Malayerba: Bolas de fuego
La despertaron esos aullidos. Escuchó entre sueños y quiso ignorarlos. Pero los gritos seguían ahí y venían desde el monte. Terminó de despertar cuando vio
La despertaron esos aullidos. Escuchó entre sueños y quiso ignorarlos. Pero los gritos seguían ahí y venían desde el monte. Terminó de despertar cuando vio
Qué crees que me pasó, le cuenta el ingeniero a su primo: pues fíjate que iba yo por la salida norte de la ciudad en
Hace chou de Selena. Pero asegura eufórica que ya vestida se parece a Maribel. Y se apura a negar la prostitución como una de sus
Me quedé sola oiga. Y ahora aquí ando, trabaje y trabaje. De noche, oiga, porque no hay de otra. Ya me estoy acostumbrando, no crea.
Tenía el ojo de la mira telescópica . Y disparó hacia la silueta. Todo lo que se movía merecía jalar al gatillo. Y así lo
Estaba molestando a un amigo suyo y no podía quedarse cruzado de brazos. Al fin y al cabo era su trabajo. Ya estaba acostumbrado a
Él, que había llevado y traído mota, coca y heroína. Que había manejado ese Mustang rojo, con su pelo largo y jipioso, cuando aquellos pistoleros
La mamá le decía que se operara: todas las amigas en el barrio, las de más allá, las cercanas, con las que se llevaba, lo
Todos sabían que ese con el que andaba la ex esposa era policía y de los malos. Su expediente tenía manchas de llanto y sangre,
El hombre llega a ese lugar. La costa lo abraza: el sol pintando de anaranjado y rojo, la unión entre el cielo y el mar,
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