Emma
“Para lo que sea siempre estoy preparada, lo que me afecta es su salud, mientras esté bien, todo bien”, dijo Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín Guzman Loera tras conocer la resolución de la Secretaria de Relaciones Exteriores de conceder la extradición del líder del Cártel de Sinaloa a Estados Unidos.
El viernes 6 de mayo pasado, el juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México había ya dado su aval para la extradición solicitada por una corte federal en California. Y el día 17, el Juzgado Octavo de Distrito de Procesos Penales Federales en la capital del país dio el visto bueno para la extradición a una corte federal en Texas.
“…Ya sabiamos que eso dirían”, sostuvo Coronel Aispuro tras conocer a la decisión del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Reiteró, como lo dijo en entrevista exclusiva en febrero pasado con la autora de este reporte, que ella seguirá a su esposo a donde sea y lo acompañará en el proceso de extradición.
-Con este tema de la extradición, ¿piensa que tal vez en Estados Unidos podría (El Chapo) tener un juicio más justo que en México?, se le preguntó a la exreina de belleza de 26 años de edad el 12 de febrero pasado, en la primera entrevista dada por Coronel desde que contrajo matrimonio religioso con el capo en julio de 2007, cuando ella cumplió 18 años de edad.
-No sé, no sé porque no sé como son los procedimientos en Estados Unidos….claro que lo que él decida, lo que le convenga, no sé donde sea mejor ni sobre eso.
-¿Usted lo seguirá a donde vaya, Emma?
-Por supuesto, mientras el quiera estar con sus hijas, por supuesto.
-¿Y como mujer? ¿Como pareja?
-Por supuesto que lo seguiré a donde esté.
-Por que?
-Estoy enamorada de él, es el padre de mis hijas, creo que ya le he demostrado que lo sigo donde sea.
Emma Coronel y sus hijas tienen la ciudadanía americana, así que legalmente no tendrá impedimento para viajar a Estados Unidos y acompañar a su esposo en este proceso.
La última vez que Coronel vio a Guzmán Loera fue la mañana del 13 de mayo en una visita de 45 minutos en el Cefereso No. 9, a donde fue transferido la madrugada del 7 de mayo en un operativo sorpresivo con miras a la inminente extradición.
Vigilancia máxima
Sobre esa visita, Coronel Aispuro señaló a Proceso que aunque su esposo ya no sufría de malos tratos, como ella misma lo denunció en entrevista en febrero pasado, dijo que las condiciones de vigilancia sobre Joaquín Guzmán Loera, son estrictas.
Afirmó que es vigilado por al menos cuatro elementos, quienes están con el y presuntamente lo graban.
El capo le externó entonces su preocupación de que ahora que está en Juárez, los procesos que lleva se retrasen, ya que la mayoría son llevados en juzgados del Estado de México y era más ágil atenderlos en El Altiplano.
“Por eso él quiere regresar allá, por los procesos de él”, señaló Coronel en entrevista realizada con Proceso tras la vista.
Señaló que durante su encuentro con Guzman Loera era monitoreado por al menos tres o cuatro guardias vestidos de azul obscuro enmascarados y con cascos con videocámaras, quienes estuvieron presentes en todo momento y escucharon lo que conversaban. Pero no hubo perros de vigilancia como ocurrió las primeras veces que lo visitó en El Altiplano tras su detención el pasado mes de enero.
El Chapo no habló con ella del tema de la extradición sino de asuntos familiares. Lo primero que hizo fue preguntar por sus hijas, procreadas con ella, pero también por sus otros hijos. Hay quienes señalan que en total tiene 18.
“A sus hijos siempre los extraña a todos, no nada más a las niñas, él siempre pregunta por todos y todos preguntan por él”.
“Aunque estén grandes, siempre son sus reyes y sus hijas sus reinas, todos” comentó Coronel.
Señaló que lo vio en buen estado de salud, que está durmiendo y le están suministrando el medicamento para la presión.
“Él me da animos a mí y bueno cuando lo veo bien de salud siento ánimos”, dijo.
Señaló que Guzmán Loera no mostró ninguna preocupación de estar en la ciudad del norte, en donde el Cártel de Sinaloa libró una cruenta guerra por la plaza contra el de Juárez y su brazo armado, La Línea.
Desde esa prisión, el capo espera la extradición ya concedida por dos jueces y el gobierno de México.