Los Partidos políticos y los candidatos independientes no logramos vencer al abstencionismo en la pasada elecciones, el cual alcanzó el 53 por ciento en promedio en el país.
Al PRI, en términos generales no le fue mal. Él y sus partidos satélites tendrán mayoría en la Cámara de Diputados, ya no se diga, si siguen maiceando a los partidos del Pacto. El PRI tendrá 203 diputados, PAN 108, PR 56, PVEM 47, MORENA 35, PMC 26, PANAL 10, PES 8, PT 6, Independiente 1. Al escribir este artículo el PT todavía no ha perdido su registro.
El partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la primera circunscripción (noroeste del país) tendrá dos diputados de representación proporcional. De todos los estados de la República que integran esta circunscripción, Morena tuvo su mejor desempeño en Baja California, obteniendo un promedio de 12.86 por ciento, por encima de la media nacional, la cual es de 8.37.
De los ocho distritos electorales de Sinaloa, en ninguno Morena rebasó el promedio nacional obtenido de 8.3 por ciento. El mejor desempeño lo tuvo en el distrito 02, con cabecera en la Ciudad de Los Mochis, con un promedio de 6.5 por ciento. Seguir trabajando es una necesidad, pero con un programa político que involucre a todos y acordado por todos.
Pero también hay hechos positivos que tenemos que resaltar en esta contienda electoral. Sin los recursos económicos que gastaron otros partidos políticos, obtuvimos más votación que ellos.
Con las puertas cerradas por consigna del Gobernador en algunos medios electrónicos, logramos vencer a quienes hacen campaña solo con dinero, me refiero, principalmente al PRI-Verde. Morena en Sinaloa quedó como la tercera fuerza política partidaria, abajo del PRI y del PAN. Morena tiene potencial para llegar a ser la segunda fuerza política en el Estado, muy pronto. El desprestigio del partido azul sigue creciendo. Su entrega incondicional al Gobierno del Estado lo mantiene postrado. Su complicidad es muy manifiesta.
¿Qué le falta a Morena en Sinaloa? Lo dice con mucha claridad el politólogo Octavio Rodríguez Araujo en un reciente artículo en la prensa nacional: un programa para el momento. Un programa para Sinaloa.
A diferencia de los partidos de derecha, para los de izquierda el programa es muy importante, es lo único que puede sumarle fuerza consolidada más allá del carisma de uno o varios de sus líderes (o candidatos).
En realidad la política debería fundarse en programas y no sólo en la figura de sus candidatos o líderes (aunque éstos también suelen ser muy relevantes en los momentos electorales). Que la derecha subestime los programas se debe a que, pragmáticamente, aprovecha la incultura política de la mayoría de los ciudadanos, con frecuencia más preocupados por sobrevivir y por sus problemas más inmediatos
Es así que la tarea para los partidos de izquierda que se toman en serio es más difícil, pues no sólo tienen que dar a conocer su programa, sino que deberán convencer de sus bondades y beneficios para las mayorías; esto es, educarlas políticamente.
La oposición sin un programa y sólo con protestas no conduce a ningún lado, aunque utilice coyunturalmente el descontento de la gente en determinadas zonas de un país. También la protesta por inconformidad, para tener éxito y una cierta permanencia en el tiempo, debe tener un programa y, desde luego, un proyecto que trascienda lo coyuntural e inmediato.
Estamos a tiempo de crear un programa político para Sinaloa. De crear la estructura partidaria en los municipios donde no la hay. De formar cientos de comités de base en los pueblos, ranchos, ejidos, colonias y fuentes de trabajo. De formar una verdadera escuela de cuadros en Sinaloa, la cual funcione siempre, donde formemos a nuestros militantes. De crear un equipo profesional de la comunicación que utilice las herramientas más modernas y que nos haga tener presencia en los medios de comunicación. Esas son algunas de las tareas inmediatas que se tienen que emprender en Sinaloa. Morena necesita tener un diagnóstico de la coyuntura que vive Sinaloa, en varios ámbitos.
Si lo hacemos, vamos a poder seguir avanzando. Si no, estaremos pululando en la marginalidad política. Estamos a tiempo.
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