Desiertas y austeras lucen las oficinas en Sinaloa del Comité Ejecutivo Estatal de Morena. La soledad de las instalaciones de la organización, ahora convertida en el partido que preside Andrés Manuel López Obrador, contrasta con los reflectores y alta expectativa que a nivel nacional ha generado este instituto político.

Los 45 mil afiliados que oficialmente asegura Morena tienen en Sinaloa, no se reflejan en la sede estatal ubicada en una vieja casona, en donde el mobiliario está reducido al mínimo indispensable. Un minisplit refrigera lo que se deduce fue en otro tiempo una sala-comedor, ahora convertido en recepción, área de trabajo y recinto de reuniones cuando se ofrece. Hay una docena de sillas plegables, dos tablones abatibles, un pequeño escritorio y una silla secretarial. No hay más. Ahí también es el área de trabajo de un encargado de comunicación, un diseñador gráfico que labora por trabajos de encargo y una secretaria. Es todo el personal. En un privado aparte, trabaja, sin aire acondicionado, Raúl Elenes, el delegado con funciones de presidente de Morena, y otra persona encargada de atender los asuntos de contabilidad.

La representación en Sinaloa de Morena solo cuenta con un vehículo para la logística partidista en todo el estado. Por su ubicación, en una de las calles empedradas de la colonia Las Quintas en Culiacán, pasa prácticamente desapercibida. No está en una rúa transitada y las rutas de camiones urbanos no están cercanas.

La estrategia de Morena es concentrarse en integrar una ejército terrestre de afiliados para ganar la elección de 2018 con una estructura partidista mínima. Las oficinas de la sede estatal para el trabajo administrativo cumplen con la obligación de las autoridades electorales de tener un domicilio. En el estado tienen coordinadores operativos en lo que fueron los ocho distritos electorales que están concentrados en la formación de una estructura territorial. Sólo en los municipios de Culiacán, Mazatlán y Ahome tienen delegados municipales de organización que tiene como misión trabajar en sus territorios.

La más alta prioridad ha sido enfocarse en la integración de la estructura terrestre. A la fecha se tiene más del 70 por ciento de avance para cubrir tres mil 800 secciones electorales en Sinaloa, aunque la meta es llegar a los cuatro mil 400 comités. La integración de los equipos de ocho personas por sección al que han denominado “Comité de Protagonistas del Cambio Verdadero”, busca atraer a personas comprometidas con el proyecto de llevar a López Obrador a la Presidencia de la República en las elecciones del 2018. Este especie de enjambre electoral tendrá diversas funciones,  entre las principales, servir de promotores del voto, defensa de éste y representante de partido en las casillas.

De este ejército de simpatizantes o afiliados podrán salir los interesados en participar en las tómbolas de la suerte, que podrían salir agraciados con ser los candidatos de Morena que integrarán las lista plurinominales a regidores y diputados locales.

La organización de los temas políticos en Sinaloa, entre ellos las definiciones de candidaturas  por mayoría, corresponderá directamente al Comité Ejecutivo Nacional (CEN). La entidad al igual que Jalisco, Quintana Roo y Tlaxcala, al no contar con un Consejo Político local, confiere la decisión al CEN, que definirá las candidaturas mediante el mecanismo que se determine, pudiendo ser por auscultación, acuerdo, encuestas, o cualquier otro que se considere.

Raúl Elenes, un ex militante del Partido del Trabajo (PT), del cual fue incluso diputado local, asegura que el Movimiento de Regeneración Nacional, ahora conocido como Morena, nació con propósito muy definidos, en primer término llegar lo suficiente organizados para las elecciones federales de 2018.

“Tenemos bien claro la ruta que vamos a seguir para llegar y conformarnos como una fuerza político organizativa importante”, sostiene.

El trabajo de la representación de Morena está concentrado en la construcción de la fuerza territorial y en manos del Comité Ejecutivo Nacional está el trabajo de la promoción política. Producto precisamente de esta estrategia fue que tras la visita de Andrés Manuel López Obrador a Sinaloa, se anunció la incorporación de figuras que se unieron al proyecto de Morena, como las ahora ex perredistas Imelda Castro y Teresa Guerra, así como el ex coordinador de asesores del gobernador Quirino Ordaz Coppel, Rubén Rocha Moya, y el cantante de banda Julio Preciado.

Bajo el amparo de una figura nacional como López Obrador, a Morena en Sinaloa no le preocupa explorar recursos mediáticos, sino concentrarse en la misión de construir la estructura que les permita ganar la elección. El representante de Morena en Sinaloa prefiere no adelantar pronósticos sobre resultados o metas electorales, porque considera que todo podrá suceder.

Actualmente Morena tiene dos diputados —por la vía de representación plurinominal— en el Congreso del Estado, y cinco regidores (Culiacán, Navolato, Mazatlán, Concordia y Mazatlán). No tiene ninguna alcaldía. En los dos procesos electorales anteriores, el federal de 2015, y el local de 2016, no logró obtener ninguna posición de mayoría. Sin embargo, registró un crecimiento de una elección a otra: en 2015 Morena obtuvo 30 mil votos totales, y para el 2016 alcanzó los 50 mil votos, sin contar con una estructura terrestre como ahora se pretender llegar al 2018.

“Nacimos para competir, no para participar”, acota el representante de Morena en Sinaloa. La consigna no es conservar el registro del partido, como otros, sino ganar la elección.