Las únicas nominaciones que Las vueltas del destino (August: Osage County/EU/2013) consiguió para los premios Oscar fueron las de mejor actriz (Meryl Streep) y actriz de reparto (Julia Roberts), y ninguna las ganó, posiblemente por considerar que a la primera ya se le ha mencionado muchas veces y cuenta con tres de esas preseas, y la segunda, también ya tuvo la fortuna de subir al escenario por el suyo, o porque las que sí ganaron, una contaba ya con uno de reparto y no de actriz (Cate Blanchett), y la otra era su primera vez (Lupita Nyong’o), o porque realmente lo merecían.
Lo cierto es que las nominaciones por las interpretaciones de estas dos actrices son más que acertadas; la cinta dirigida por John Wells (The Company Men, 2010) es muy interesante, pero mucho de su atractivo se debe a las actuaciones.
El esposo de Violet (Streep) sale de su casa y ya no regresa. Como pasan varios días, ella está segura de que algo malo pasó, por lo que pide a sus hijas, Bárbara (Roberts), Ivy (Julianne Nicholson) y Karen (Juliette Lewis) que la acompañen porque, de alguna manera, sabe que jamás regresará.
Violet está enferma de cáncer, tiene un carácter fuerte y a veces le gusta tomar y se pasa de copas, razones por las cuales sus tres hijas prefieren evitarla, por lo que al estar en la casa de su madre, ya saben en gran medida cómo la van a pasar.
El día del funeral del padre, la familia se reúne con otros parientes, y lejos de traer a la mesa los recuerdos de quien falleció, la comida se vuelve la oportunidad para que todos saquen de su memoria vivencias que serán muy incómodas para el resto; especialmente hay una rivalidad notoria entre Violet y Bárbara.
Por si fuera poco, cada una de las hijas tiene su propia historia de conflicto, que también saldrán a colación y se entrelazarán con el pasado, ese que compartieron y en el que indiscutiblemente está su madre, de una manera muy influyente.
Cada uno de los implicados tomará la posición que más le convenga, considerando que si antes evitaban hacer o decir algo, por consideración a alguien, eso ya no volverá a suceder.
En verdad no sé si haya un papel que Streep no pueda interpretar, posiblemente no los haya actuado todos, pero la actriz ha demostrado que si está en este mundo es para lo que acertadamente se dedica, y Las vueltas del destino no es la excepción: como la matriarca, enferma y alcohólica, de una familia en la que cada uno tiene un temperamento complicado, es estupenda.
Julia Roberts entregó una actuación impecable en Erin Brockovich (2000), por la que ganó un Oscar, y ahora, como la hija que más se atreve a confrontar a su mamá y, a veces, ponerla en su sitio, es igualmente excelente.
En la cinta, con un guión de Tracy Letts basado en su propia obra, hay un momento que indiscutiblemente demuestra por qué las actuaciones son su mayor ventaja: imagine una mesa y alrededor, además de las dos ya mencionadas, a Chris Cooper, Dermot Mulroney, Margo Martindale, Ewan McGregor, Abigail Breslin, Juliette Lewis, Benedict Cumberbatch y Julianne Nicholson como en un ring en un todos contra todos.
Por momentos recuerda a esa fuerte revelación y discusión de Festen, La celebración (1998), aunque no tiene sus alcances. No se la pierda… bajo su propia responsabilidad, como siempre.
