La idea de brincar las vallas que separan al público asistente de la zona de curules en el Congreso del Estado surgió “en caliente”, relató Héctor González Peña, quien fue uno de los ciudadanos asistentes que burló la vigilancia para saltar sorpresivamente del graderío hasta la zona en donde se sientan los diputados al momento de iniciar la discusión sobre las reformas constitucionales en materia de cuentas públicas.

La  estrategia para expresar un posicionamiento no verbal fue deliberada con varios grupos y ciudadanos en el mismo recinto para que brincaran a las curules varias personas, aunque solo lograron hacerlo dos activistas.

Descartó que la idea hubiese sido agredir físicamente a los diputados. “Tendríamos que ser muy pendejos para agredir físicamente a los diputados para darle materia al Poder Ejecutivo incluso el Congreso de empezar a apretar las tuercas y justificar su acción represora ante nosotros. No vamos a hacer eso”.

-Muchos pensamos que iban a tomar la tribuna para tomar los micrófonos…

-Eso hubiese sido hermoso, pero si la raza no brinca…lo hicimos porque hubo un apoyo de gente, que dijo okey vamos a hacer esta acción.

El activista que acudió al recinto parlamentario para manifestar su repudio a las reformas constitucionales en materia de cuentas públicas, explicó que saltó hacia las curules cargando granos  de maíz en las bolsas de sus pantalones.

“Era ponerle maíz ahí a los diputados, pero no hubo chance porque no contábamos con un gordito que corre muy bien. Y yo pensé que corriendo como cangrejo me lo iba a librar y no. Felicitaciones al guardia, a la próxima vengo más preparado”.