¿Por qué él?

 

 

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Como comedia ligera, ¿Por qué él? (Why Him?/EU/2016), dirigida por John Hamburg (Mi novia Polly, 2004) y escrita por él y Ian Helfer funciona a la perfección: es una cinta de temporada, con las fiestas decembrinas como pretexto para que una familia conozca al novio de su recatada y estudiosa hija, quien resulta todo lo contrario a lo que los padres habían deseado para ella.

Stephanie (Zoey Deutch) quiere que sus papás Ned Fleming (Bryan Cranston) y Barb (Megan Mullally), y su hermano Scotty (Griffin Gluck) conozcan a su novio Laird Mayhew (James Franco), por lo que los invita a California, donde supuestamente estudia la universidad, para que pasen juntos la Nochebuena.

A pesar de que Ned reserva el mejor hotel, Stephanie los lleva a la casa de Laird, quien como exitoso empresario y creador de videojuegos, tiene una enorme mansión con todas las comodidades y avances tecnológicos que terminarán sorprendiendo y cautivando a la familia, al grado de que muy pronto no querrán irse de ahí.

¿Cuál es el problema? Laird. El novio resulta un tipo que no se detiene ante nada ni nadie para decir lo que siente; no tiene límites ni filtros, y en cada frase que lanza expresa, al menos, dos “malas palabras”, lo cual encanta a Scotty, pero no causa ninguna gracia en sus padres.

Desde el primer momento, mientras el desinhibido enamorado intenta convencer a los Fleming con miles de atenciones y su buen corazón, Ned buscará por todos los medios que su hija desista de seguir con ese chico y por ninguna razón se le ocurra casarse con él. Lejos de disfrutar las fiestas, la estancia en California se volverá un campo de batalla.

Si bien no hay nada novedoso o en mayor medida atractivo en la historia —no es la gran cosa que una vitrina contenga una escultura llena de orina; el robo de un árbol navideño, por lo menos, ya lo había hecho Rowan Atkinson en el episodio Feliz Navidad, Mr. Bean (1992)—,  la química entre Franco y Cranston como yerno y suegro, quienes del rechazo total del segundo por el primero, llegan al punto de considerarse padre e hijo, es lo que más sostiene la película.

James Franco funciona muy bien por sí solo y es muy creíble y natural tanto por sus extravagancias y excentricidades con tal de halagar a la familia de su novia; la seriedad, compromiso y entrega que muestra para logar su objetivo; como por las vulgaridades que hace y dice sin remordimiento alguno, en función de ser él, tal cual.

La voz de Justine (Kaley Cuoco: Penny en The Big Bang Theory), quien escucha todo y da soluciones hasta cuando no le piden ayuda —una Siri que sí puede interactuar con las personas, regañarlas y dales consejos— es otra de las ventajas de ¿Por qué él?

El director es consciente de que no hay más allá del propósito de hacer reír, y lo consigue sin ningún inconveniente, aunque al final no se puede evitar que al filme, que termina siendo predecible y absurdo hasta el cansancio, se le relacione con La familia de mi novia (2000) y Los Fockers: la familia de mi esposo (2004) —no por nada el mismo Hamburg es guionista en ellas. Vaya a verla… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

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