Por la ausencia de comprobaciones y la falta de evidencias en las cuentas públicas de Culiacán no se debió aprobar, ni tampoco por la de Mazatlán por la adjudicación directa del 76 por ciento de la obra pública.
Entre otras observaciones, precisó que el Ayuntamiento de Culiacán hizo compras directas sin licitación: 16 millones de materiales de asfalto, renta de maquinaria por 7 millones y renta de vehículos por 48 millones de pesos.
Además dijo se hicieron pagos sin evidencia de trabajo por 11 millones en un contrato de 41 millones, además de la contratación de asesoría contable al despacho Mintegral.
Cuestionó que el gobierno municipal pide prestado con ligereza, al disponer de 35 millones de pesos en el Banco Regional de Monterrey, además de haberse registrada que en la cuenta pública anterior ya había recurrido a un crédito de 50 millones de pesos.
Sostuvo que la cuenta pública de Mazatlán no debería ser aprobada porque se ha contagiado con el vicio de recurrir a préstamos de corto plazo.
Tampoco debería ser aprobada, dijo, la cuenta pública de Mazatlán porque el 76 por ciento de la obra pública se hizo mediante adjudicación directa.
Abundó que en el caso de Mazatlán hay observaciones como retenciones no enteradas, deuda, problemas de control interno y el transferir certificados de promoción fiscal mediante descuentos de 227 mil pesos del impuesto predial.
