Perlas de pepe

 
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Tengo información que se han consumado matrimonios que iniciaron con el cibersexo. No sé si algunos han sido forzados, pero no me imagino a un padre poniéndole una pistola en la cabeza a un tipo porque le quitó la honra a su hija en la computadora y ahora debe de responder. Sin embargo sé que varios han llegado al matrimonio gracias a que practicaron antes el sexo virtual. Y no se rían que esto es serio, a cualquiera le puede pasar. De hecho tengo una amiga —madre de tres niñas— que asume el rol de mujer infiel porque tiene cibersexo con un tipo que vive en una ciudad lejana, al que no conoce más que a través de las imágenes de la cámara web y de las tonterías que se dicen. Me confiesa, muerta de la pena, que desde que se “metió” con el otro tipo no puede ver a los ojos a su marido y que sufre cuando le pone la mano encima, porque su “novio” nuevo es mucho muy celoso. Yo, la neta, no entiendo ni madres, pero le sigo el rollo y hasta le doy consejos, siempre y cuando no me gane la risa.
No tengo nada contra el cibersexo. Es más, no tengo nada ni en contra ni a favor del cibersexo. Simplemente me parece algo jalado de los pelos, que revela, de manera abrumadora, la dosis de soledad que carga encima la persona. Equivale a aquellas “líneas calientes” telefónicas en las que una mujer, según esto cuerísimo pero con cien kilos de peso y uno cincuenta de estatura, llevaba al paroxismo a desgraciados que gastaban buena lana para escuchar, por unos pesos de por medio, que alguien en este mundo les diga que los desea. Lana que, visto de manera pragmática, bien pudieron usar en una prostituta que les hubiera dicho lo mismo con un agregado carnal, pero hay niveles de soledad que propician ciertas actitudes extrañas y hasta inverosímiles.
Me podrán decir retrógrado, anticuado, tradicionalista, emisario del pasado, decrépito y cuanto sinónimo en ese sentido logren encontrar, pero a mí me siguen yendo perfectas las cosas del ayer. Como que tienen más sabor, olor, dimensión, textura, humedad, calidez. Prefiero que si voy a arriesgarme con una pareja sea porque me contagie una gripe y no un virus que le pegue en su madre a mi disco duro.
 

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