Gobierno debe a empleados de Salud y Educación

 

 

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Trabajadores de diferentes áreas acusan la falta de pago desde diciembre y amenazas por reclamar su derecho

 

 

Jorge pidió prestados 50 pesos para los camiones de un día pero los gastos del resto de la quincena aún no los soluciona. María pidió prórroga en la agencia para pagar su vehículo, pero ya le llegó la primera advertencia de que se lo podrían quitar. Las madres de familia del salón de Carmen organizaron una kermes para las maestras a las que no les han pagado su sueldo desde diciembre.

Jorge, María y Carmen tienen en común ser trabajadores del gobierno de Sinaloa en diferentes áreas y que a ninguno les han pagado. Algunos arrastran el adeudo desde diciembre, para otros el calvario comenzó en marzo.

Sin embargo, a pesar de los testimonios y el enojo generalizado por todo el Estado, en días pasados el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, negó las irregularidades y aseguró que la nómina de todo el aparato gubernamental se paga a tiempo.

 

Sin sueldo y amenazados

En el sector salud, los trabajadores sufren además de la falta de pago, las amenazas. Cada vez que se ventila el adeudo en la prensa, los empleados dicen sufrir represalias de parte de sus jefes inmediatos.

Tan sólo este viernes pasado, un equipo de médicos del Hospital General de Culiacán anunció una rueda de prensa para dar a conocer las irregularidades en la nómina, pero la conferencia fue cancelada sin previo aviso, simplemente los médicos no se presentaron.

Atemorizados, algunos de los afectados dijeron que el movimiento se canceló debido que recibieron una fuerte amenaza.

“Por este conducto además de tener el gusto de saludarlos, los invito a la rueda de prensa que estaremos ofreciendo un grupo de residentes para manifestar nuestra inconformidad por la falta de pago y de respuesta por parte de las autoridades de la Secretaría de Salud”, decía el mensaje de la conferencia que no se llevó a cabo.

La situación también se repite entre médicos, enfermeras y odontólogos del Hospital General de Mazatlán, así como el equipo de vectores del Sector Salud, quienes se encargan de realizar las campañas contra el mosco transmisor del dengue.

En el sector salud, el pago no se ha regularizado desde diciembre pero el problema no comenzó ahí. Los trabajadores, la mayoría por contrato, comenzaron a tener dificultades desde que comenzó el 2016.

A lo largo del año, los pagos fueron intermitentes y luego llegó diciembre cuando los empleados se enfrentaron con la promesa incumplida del aguinaldo. Desde entonces, en varias áreas del sector salud no se ha pagado el aguinaldo, ni la nómina de enero, febrero y marzo.

“Nos dijeron que no nos iban a pagar el aguinaldo porque no teníamos derecho y que si nos gustaba que le siguiéramos trabajando así sin que nos pagaran y que si no nos gustaba que nos saliéramos y nos fuéramos a buscar trabajo a otro lado”, narró uno de los afectados.

“Es dinero con el que uno cuenta y resulta que te salen con que no, yo tengo mis pagos, tenía que pagar el carro, ahorita casi me quitan el carro a causa de que no me han pagado, no me han pagado nada y me da mucho coraje porque ellos así como si nada salen y te dicen que no hay dinero”, reclamó María, una empleada del sector salud.

 

Profesores, sin dinero para los camiones

En condiciones deplorables, los profesores del programa de inglés en Sinaloa no tienen dinero ni siquiera para pagar los camiones y trasladarse a su trabajo. La misma dificultad la atraviesan las promotoras educativas de Conafe, quienes a pesar de trabajar para un programa federal reciben su sueldo de parte del Estado, un sueldo que no se entrega desde diciembre.

En el caso de los profesores de inglés, el problema comenzó en la quincena que acaba de transcurrir en marzo. Sin advertirlo, el pasado miércoles 15, los profesores recibieron un mensaje que les daba la mala nueva.

“Para informarles que nos están comunicando por parte de la Secretaría de Educación que por ajustes del presupuesto, esta quincena no saldrá pago de todo el personal sino hasta la siguiente quincena saldrá todo los correspondientes al mes de marzo, una vez recibido el presupuesto de gobierno del estado”, se leía en el mensaje.

Al enterarse de la falta de pago, Jorge, un joven profesor de inglés en preescolar y primaria, le pidió prestados 50 pesos a su mamá para pagar los camiones y continuar con su labor.

“Voy a tratar de conseguir dinero prestado para el resto de la semana, no hay de otra porque yo no tengo otra forma de ingreso. Sin mencionar que tampoco gozamos de prestaciones, no tenemos seguro, ni Infonavit y en verano nos quedamos sin dos meses de sueldo”, explicó el profesor de inglés.

En el transcurso de la semana, a los profesores de inglés les anunciaron que el pago llegaría el viernes por la tarde, sin embargo los trabajadores administrativos del mismo programa no tuvieron la misma suerte.

“Tengo entendido que a ellos les deben desde diciembre, les deben el aguinaldo y los primeros meses de este año”, explicó el profesor.

Las promotoras educativas del Programa de Educación Inicial en la zona serrana hasta han parado labores en forma de protesta. Para este grupo de profesoras con un sueldo simbólico, el adeudo se ha acumulado desde diciembre, incluyendo su aguinaldo, el sueldo de diciembre y los primeros meses de este año.

Carmen, una de las promotoras educativas de Conafe que labora en poblados de la zona serrana, explica que el sueldo es muy bajo, pero por lo menos les ayuda a mantenerse durante los días que permanece en las comunidades.

“Quisiéramos salir a manifestarnos, exigir nuestro derecho pero está el miedo de perder nuestro trabajo. Le hemos pedido apoyo a los supervisores pero sólo nos dicen que hablan a Culiacán y les responden que no hay dinero”, relató la profesora.

De forma curiosa, Carmen cuenta que para ayudarlos a enfrentar la falta de pago, un grupo de padres de familia les organizaron una kermes para recaudar fondos y apoyar a las profesoras.

Hasta el cierre de esta edición, a ninguno de los trabajadores les habían cubierto su salario.

Los nombres de los testimonios fueron cambiados para proteger a los trabajadores debido a que en todos los casos manifestaron su temor a las represalias.

 

 

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