de validar el INE, es mayor ahora que en la elección anterior. Sus números precisan que son cinco millones 300 mil afiliados a nivel nacional, y en Sinaloa alrededor de 60 mil.

“Algunos de los que se van han sido beneficiarios de las alianzas. Ahora dicen: no, no no…”, asegura la dirigente mientras se toca la nariz como un ademán de repulsión.

Las instalaciones del PRD, ubicadas desde hace años en una antigua casona, sobre una de las céntricas calles de Culiacán, lucen pocos visitadas. Por la tarde prácticamente sin actividad, pese a que ya inició el banderazo para el proceso electoral de 2018.

Evidentemente débil, el PRD se alista a participar en el 2018 en un Frente de Ciudadanos por México junto con el PAN, en una unión que aún no termina jurídicamente de definirse si sería coalición, alianza u otra figura o fórmula electoral.

La dirigencia estatal del PRD en Sinaloa sabe que el proceso electoral de 2018 será difícil para ellos. Tendrán un millón 900 mil pesos para las campañas de 18 fórmulas de presidentes municipales y las 24 fórmulas de diputados. Con creatividad e imaginación esperan salir adelante.

Precisamente los bajos niveles de votación alcanzados en la elección de 2016 condujeron al PRD a una situación de estrechez económica. El Comité Ejecutivo Estatal del PRD se ha visto obligado a reducir plazas de personal de apoyo en la presidencia. No se cuenta con chofer ni asistente para la líder estatal.

Por las condiciones del vehículo asignado a presidencia, Claudia Morales Acosta ha preferido embarcarse en la compra, con un crédito personal, de un vehículo más confiable para sus traslados.

Para atender a su militancia, actualmente el PRD solo tiene edificios propios en los municipios de Culiacán, Rosario y Angostura, y el resto son rentados.

El PRD no ha tenido todavía el análisis sobre la perspectiva de las matemáticas de la política para ver cuáles son las posibilidades de cargos que pudiesen alcanzar en 2018, ahora que el proceso electoral se organizará con reformas constitucionales que incluyen integración de cabildos más compactos.

“Lo dijo muy claro la fundamentación del gobernador, se puede poner de acuerdo, entre más pocos, más facilidad para ponerse de acuerdo”.

 

 

 

 

 

 

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