Diálogo en el legendario pueblo de Todos Santos, entre el Chapo y el Mayo

 
hotel california
Fueron puntuales en su cita, eran las 7:30 de la tarde-noche de un abril en su final. En el vestíbulo que marca la frontera entre el bar y el restaurante del Hotel California —lugar que ha cobrado famosa leyenda porque ahí, alguien del grupo de rock The Eagles, de la década sesentera, se inspiró para crear la afamada rola que lleva el nombre del hostal— se encontraron para darse un abrazo. Compa, me da gusto verlo. Lo mismo digo. Se encaminaron hacia el patio del bar, tomaron asiento y el mesero de inmediato les tomó la orden: un par de Pacíficos y camarones para picar. Chocaron las botellas y sin decir nada, se las empinaron.
El Mayo llegó de La Paz. En 80 kilómetros a su margen izquierda pudo disfrutar de un paisaje bello y singular, compuesto de breñales, choyas y cactus; en la derecha, poco antes de llegar a su destino, se maravilló con el paisaje del mar de intenso azul y playas serenas.
El Chapo llegó procedente de Cabo San Lucas; constantemente, a su lado izquierdo, admiró un inmenso océano que estrellaba su furia en acantilados, pero a veces, lo miraba extenderse en mantos de arena blanca y playas de increíble belleza y soledad; al mirar hacia la margen derecha, recordó su terruño con la imponente Sierra de la Laguna que en sus montañas guarda el misterio de los indomables Guaycuras.
El restaurante estaba casi desierto; en la parte alta que es franqueada por sólo tres escalones, había dos parejas; una de gringos y otra de mexicanos. Del rumbo de la barra se escuchaba música instrumental de los Beatles. El sol ya se había ocultado, el ambiente era fresco. Unas farolas iluminaban con discreción hasta el último rincón del lugar. La decoración es elegante, discreta con mesas y sillas de gruesa madera reforzadas con acero. La mantelería, platos, vasos y copas, eran acordes a la sobriedad. Helechos colgantes y macetas acentuaban el ambiente de tranquilidad y frescura.
Compa, como dejó a su gente. Bien. Todos trabajando, produciendo. Usted sabe, hemos de trabajar duro. Las mujeres y los plebes exigen mucho. Así es, compa, porque como decía mi abuelo: jalan más un par de tetas, que una yunta de bueyes a su carreta. Así es compa. Entonces, ¿Y cómo van las cosas? Nada bien compa. Pero con el apoyo de mi santo Jesús Malverde, se van a componer. Ojalá así sea compa, aunque yo lo invoco igual como lo hacía el viejo capellán, don Eligio González León, “con el apoyo de Dios y la virgencita de Guadalupe por delante, mi santo Jesús Malverde, nos ayudará.” Amén, reafirmó el Chapo.  Y el lugar quedó cubierto con un manto de silencio, que pronto rompió el Mayo.
Bueno compa. Ahora hablemos de lo que nos mortifica. ¿Ya ha pensado cómo le vamos a hacer pa’ bajarle los humos a los cabrones corruptos? La verdad no, compa, por eso le pedí que nos viéramos, pa’ que entre los dos acordemos algo que nos ayude a resolver este asunto. Esos batos se pasan. Y pensar que nosotros mismos hemos sido los causantes de todo este tatole. Tienes razón compa, pero en parte nada más. Los tiempos nos han exigido movernos de acuerdo a las circunstancias. Claro, estoy de acuerdo, compa, pero carajos; antes todo era fácil, todo se arreglaba con unas cuantas arengas, o cuando mucho, con unas cachetadas guajoloteras.
Esto de la democracia nos ha traído muchos más problemas que beneficios. Recuerdo que la autoridad, el fuero y el poder de nuestros líderes era sagrado pa’ la gente, todos respetaban hasta al más pequeño Síndico, no se diga Diputados, Presidentes Municipales, Gobernadores… y la imagen del señor Presidente de la República, se acuerda compa. Era venerada —arrebató la palabra el Mayo alzando los brazos y la cara hacia el cielo—,  ¡igual cómo si fuera el mismo Dios! En cambio ahora, interpuso su verbo el Chapo, es más respetado un vendedor de elotes que un policía, y hasta el mismo Presidente es ninguniado sin piedad.
Pero seamos realistas compa. De todo esto también nosotros tenemos mucha culpa. Les dimos alas a todos ellos, funcionarios y gobernantes; dejamos que se despacharan con la cuchara grande, y ya ve. Todos: políticos, empleados, tanto del gobierno como de la IP, le tunden duro a la corrupción; basta que se le dé una chancita y encajan las uñas; y no sólo eso, abusan de su poder, porque como dijo el viejo Calderón Velarde: “basta que se suban a un ladrillo pa’ que se mareen”.
¿Cómo nos fue a pasar esto, compa? Por favor compa Chapo, no finja demencia. Nos pasó por avorazados, primero dimos entrada a la I.P; negociamos con ellos, dizque pa’ controlarlos, y luego nos fuimos con los demás. Pero donde si cagamos el palo, compa, fue cuando dimos entrada a la mafia. Los dejamos crecer, tanto que ahora son ellos los que nos tienen agarrados de los meros tanates.
El mesero interrumpió. Les sirvo otra más, señores. Sí, compa, pero ahora tráigame un tequila. Otro también pa’ mí, pero doble. Y que sea Herradura, afirmó el Mayo.
Entonces qué compa. Ya se lo dije, el otro día que le hablé por teléfono, que mi gente se me está volteando en esto de las votaciones, se me están saliendo del huacal. Nadie me escucha, y hasta me amenazan con denunciarme, sacarme todos mis trapos sucios, si no les doy vía libre. Y pues está cabrón, somos muchos los enredados y… Hasta donde hemos llegado, intervino el Mayo, mirando con discreción hacia los lados, aquí entre nos, compa. Ya ni mis plebes me respetan, menos mi vieja.
El mesero llegó con los tequilas. Mire compa, el mesero, nos trajo ¡charalitos! Digamos: ¡Salud! ¡Salud! Compa, aunque los plebes anden bichis. Sí compa, y aunque a los corruptos se los lleve el Diablo. ¡No la amuele compa!
El Chapo, Francisco López López, a quien mucha gente lo conoce en Choix con el mote de el Chapo LopLop, por ser líder de la poderosa Asociación de Sembradores y Distribuidores de Yerbas, Helechos, Similares y Conexos de la República Mexicana, y el Mayo, cuyo nombre es Martiniano Mendoza Martínez, también muy popular en Escuinapa, por ocupar allá el puesto similar a su compinche; ambos siguieron libando, y tres horas después, las risas se escuchaban por todo el lugar; la preocupación que al principio habían manifestado se les enredó en la bruma de los sumos del alcohol.
Hoy 5 de junio de 2016, es día de votar. Hazlo en secreto, pero recuerda, si votas por un corrupto, te convertirás en su cómplice.
leonidasalfarobedolla.com
 
 

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