Francisco Sarabia
El movimiento de los productores agrícolas de Sinaloa se le salió políticamente de control al gobernador Mario López Valdez. Ante su incapacidad para resolver las necesidades de comercialización y de llevar de fracaso en fracaso a los productores de maíz y frijol tras el incumplimiento de convenios con el Gobierno Federal, su ya desgastado liderazgo se desmorona.
Contingentes de productores de la mayor parte del Estado se concentrarán el próximo martes y desplazarán tractores, camiones de carga, trabajadores del campo y hasta sus familias para plantarse por tiempo indefinido en la explanada del Palacio del Gobierno hasta que las autoridades federales cumplan con el acuerdo de pagar los 3 mil 850 pesos por tonelada que se comprometió pagar en 48 horas, transcurridas ya dos semanas de vencido el plazo.
El ultimátum advierte que no hay reversa. Los agricultores no descartan el bloqueo de las vías del Ferrocarril; la toma de instalaciones del Aeropuerto Internacional de Culiacán y de oficinas federales de Hacienda, Sagarpa y Economía. Y lo que es más, la consigna de no permitir la salida de ningún grano de las bodegas de Sinaloa en tanto no se cubra el pago total por tonelada convenido.
Desde el lunes 9 de junio, el Gobernador del Estado se venía reuniendo a puerta cerrada con representantes de organizaciones para convencerlos de agotar toda esperanza e incluso, por así convenir a sus intereses políticos, hizo semanas atrás públicamente la promesa —a través del Secretario General de Gobierno—, de encabezar el movimiento si el Gobierno Federal no daba señales claras de empezar a pagar. La señal nunca llegó.
El miércoles siguiente, los representantes de ejidos y módulos de riego, así como organizaciones de productores representadas en la Coordinadora Única de Apoyo para lograr precios justos a los granos, desesperados por la incertidumbre de ser “chamaqueados” como ocurrió con los frijoleros en el programa de pignoración, convocaron a una reunión urgente para tomar medidas emergentes ante la negativa de Maseca, Minsa y Cargill —las industrializadoras más fuertes— y la complacencia de Aserca y Sagarpa, que no muestran la mínima sensibilidad para destrabar el conflicto.
Las presiones en la reunión no se hicieron esperar y de forma unánime, productores y representantes de ejidos y módulos de riego exigieron ponerle acción al movimiento bajo la excusa de que “lo que no se mueve se hace viejo”. Ahí mismo se planeó el plantón indefinido en Palacio de Gobierno y que el pleno de la Asamblea decida el mismo martes próximo, continuar con las tomas de las dependencias federales, del Aeropuerto y del bloqueo de las vías del Ferrocarril.
El coraje y la indignación manifiesta en ese momento obligó a convocar abiertamente a una rueda de prensa el viernes pasado para dar a conocer los acuerdos tomados y de paso abrir públicamente la invitación a los líderes de organizaciones identificadas con la línea oficial que hasta ese día habían mostrado cierta distancia.
Tras anunciar públicamente las acciones, el presidente de la Coordinadora, Arnoldo Verdugo recalcó que no había reversa, porque hasta el viernes no se tenía notificación que les hiciera cambiar de planes. “Del Palacio no nos moverán hasta que se cumpla con el pago. Estamos inconformes y desesperados porque solo ha habido promesas. La marcha se va a hacer porque ya está programada”.
De nuevo convocó a los líderes de las demás organizaciones de productores a sumarse a la manifestación. “No hay división, ni tampoco protagonismo. Quien quiera retomar el liderazgo está abierto, solo recalcamos que no hay marcha atrás en el compromiso y vamos por los 3 mil 850 pesos”, aclaró. Hasta ahora ninguno de ellos ha dicho no, pero tampoco se presentan.
En su opinión, el Gobernador ha respaldado la decisión de los productores en el entendido de que el maíz de Sinaloa se cotiza la tonelada a esa cantidad. Y estamos en espera de que se sume a la movilización, dijo.
En ese mismo sentido, Antonio Carrillo remarcó que la protesta va encaminada a presionar a las autoridades federales que son las responsables de solucionar el problema, y que son las responsables de la política agraria equivocada que está arrastrando a Sinaloa a una situación de crisis porque el campo no está en las prioridades del Gobierno Federal.
Dijo que entre el 2011 y 20012, la tonelada de maíz se cotizó en 4 mil 200 pesos y desde el año pasado se bajó a 3 mil 850 pesos. Ahora nos ofrecen tres mil 500 y la posibilidad de conseguir otros 350 pesos más. Y eso para un Estado que tiene 22 mil productores y es líder a nivel nacional en producción de maíz es un mal indicador. Ante esto le insistió al Gobernador que encabece esta lucha de los productores.

Radicalizar acciones
Los testimonios de los productores convocados a las últimas dos reuniones retratan el hartazgo que viven las comunidades y ejidos donde empiezan a lidiar con el desempleo y la violencia, los robos, extorsiones y asaltos que desencadena la reducción de oportunidades en el campo.
Los reclamos a los líderes de productores representados en la Coordinadora no cesaban. Por el contrario, el tema del hambre, el desempleo y el abandono en los ejidos despertaba tanta indignación que de un lado y otro se alzaban manos y voces pidiendo tomar la palabra para externar su desencanto por el desempeño del Gobernador y los funcionarios que “no dan con bola” para resolver los problemas del campo sinaloense.
Sin el menor recato reclamaban con coraje la pasividad con que se está actuando en las cúpulas de las organizaciones. “Nos pidieron paciencia y la tuvimos. Nos dijeron que hiciéramos las cosas pacíficamente y no logramos nada. Ahora vamos a salir a las calles porque ya no tenemos más que perder. No hay dinero para enviar a los hijos a la escuela. En los abarrotes ya no nos fían; los jóvenes y no tan jóvenes empiezan a delinquir robando tanques de gas, baterías de carros, herramientas, piezas de cobre y lo que pueden. Pero lo que más pega es ver a la gente empeñando sus bicicletas o herramientas de trabajo porque escasea el dinero para comer, revela un productor del municipio de San Ignacio.
Otros comentan: “A nosotros (los representantes de los módulos de riego) nos da vergüenza citar a la gente y decirle que el Gobernador pidió una semana y otra y otra más de plazo. Ya no nos creen y cuando les decimos que Malova pidió otra prórroga, salen molestos diciendo que son puras mentiras o promesas y que ese señor no sale de donde mismo porque quiere que nos enfademos y dejemos de luchar”.
Don Agustín, un ejidatario del Valle de San Lorenzo, urgió a no andar en más vueltas. Les recordó que esta situación está desde tres décadas o más cuando fue representante ejidal. “Viajábamos a México y andábamos como chivas cruzando calles por allá, y nada pasó, todo sigue igual, o peor porque antes teníamos a Conasupo y ahora nada de eso hay.
Los maiceros de Elota insistieron ante los líderes que ya urge tomar acciones más efectivas porque se corre el riesgo de hacerles la misma jugada que a los “frijoleros”, que a la fecha no les han pagado lo acordado en el programa de pignoración.
No hay que tenerle miedo al gobierno, hay que hacer presión. Y si nos meten a la cárcel, desde ahí vamos a luchar, decía con tono desesperado uno de los maiceros del municipio de Guasave.
Basilio, Indignado por lo que están pasando él y su familia, restregaba en una de las reuniones que la gente está desilusionada y nomás está esperando un llamado para empezar a tomar bodegas o lo que les digan. Ustedes no se imaginan el descontento que hay allá con nosotros. La gente va a trabajar con coraje a las parcelas porque por más que nos chingamos no hay dinero para mantenerse.
En los encuentros terminaba imponiéndose el discurso sincero de esas voces que reclaman que ya está bueno de tantas reuniones y palabras, ahora hay que salir a defender el campo. Y lo gritaba Basilio con la propiedad del campesino “en el surco nacimos y en el surco vamos a morir”.