Estamos viviendo una crisis de Estado fascista, advierte Javier Sicilia

Desde aquel grito cargado de ira y dolor que cimbró al país en marzo del 2011 exclamando abiertamente: “Estamos hasta la madre”, por la abrupta muerte de su hijo y seis jóvenes más, el poeta y escritor Javier Sicilia, declara y sostiene que ahora estamos peor.

El precursor del Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, que en 28 de marzo del 2015 movilizó a la sociedad civil mexicana exigiendo justicia y castigo a los responsables del asesinato de siete jóvenes, incluido su hijo, expresa su indignación al decir que el país está cada vez más descompuesto y lo único que ocurre es que los muertos del sexenio de Calderón se suman a los muertos acumulados en el de Peña Nieto.

“Tenemos una clase política exageradamente insensible y este desinterés por acatar las recomendaciones del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, ocasionó que dos años después y a 200 kilómetros de distancia, se repitiera una nueva masacre, pero ahora con 43 jóvenes que describen la magnitud tan grave de cómo está el país”, dice.

El crimen que arrebató la vida de su hijo a manos del crimen organizado no hubiera funcionado sin la complacencia y la corrupción del Estado, expuso. En el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa se perfila como un “crimen de Estado, pero en ambos casos es el Estado por omisión o por comisión, que asesina. Y esto refleja el nivel de corrupción que vivimos.

“Si no hay una presión internacional a través de organismos ciudadanos, el gobierno nos puede seguir enterrando vivos o desapareciendo más personas y no va a pasar absolutamente nada.  Esto le da fuerza y consistencia a esa frase acusatoria de que efectivamente en éste y mucho otros asesinatos, fue el Estado”.

Sobre el caso Ayotzinapa, agregó, “nos quisieron confundir haciendo creer que lo de los 43 desaparecidos era un asunto entre narcos y policías y el alcalde, pero no se llamó a cuentas al Gobernador, al Ejército, ni a otras instituciones y autoridades que presumiblemente están involucradas en este crimen atroz. En esto hay inconsistencias graves de procedimiento que obligan ir al fondo, aunque tengan que caer cabezas del Estado y del Ejército, porque mientras no se sigan las líneas de investigación hasta el fondo en la institución del Estado y en las clases políticas altas, estos asesinatos y desapariciones van a seguir sucediendo y van a permanecer impunes”.

Según la opinión del poeta, lo que ocurre en México es una crisis de Estado fascista que ya se desfondó, con características terribles que se reflejan en la corrupción de los partidos políticos y la partidocracia orquestada por el PRI, que no es solo un partido sino una cultura política delincuencial y mafiosa que permeó y corrompió el esqueleto moral de este país.

Este binomio de lo sistémico y la corrupción de la clase política, son la fuente de todo este horror que vive el país, señala el escritor.

—¿Hacia dónde va el país? —se le pregunta.

—Pues al desastre —responde con seguridad—. Parece que la clase política no ha entendido. Es parte del problema, es parte de la corrupción e impunidad en esta emergencia de la tragedia humanitaria que estamos viviendo.

Insiste en que este país “tiene que refundarse con nuevo aparato social y un nuevo constituyente y una nueva racionalidad política que nada tiene que ver con la partidocracia ni con esta ‘gentuza’ que dice gobernar”.

Subraya que todo esto ha conducido a un estado de transición “revolucionario”, porque se ha puesto a la sociedad en un estado de indefensión absoluta, lo cual es una situación muy delicada, grave y extrema.

“Pero en el imaginario político seguimos creyendo en que los partidos y sus elecciones pueden conducirnos a algún lado, pero la realidad es que nos están llevando al infierno”.

El poeta declara que su poesía ha enmudecido y mientras este país no se componga y supere este clima de horror, no escribirá más poesía. Y cita que mientras no encontremos la paz y la dignidad humana, la poesía se calla.

Concluye la entrevista advirtiendo que si no se logra una unidad nacional y se articula un comité de salvación nacional para regresarnos la paz, la justicia, un suelo democrático y se saca a esta clase política del poder, seguiremos matándonos unos con otros. Y lo peor es que parece que este gobierno no quiere corregir el rumbo porque como se decía al principio, “todo está corrompido”.